Prólogo

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Sean fructíferos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, las aves del cielo y todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.

Y el temor de ti y el pavor de ti será sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, sobre todo lo que se mueve sobre la tierra, y sobre todos los peces del mar; en tu mano son entregados.

Todo lo que se mueve y vive, os servirá de alimento; como la hierba verde te he dado todas las cosas.

Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.

Cualquiera que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios fue hecho el hombre.

Y vosotros, fructificad y multiplicaos; Produzca abundantemente en la tierra y multiplíquese en ella.

(…)

XXX:... Haah… aah… haa… aah…

Cuerpos entrecruzados, compartiendo sangre y aliento, uniéndose hasta convertirse en una sola carne, indistinguible.

Gemidos salvajes. Calor penetrante.

XXX: Hnn… nnn… haah…nnhh…!

Los líquidos viscosos envuelven cada centímetro de piel derretida. Los dedos se entrelazan, buscando. Bultos oscuros y venosos los marcan como elegidos.

Amanecer y atardecer, amanecer y anochecer.

Llega una elección.

¿Mantener la razón? ¿O rendirse al instinto?

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Instinto.

XXX: Aaahh… haah…haah…AAH!

El instinto se desliza de sus cadenas, devorando la razón. La carne tiene el control.

Y por lo tanto.

Razón.

XXX: Haah…ngh…nngghh…!

El instinto lucha, pero la razón aguanta. La bestia está atada con cadenas de hielo.

Y por lo tanto.

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Sweet Pool TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora