Prólogo

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"Yo no sabía lo que podía llegar hacer por esa persona. Por ella, por mí amor, por mi vida, por mis ojos color sol".

"Esto son mis sentimientos, mis sensaciones, mis emociones, cuando la ví..."

Eso decía en la inscripción principal del folleto de la exposición. Era extraño. Al levantar la mirada, el cuadro frente a mí era tosco y las líneas no tenían algún sentido para mí. Nada de mi agrado.

―¿Qué te ocurre Carolina? ―preguntó mi padre.

―No sé, es que... me parece raro este cuadro, no le encuentro sentido.

Mi padre se rio.

―Es porque le estás viendo solo con tus ojos. ―Enarqué una ceja, estaba confundida ante las palabras de mi padre―. Usa tu corazón ―pidió.

Miré el cuadro tratando de buscarle el sentido, pero todo era borroso y sin algún posible significado.

―Me rindo, no le veo nada interesante ―dije cansada entre bufidos.

―Eso te pasa por pasar mucho tiempo en tu celular, deberías ver a tu alrededor y ver las cosas desde otro punto de vista. —Mi padre podría ser desesperante, pero siempre era paciente conmigo―. Eres una mala perdedora. ―Abrí la boca del asombro al escucharle. Pero él se rio y me hiso una señal con su mano hacia una banca―. Mira ―dijo al sentarse―, no te contaré el secreto de estos cuadros, pero si te contaré una historia relacionado a ellos.

―Por favor, que no sea larga... ―rogué desanimada.

―Bueno,escúchame bien. Ésta, es una historia real...

Ojos color solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora