Capitulo IV || La casa del árbol ||

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Pov tercera persona:

—Yo soy zenitsu- dijo tímidamente por el poco espacio que había.-Pero....¿Me estás diciendo que vaya contigo a una casa en un árbol en una tormenta eléctrica?—dijo el rubio con algo de confución .

—emmm si

— ... ¿ Estas loco?— preguntó zenitsu con un tono burlesco.

—Quizás, pero tranquilo hace días que compre un pararrayos casi siempre hay tormentas eléctricas en esta época- tanjiro extendió su mano hacía el rubio para que el pudiera tomarla - Entonces ¿ Nos vamos?

—¿Que sucederá con los demás árboles?

—No hay muchos árboles cerca de la casa, esta en la orilla un pequeño río, una vez que lo cruzemos te darás cuenta.

—Dijiste que me escuchaste caminar ¿ Pero cómo, si la casa esta cruzando el rio?

—hiba de regreso a mi casa, pero me di cuenta de que llovería, pensaba en regresar pero te escuche y por eso apunté hacía donde estabas con la lámpara- hizo un pequeña pausa para tomar mi mano, el aire movía sus cabellos y mientras el trataba de mantenerlos quietos moviendolos hacía atrás con su otra mano, para después verme—Debemos irnos ya, esta empezando a brisar.

Zenitsu no estaba seguro de ir pero no tardaría mucho en comenzar a llover mas fuerte, asi que asintio con la cabeza y apretó el agarré en la mano de tanjiro.

Estuvieron corriendo así por unos 4 minutos, pero el rubio hiba un poco mas lento cojeaba de un pie, se había lastimado un tobillo en una de las caídas, el de cabellos burdeos se dio cuenta de esto y comenzó a disminuir un poco la velocidad, hasta que paro en seco al escuchar un quejido proviniente de zenitsu

--¿Te duele mucho?

- Si....- dijo el rubio mientras escondía su rostro girandolo hacía abajo por el pequeño rubor en sus mejillas.

Tanjiro se dió la vuelta mostrando la espalda - Pu-puedo cargarte si quieres - dijo mientras dirijia su mirada y una sonrisa tímida hacía el rubio.

- ¿Estas seguro?- zenitsu preguntó mientras jugaba con sus dedos, Tanjiro asintio y dejo la lámpara en el suelo para agacharse un poco, el rubio camino hacia el, y abrazo la espalda de tanjiro, después Tanjiro tomo con una de sus manos la lámpara y con la otra sostenía una de las piernas del rubio, este para darse mayor soporte paso sus brazos por su cuello.

Asi estuvieron caminando, zenitsu se sentía cálido junto al otro chico de vez en cuando apretaba un poco mas el agarré en el cuello del burdeo al escuchar los truenos sonar; el rubio asomó su cabeza estirando el cuello al escuchar el ruido del agua, era un pequeño río como había anteriormente le habían dicho lo cruzaron sin ningún problema, pronto llegaron a una pequeña casita de madera sostenida por dos árboles.

— Pues no aspira mucha confianza — dijo zenitsu mientras escondía su rostro en el cuello de tanjiro.

— Tranquilo diente de león— menciono mientras acariciaba el cabello de un zenitsu sonrojado— hay un pararrayos, además hay poca probabilidad de que nos caiga uno— Tanjiro siguió caminando y subió por la pequeña escalera que colgaba de la casa, sentía como el rubio estaba temblando y soltaba pequeños quejidos — no te preocupes, yo me encargaré de protegerte— soltó mientras sonreía, sintió como zenitsu aflojaba un poco su agarre pero seguía firme, Tanjiro abrió la pequeña puerta y tomó la mano de zenitsu para que ambos pudieran entrar.

Por dentro se veía bastante pequeña, la madera se veía un poco desgastada y tenía pintura blanca un poco desgastada por la humedad, había pocas cosas dentro, algo de comida, un pequeño futón y una mochila con algunas libretas fuera, al parecer de Tanjiro.

— Perdón por el desorden... No esperaba visitante rubios hoy — zenitsu no contesto nada, estaba caminando por el pequeño lugar viendolo todo, mientras que Tanjiro lo seguía con la mirada mientras cerraba la puerta sin despegar sus ojos del rubio.

El de cabello burdeo fue por un pequeño cajón y se acerco a el lugar donde estaba zenitsu

—¿ Tienes hambre? tengo sabritas y... galletas..— decía mientras sacaba las mencionadas del cajón y las ponía en las manos que había extendido el rubio.

— Si, gracias Tanjiro ! — dijo el rubio con una gran sonrisa y empezaba a comer algunas frituras.

Zenitsu veía como los truenos empezaban a sonar mas fuerte y la lluvia empezaba a caer

— Tanjiro

— si?, sucede algo zenitsu?

— ¿Puedo quedarme a dormir aquí?

— Porsupuesto!

— Gracias....— soltó un pequeño suspiro

— Es tu primera vez no ?

— he ? — le dirijio una mirada preocupada mientras Tanjiro se empezaba a acercar — Tanjiro ?

— ¿Que pasa zenitsu?, Tranquilo todo estará bien yo te guiare

—  ¡¿He?! — sus respiraciones estaban demasiado cerca y zenitsu podía sentir la punta de la nariz de Tanjiro, el rubio empezaba a retroceder hasta toparse con una de las pequeñas paredes—¿ a qu-e te re-refieres tanjiro?— zenitsu se sentía pequeño y no podía articular ninguna palabra sin temblar en el intento.

— Tu primera vez aqui en la cuidad, o en este caso en el bosque, te vez muy nervioso desde que te encontré — tanjiro hizo una pausa para poner una de sus manos en la frente sonrojara de zenitsu— ¿te encuentras bien? estas caliente.

— emm si, no te preocupes — decía zenitsu mientras jugaba con sus dedos .

— Bien, vamos a dormir.

Y después de eso se fueron a dormir, o bueno a intentarlo, zenitsu se movía constantemente pero simplemente no podía dormir, tenía bastante miedo, estaba solo en un lugar que no conocía en medio de una tormenta; siempre las odio, desde que era pequeño zenitsu iba con su abuelo y le contaba pequeñas historias donde  relacionaba su cabello rubio con un rayo, de igual forma llegó a hacerlo Kaigaku masomenos a su edad solo que el no relacionaba su cabello, si no, una marca de nacimiento en su cuello, kaigaku no lo admitiría abiertamente, pero siempre le temió a las cosas afiliadas, si bien eso fue bueno para evitar accidentes, kaigaku incluso actualmente les sigue teniendo bastante miedo.

Zenitsu no podía consiliar el sueño, dirijio una tímida mirada hacia el de cabellos burdeos que estaba a su costado derecho, desprendía un sonido bastante tranquilo que lo arrullaba, era una melodía tan gentil que le daban ganas de llorar, el rubio se acercaba un poco más para poder apoyar su cabeza en el pecho del otro y poder así escuchar mejor esa melodía que tanto le agradaba, le encantaría poder escucharla por siempre era como escuchar una tranquila canción de cuna, pronto sintió como la mano del otro se movió y fue hacia su cabeza para apoyarla con un poco mas de fuerza en su pecho, tanjiro se acercó un poco a zenitsu para poder abrazarlo, sentía como poco a poco dejo de temblar, Tanjiro posó su cabeza encima de la de zenitsu y empezó mientras olía sus cabellos, zenitsu olía a duraznos frescos y un poco dulces, un cómodo silencio predomino en la habitación, los truenos habían parado y la lluvia se había relajado pero ninguno de los dos se soltó, ya se habían quedado dormidos.

La casa en el árbol | TanzenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora