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En la cabaña, los chicos estaban afuera y hacían fila para cumplir con sus deberes

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En la cabaña, los chicos estaban afuera y hacían fila para cumplir con sus deberes.

- Changbin y Félix, ustedes dos ayudarán a cuidar los jardines de la parte trasera del centro del campamento.

- Minho y Jisung, ustedes dos se encargarán de lavar los platos del campamento para el desayuno y la cena de esta y la próxima semana."

- ¿La semana que viene? - dijo Minho jadeando. - ¡Todo lo que hicimos fue ir a nadar!"

- E ignorar todas las señales que decían no entrary nadar en un SUMIDERO. Se llama sendero prohibido por una razón y ustedes entraron sin autorización. Tienen suerte de que me agraden.

- ¿Y qué pasa con Jeongin? -  se quejó Jisung, con las cejas fruncidas.

- Eh, jeongin está bien. - Wonpil sonrió mientras todos gritaban quejándose.

- ¡Diviértanse! - el consejero se fue, dejando a los chicos sumidos en su propia ira.

- Maldita sea, bueno, fue divertido mientras duró. - chanbin se encogió de hombros.

Jisung estuvo de acuerdo y luego se despidió para ir a su habitación. Decidió que no había explorado mucho el campamento, excepto los senderos, así que quería pasar la tarde recorriendo el lugar

- ¿A dónde vas? - preguntó Minho, apareciendo en la puerta mientras Jisung preparaba una mochila.

- A explorar. - se limitó a responder, poniéndose sus andrajosos zapatos de gimnasia.

- ¿Puedo ir? - preguntó minho. - No me agradas, pero los demás no me agradan mucho más y me aburro.

- Lo que quieras. - suspiró Jisung. - Sólo que no te quejes, por favor.

- Mis labios están cerrados.

El dúo salió de la cabaña, iniciando su paseo por el campamento.                                                                 
- Así que supongo que no sé mucho de ti, ¿verdad? excepto que eres rico y te quejas y odias la vida al aire libre", dijo Jisung, mirando al mayor.

- ¿Ahora te abres, eh? - cuestionó sarcásticamente minho. - Bueno, vivo a una hora de aquí, en la ciudad, y este verano me pillaron metiéndome con unos 'chicos malos'. Así que mis padres me enviaron aquí durante el verano, no querían arruinar su reputación de directores generales.

- hm, nunca pensé que tú, de entre toda la gente, te juntaras con las pandillas. Jisung se rió tranquilamente.

- Y tú, niño ardilla, ¿cuál es tu historia?

- Vivo en el campo. Me encanta la vida al aire libre. No tengo mucha familia, ni dinero, así que trabajé para conseguir estar acá. Quería pasar el verano estando donde realmente me siento feliz. - Sonrió tan brillante como el sol. - en la naturaleza.

- Qué inspirador. - comentó secamente minho, ganándose una palmada en el hombro.

- Lo que sea.

El menor sacó su polaroid, tomando fotos mientras pasaban junto a una laguna poblada de peces koi.

- Veo que te gusta la fotografía, ¿eh? - añadió el mayor, observando cómo Jisung agitaba el carrete de la polaroid.

- Y a ti te gusta atacarme cuando te hago fotos. - murmuró el moreno en voz baja. Minho se burló en silencio, agachándose para arreglar los cordones de sus zapatos yeezy.

Los dos caminaron, manteniendo una conversación casual y empezando a conocerse. Las vidas de los chicos eran casi opuestas. Jisung había sido tranquilo, respetuoso y reservado. Minho, en cambio, era mucho más rebelde.

Llegaron al jardín, paseando por él mientras jisung hablaba de plantas y, aunque no le interesaba, minho escuchaba.

Mientras continuaban su aventura por el campo, el verde follaje y las flores brotando complementaban sus conversaciones desenfrenadas. Minho había arruinado su imagen de despreocupación cuando empezaron a hablar de danza. A minho le encantaba bailar y jisung se había aficionado a ver recitales de danza contemporánea. Dos estilos diferentes, pero en cualquier caso Minho siempre se entusiasmaba cuando hablaba sobre ese tema.

- Tenemos que lavar platos esta noche. - mencionó Jisung. - y por la mañana.

- Fantástico. - respondió Minho en tono seco. - Tendrás que mantenerme despierto.

- Lo haré. - Se habían encontrado en un bucle, saliendo de un sendero justo delante de su cabaña.

Cuando entraron, la casa olía a humo y chocolate. Los chicos estaban apiñados alrededor del horno. Sacudiendo la cabeza con fastidio, Minho se limitó a subir las escaleras.

Jisung observó cómo se marchaban los chicos, con una leve sonrisa en los labios.

El moreno cogió su querido diario y salió al porche. Disfrutó del cálido sol de la tarde mientras escribía en el cuaderno.

martes:

dar un paseo con un niño rico malcriado puede ser más agradable de lo que parece.

                                                                                                                                                                                                        








19 || Minsung (traducción) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora