Capitulo Cuatro

200 24 8
                                    

-Géminis-

Suelto un suspiro frustrado al entrar al salón de la casa, mi cabeza duele debido al cansancio así que me arrastro de mala gana hasta el sillón recostándome boca arriba en el, me dispongo a descansar un poco cuando una molesta voz suena muy cerca de mi.

Libra: ¡Pero miren quien llego!—Dice la chica de cabello blanco apoyando sus brazos en el respaldo del sillón— La verdad esperaba que tú berrinche durará más que esto.

Había pasado toda la noche deambulando por el mundo mortal, estaba confundido, frustrado, triste y con el ego por los suelos. De todos los escenarios posibles, que Cáncer me hubiera rechazado era lo último que había imaginado que pasaría.

Géminis: Supongo que Cáncer te contó lo que pasó

Libra: Oh cariño claro que sí—Su sonrisa se agranda— Eres un idiota ¿Lo sabes, verdad? ¿Qué esperabas? ¿Qué ella se tirará a tus brazos solo por qué terminaste con Laura?

Géminis: Es Lyra—La corrijo de mala gana.

Libra: Como sea—Rueda los ojos— Hablo en serio ¿Para que le dijiste eso?

Géminis: No lo se ¿De acuerdo? extraño como se quedaba hablando conmigo hasta la madrugada, la manera en la que me hacia sentir, como podía contagiarme la risa...— Paso mis manos por mi cara repetidas veces, esas solo eran algunas de las cosa que extrañaba de Cáncer y se que podría enumerar al menos cincuenta mas si me lo pidieran.

Libra: Por Zeus Géminis no la extrañas como novia, la extrañas como amiga no te confundas— Me habla con tono enojado seguramente pensando que soy el imbécil mas grande del universo— Y claro que la extrañas, a pesar de tus cambios de humor o de cualquier cosa era la única que siempre te estaba perdonando y rompiendo su propio corazón para reparar el tuyo, al menos hasta que llego la gota que colmo el vaso.

Géminis: Estaba confundido pero jamás quise lastimarla  

Libra: Admítelo, solo pensabas en ti y jamás te importo nada de lo que Cáncer hacia por ti— La peliblanca dirige su mirada al techo, inhala y exhala calmando su enojo— Ahora acostúmbrate al hecho de que ella no te quiera ver ni a diez metros de distancia.

Y dicho esto se retira de nuevo dejándome con una sensación de culpabilidad mayor a la que ya sentía hace varios meses.

-Aries-

A la mañana siguiente me despierto con un gran dolor de cuerpo debido a los acontecimientos de la noche anterior y a la falta de sueño.

De una u otra manera me logro arrastrar hasta el comedor donde ya se encontraban un Leo con mucha resaca y una Sagitario viéndose genial como siempre.

Aries: Buenos días—  Saludo rascando mi nuca a lo que ambos responden con un "hola"— Fue una noche interesante ¿Eh?— Leo asiente con cara de dolor— Para mi lo fue mas cuando encontré a Néfele en mi habitación...— Mi vista se dirige a Sagitario quien ahora se encontraba con la mirada enfocada en su plato y mordiéndose los labios de forma culpable

Sagitario: No te enojes...— Habla en tono bajo y me doy cuenta que en verdad se siente culpable pero eso no era suficiente como para hacer que deje de sentirme enojado

Aries: No me enojaría si alguien no estuviera acusándome con mi madre como si fuera un crio que se ha portado mal— Tomo asiento en mi lugar de siempre y doy un sorbo al jugo que me han servido.

Sagitario: Pero Aries...—La interrumpo.

Aries: Ya déjalo así, no vuelvas a entrometerte y mucho menos si incluye a Néfele ¿Entendido?— La pelirroja asiente y ahora mi atención se centra  en Leo— Supongo no veras a Piscis hoy

Leo: Estoy al borde de la muerte y crees que voy a ir a verla, aunque al borde de la muerte y todo me veo hermoso— Se acomoda el cabello y siento su ego en el aire— Tal vez vaya mas tarde a casa de los agua pero no  planeo quedarme mucho tiempo.

Una idea se cruza por mi cabeza al oír los planes de mi amigo.

Podría usar a Leo como excusa para ir a la casa de los agua y poder ver a la chica de piel pálida de nuevo y mi plan seria excelente si no fuera por una voz en mi consciencia recordándome mi promesa de la noche anterior.

Mi humor vuelve a decaer y se que eh puesto mala cara por que Leo me queda mirando con una ceja alzada.

Néfele: ¡OH! me han esperado para desayunar— Dijo ella entrando al comedor— que adorables niños— Pasa aun lado mío y aprieta mi mejilla 

[...]

Leo: Entonces... ¿Hay alguna razón para que estés de mal humor hoy?— Dice detrás de mi y yo me tiro de espaldas a mi cama.

Después de desayunar yo me disponía a subir a mi habitación para cambiarme de ropa pero el león me vino siguiendo.

Aries: Vas a matarme si te digo

Leo: Si pudiera hacerlo lo hubiera hecho hace siglos ¿No crees?

Buen punto

Aries: Ayer estuve hablando con Cáncer—su cara se giro dramáticamente— Tranquilo, no paso nada malo en realidad paso todo lo contrario y eso es lo que me enoja, tu y Néfele insisten en que va a suceder un desastre con ella y yo juntos.

Leo: Tu ya sabes quien terminara peor en ese desastre ¿Verdad?—El se cruza de brazos y yo asiento de mala gana— Entonces por una vez en tu vida no seas tan terco y has caso a lo que se te dice

Aries: Es por eso que estoy de mal humor, eh decidido hacer lo correcto y mantener mi distancia con ella así que no tienes nada de que preocuparte.

Leo: ¡Wow! ¿tu haciendo caso? Seguramente hoy llueve hacia arriba— dice sarcástico y giro mis ojos— En otro tema... ¿No crees que has sido un poco... no lo se? ¿Duro? con Sagitario allá abajo

Aries: Si pero ella se lo ha ganado, sabe las cosas que me molestan y aun así las hace— me reincorporo en mi sitio sentándome en mi cama

Leo: Si bueno yo entiendo eso pero aun así ha sido cruel, sobre todo considerando  que ella...

De repente el sonido de un ave mensajera en la ventana capta nuestra atención.

Aries: ¿Correo tan temprano?— Leo se encoge de hombros y lo miro confundido.

Me acerco para abrir la ventana y dar paso a la lechuza blanca.

Cada casa de los signos tiene sus propias aves mensajeras, en el caso de los de fuego es obviamente el fenix.

Y si la memoria no me falla, las lechuzas provenian de la casa de los signos de agua.

 De: Cáncer

Para: Aries 

If We Try   // Cáncer X AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora