CAPITULO CUATRO: Conexiones (II). El poder del Byakugan.

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NOTA: me di cuenta que no pude colocar todo lo del aviso porque seria muy repentino jajaja

Esto >>, es de pensamiento.

Y lo que esté entre estos << >>, es un recuerdo de pensamientos o voces internas.

Luego de este, les daré un especial para culminar en encuentro entre Kushina y Hinata y otras cosas más.

¡Disfruten!

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Berlín, Alemania. 03:44 am.

Se presentaba. La noche acostumbraba ser tan oscura pero a la vez tan brillante a estas altas horas de la noche, tan callado, tan cálido y tan equilibrado que daba la sensación de que algo pudiese estar ocurriendo.

No se equivocaron.

A decir verdad el viento iba y venía como quien llama sin avisar. Los grillos armonizaban una sinfonía no antes escuchaba para quienes acostumbraban admirar.

Algo anunciaban pero que no querían revelar.

Y como es de costumbre, el viejo hombre se asomó al balcón. Su insomnio se volvía cada vez más frecuente, pues ya hace un tiempo para acá que el croar de las ranas se hace cada vez más fuerte en las afueras de su balcón ¿Era normal que eso le sucediese nada más a él? Pues sí, eso parece. Se había acostumbrado, había aprendido el lenguaje, y aunque su vida se inundaba en un profundo secreto solo podía ser algo muy obvio:

El rey de los sapos...

O así le habían apodado unos viejos amigos que compartían un fin similar.

Sin embargo, de tantos croares que había escuchado en su vida: tonos, alarmas, sumisiones, y más; este particularmente le parecía peculiar, y no por no entender, si no que se trataba más de un código que de un mensaje, un aviso de alarma, pero ¿sobre qué? Llevaban muchos días, semanas que estas ranas y sapos le daban el anuncio de una algarabía profética, a aparición de alguien y la conexión de algunas almas.

Pero este viejo, quien posee una larga y gruesa melena blanca, acostumbrada ser dominada por una coleta de caballo, se tornaba pensativo a las insistencias de estos anfibios en la madrugada de hoy. Parecía que al escucharlas, sus ojos se tornaban amarillos y sus pupilas en horizontal, como una línea. Se apoyó en la baranda del balcón y miraba hacia todo el panorama del jardín, no es enorme pero sí muy espacioso. Cerró los ojos por un momento, y seguía escuchando sus advertencias, se frustraba que fueran tan poco específicas.

Frunció el ceño, y con los brazos en el barandal solo podía recorrerle una idea en la cabeza... Era raramente imposible, no era el momento ¿o sí? Pues en estos tiempos nada podría impresionarle aunque siempre habrá algo que pueda.

__ Parece que tu tampoco puedes dormir ¿Eh, Minato?

Se había percatado, pues sonrientemente en su antigua posición sin mirar hacia sus espaldas, estaba aquel más que su amigo y pupilo, podía considerarlo como su propio hijo. Siempre juntos, inseparables, desde que sus padres fueron victimas del 11 de Septiembre, se prometió en cuidar aquel joven adulto como su hijo.

__ Como siempre tan perceptivo, Jiraiya. Aunque yo te iba a preguntar lo mismo_ rió como es de costumbre_ ¿Has podido descifrar algo?

__ Están mucho más intensas esta noche, la luna se denota en lo más alto y sus croares se tornan más irritables pronunciando la misma secuencia_ arrugó un poco su rostro, con los brazos cruzados y dándose vuelta hasta Minato apoyándose en el barandal_ ¡Estos jodidos renacuajos no terminan de evolucionar! Pero lo que me parece aun más sorprendente es que te hayas despertado, Minato, duermes más profundo que un oso en invierno_ observó a su pupilo de reojo.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2023 ⏰

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