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- Verde, amarillo, verde, amarillo. - Minho estaba de pie frente al espejo cambiando entre dos bañadores de diferentes colores. Los chicos habían organizado un día de playa, ya que se rumoreaba que el tiempo era perfecto. Antes habían ido en grupos más pequeños, pero se dieron cuenta de que nunca habían ido juntos.
- Elige el amarillo. - llamó Jisung desde su cama. - Te queda bien.
- ¿Qué color llevas? - Minho se dio la vuelta, dejando su bañador amarillo a un lado. El más joven salió de debajo de las sábanas para mostrar su suave bañador de color rosa.
- Creo que el tema de hoy es el pastel. - rió, pensando en que el resto de los miembros también llevaban bañadores de colores claros.
- Bajemos las escaleras. - Minho se colgó su bolso al hombro y se dirigió a la puerta.
- ¿Te has acordado de traer protector solar esta vez? - se burló Jisung, ganándose una mirada de soslayo del mayor. Los dos bajaron de un salto a la cocina.
En días soleados como aquel, Han se asombraba de la belleza de la cabaña. La luz del sol entraba por la gran claraboya y proyectaba rayos de sol en el interior que rebotaban en el pulido mobiliario moderno. El verde del bosque que rodeaba la cabaña tenía hoy un aspecto más vibrante. Jisung disfrutaba de la estética, pero al mismo tiempo tenía calor.
Minho se dirigió a la habitación de Jeongin para pedirle que se pusiera en marcha. El maknae se apresuró a salir con crema solar en la nariz y un bañador azul claro.
- ¿Todos listos para ir? - preguntó Wonpil. Decidió que hoy quería quedarse con los chicos. Aunque el resto de la pandilla se oponía a su presencia, no tenían muchas opciones.
Les costó un poco caber en la puerta, debido a sus maletas. Los chicos habían planeado pasar todo el día fuera
- Tendremos la sombra perfecta cuando lleguemos a nuestro lugar. - mencionó Seungmin.
- ¿Nuestro lugar? - preguntó Jisung, volviéndose a mirar al chico.
- Sí. Todos los años, cuando vamos a la playa, tenemos un lugar perfecto justo debajo de los arboles que siempre reclamamos. - respondió Hyunjin.
Los chicos llegaron a la playa y gritaron de felicidad. Las olas eran casi perfectas, el agua se veía clara y suave al llegar a la orilla. Con un suspiro, Jisung sacó su polaroid para capturar la belleza de la escena. La pandilla corrió hacia la costa, reubicando su lugar perfecto.
Jeongin dio un fuerte grito, dejando caer su bolsa y los miembros le miraron alarmados.
- ¿Qué pasa, Innie? - preguntó Félix, con las cejas alzadas.
- ¡Esos idiotas nos han quitado el sitio! - Exclamó con un mohín y señaló a seis chicos que tenían sus toallas estiradas sobre la arena.
- Oh, diablos, no - Changbin sacudió la cabeza y comenzó a acercarse al grupo. El resto le siguió, contoneándose bajo el peso de sus mochilas.
