Capitulo 30 Torre de cartas...

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"...Construimos nuestro destino...desde que todo comenzó...ahora mantengo sobre tus manos nuestra torre...jamás se derrumbara...aunque caiga una de sus cartas...las repondré...porque jamás voy a dejarte..."

-Gai-sensei ya es suficiente- dijo la joven oji perla sentada en el sofá, con las mejillas llenas y un rostro sonrojado al no tolerar tanta comida en su boca

-¿Qué dices?- pronuncio el peli negro llegando con una bandeja llena de fresas – las fresas son saludables y mantienen saludable el cuerpo, debes comer 30 fresas al día para mantener un embarazo saludable –insistió en que las ingiriera, a pesar de que estaba llena y su panza también, no sabia el motivo, pero no sabia como decirle que no, simplemente no podía negarse, al ver al estrafalario maestro poner su máximo empeño para hacerla sentir a gusto en su casa, la había recibido con hospitalidad, ya que su eterno rival se lo había pedido como favor, mientras él solucionaría las cosas con el clan, con la torre y con todo lo que significaba tomar a Hinata como su esposa

Los motivos secundarios fueron, el estado de la casa de su futuro esposo, ella no podía regresar al clan, mucho menos embarazada, claro estaba que lo tomarían como una bendición ante los beneficios del futuro natalicio, pero no podían vivir en un mentira, y que utilizaran a su hijo a futuro para el beneficio de su abuelo y como la casa del Hokage estaba hecha un desastre desde que la oji perla había desaparecido, Naruto y Sakura se habían ofrecido a limpiarlo, mientras que ella se quedaría a vivir por un tiempo con Gai, quien la mantendría segura si algo llegase a pasar

Solo que no se esperaba que fuera mas intenso que el mismo peli gris, la obligaba a comer el triple de lo que ella pudiera tolerar, inventaba antojos para hacerla comer de manera saludable y sin mencionar ejercicios físicos suaves recomendables para mujeres embarazadas, no sabia como lo hacia pero siempre traía un ejercicio nuevo

Ambos hombres le habían prohibido utilizar el byakugan para no hacerla esforzarse en cosas innecesarias, apenas tenia tres meses y medio, no sabia como se volverían las cosas en los siguientes meses, pero le encantaba recibir atención, en especial de su futuro esposo, quien siempre hallaba la manera de consentirla en todo, pero no esperaba que fuera Gai en empalagoso en medio de ambos, preocupado por todo lo que conllevaba al bebe, obligándolo a Kakashi a tomarla entre sus brazos para salir un momento a cualquier lugar para estar ambos solos al menos unas horas

Unos ligeros golpes en la puerta la distrajeron dirigiéndose a abrir la puerta, pero de la nada había aparecido Gai-sensei, para ser el quien la abriría, enviándola a sentarse a descansar, simplemente sonrió para sentarse y acariciar su panza ligeramente hinchada, viendo como él abría la puerta sabia a la perfección que no se trataba de Kakashi, ya que él se había dirigido a hablar con su padre, con respecto a lo que había pasado, y aquello la tenia un tanto tensa, pero la convicción del peli gris en decirle que todo saldría bien, se auto convencía que no le iba a pasar nada

-hola!- la voz la hizo mirar de inmediato la cabellera rubia de aquel chico que estuvo eternamente enamorada, ahora solo siente una amistad, la incomodo en cierto modo, sin embargo, se acomodo un poco para verse presentable, se había acostumbrado un poco a sentarse mas libremente luego de vivir algún tiempo sola

-hola...Naruto-respondió asistiendo ligeramente la cabeza

-hola ¿como estas Hinata?-saludo Sakura quien ingresaba seguidamente después del rubio- ¿te encuentras bien? ¿se mueve mucho el bebe?-ella negó

-no..., apenas tiene tres meses y medio, no se si será inquieto o no aun-respondió con cierta timidez

-no lo creo-intervino Naruto- si es hijo de Kakashi-sensei, se la pasara durmiendo –recibiendo un golpe de la peli rosa

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