Capítulo 20: Volvimos como antes

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—Voy en camino. _colgué la llamada y corrí hasta el ascensor. 

Cuando llegué al primer piso, encendí el auto y fui al hospital que Jisoo me había indicado por mensaje. Pregunté en recepción por Sunhee, me indicaron la habitación y cuando llegué allí estaban Rosé y Jisoo.

—¿Qué le sucedió? _pregunté en cuanto recuperé el aire. 

—Cuando te fuiste, me armé de valor para decirle sobre mi relación con Rosé, ambas empezamos a discutir, se le atravesó a un auto y se dio un fuerte golpe en la cabeza que la dejó inconsciente. _explicó Jisoo con desesperación. 

—¿Pero está bien? 

—Dicen que está estable, pero no ha despertado desde hace una hora. _contestó Rosé preocupada. 

—Descuiden, ella se pondrá bien. Es Sumie de quien estamos hablando. _intenté calmarlas con una débil sonrisa. 

—¿A dónde fuiste? En el instituto parecía que hubieras visto un fantasma. _preguntó Jisoo y la imagen de Jennie besándose con Kai volvió a aparecer. 

—Yo... _cuando empecé a hablar, un pitido descontrolado empezó a sonar de la máquina a la que Sumie estaba conectada. 

Los doctores llegaron, nos sacaron de la habitación y duraron 20 minutos haciendo Dios sabe que con nuestra amiga. Las tres estábamos desesperadas, no nos hallábamos y caminábamos de un lado a otro. El doctor salió con sangre en sus manos ¿por qué? Ni idea, pero su rostro me decía algo que me negaba a aceptar. 

—Familiares de Sunhee Park. _dijo en voz alta y las tres nos levantamos de un salto. 

—¿Cómo está mi madre? _preguntó Rosé intentando aguantar las lágrimas. 

—Tuvimos que sacarle el riñón izquierdo... No sobrevivió a la intervención. Lo siento. _explicó el hombre agachando su cabeza pero yo fruncí el ceño. 

—Pero si solo fue un golpe en la cabeza. _comenté algo confundida mientras Jisoo consolaba a Rosé.

—¿Está cuestionando 5 años de medicina? _el doctor levantó una ceja indignado y yo levanté mis manos con inocencia. 

—Lo siento, sólo era una pregunta. 

—La señora Park pidió que las tres leyeran su testamento junto a su cadáver, por favor acompáñenme. 

Las tres caminamos hasta la habitación que tenía sangre por todos lados como si hubiera habido una masacre y nos sentamos al lado del cuerpo cubierto con una sábana blanca de nuestra amiga y madre, Sumie. El doctor nos entregó unos sobres y nos dejó solas junto al cuerpo. 

—Léela tú, Lisa. _pidió Rosé sacando la carta. 

"Mis queridas pulgosas, sé que cuando estén leyendo esto ya estaré en un lugar mejor... Espero que tomando piña colada en una playa privada con la secretaria sea mi paraíso. Pero ese no es el punto, quiero que cuando lean esta carta vean en el interior del sobre algo con lo que no pasarán hambre nunca más."      

Su sexy Sunhee. 

Las tres miramos en el interior del sobre y sacamos una cuchara de plata y casi me echo a reír. 

—Hasta muerta es tacaña. _comentó Jisoo guardando la cuchara de mala gana. 

—¡TE ESCUCHÉ! _gritó el cuerpo de Sumie quitándose la sábana cubierta de sangre. 

Las tres gritamos lanzándonos al suelo mientras esa mujer del demonio se carcajeaba junto al doctor que entraba llorando de la risa. 

—¡¿Las viste, Pet?! ¡Casi mueren! _exclamó Sunhee entre carcajadas chocando manos con el doctor. 

—¡SUNHEE JUANITA GATES PARK! _gritó Rosé roja del coraje y ella agachó la cabeza como perrito regañado y paró de reír. 

Ahora quienes reíamos eramos Jisoo y yo. 

—¡JUANITA! _gritamos volviendo a reír y agarrándonos los estómagos. 

—No les digo sus cuatro cosas nada más porque Rosé me pega con la chancla. _refunfuñó cruzándose de brazos. 

—¡¿Por qué nos hiciste esto?! _exclamó Rosé colocando las dos manos en su cintura. 

—¡¡VENGANZAAAA!! _gritó soltando un grito de guerra.—Me mintieron por dos meses sobre su relación. _nos señaló a las tres. 

—¿Y yo que tengo que ver? _me señalé limpiando mis lágrimas, esta vez eran de risa. 

—Tú fuiste quien me lanzó el sable de luz para que "perdiera la memoria" también tienes el pecado encima. _me acusó cruzándose de brazos. 

—¿O sea que no perdiste la memoria ese día? _preguntó Jisoo impresionada. 

—No, las escuché mientras peleaban. Sólo fingí que la había perdido para ver cuando te dignabas a decirme. 

—Bueno, lo siento. Pero cada persona que se acercaba a Rosé terminaba con su pie en el trasero, tenía miedo. _explicó Jisoo tomando la mano de Rosé. 

—¿Ahora tienes algo que decirme, Jisoo? 

Jisoo respiró profundo y entrelazó su mano con la de Rosé mirando fijamente a la mujer en la camilla. 

—Amo a tu hija, Sumie. Quiero cuidarla, respetarla y amarla por el resto de mi vida... ¿Podrías darnos tu bendición? 

Sunhee sonrió y se levantó de la camilla abrazando a ambas chicas. 

—Claro que si, alíen... Pero rómpele el corazón y te saco los ojos mientras duermes. _advirtió con su sonrisa macabra y Jisoo asintió con miedo. 

Yo sonreí débilmente, al menos mi mejor amiga era feliz al lado de la mujer que quería. Sumie se separó del abrazo y descubrió que no estaba tan feliz. 

—¿Todo en orden, Lisa? _preguntó viniendo hasta mi. Cuando la miré a los ojos me rompí y empecé a llorar mientras ella me abrazaba.—¿Que sucedió? _dijo con voz suave mientras acariciaba mi espalda. 

—Jennie... Y Kai... _solté como pude en medio de lágrimas. 

—Entiendo, pequeña. _susurró Sunhee abrazándome con fuerza hasta que paré de llorar. 

—No sabe de lo que se pierde._Jisoo me abrazó por los hombros y me sonrió. 

—Chichu tiene razón, ella prefirió a ese engreído que sólo tiene billetes para presumir. Tu tienes un encanto único, Lisa._Rosé también vino a abrazarme. 

—Mira el lado bueno, te liberaste del contrato, eso significa... ¡NOCHE DE PUTAS! 

—¡SIIII! _gritó el doctor quitándose la bata y uniéndonos en un abrazo grupal que me hizo reír. 

—¡Tu estás casado, Peter! _exclamó Sumie rompiendo el abrazo. 

—¡Mi mujer tuvo un bebé y no podemos hacer nada! _respondió el hombre y al parecer Sunhee se compadeció de él. 

—De acuerdo, vámonos. Debo quitarme toda esta sangre falsa. _empezamos a caminar hasta la salida. 

—¿Quién dice que es falsa? _Peter se cruzó de brazos y Sumie abrió sus ojos como platos. 

—¡PEETEER!

Pizza (Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora