Epílogo. - Libertad.

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Escrito en tercera persona, disfruten. Espero que sea de su agrado.

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2 años después.

El hombre caminaba por el pequeño pueblo con la bolsa de la compra, y una sonrisa en el rostro que lo decía todo, estaba en paz. Miró al cielo claro, tomándose unos segundos para admirarlo, siempre le había parecido algo maravilloso. Quizá alguien que había vivido toda su vida en la superficie no lo entendería, pero él, que la mayor parte de su vida la había vivido en el subsuelo, sabía apreciar cada color en el cielo, y matiz en las nubes. Entró al pequeño establecimiento en el que estaban Jean y Connie, ambos conversaban entre risas mientras Gabi sentada del otro lado de mostrador los escuchaba, parecía un poco aburrida. Levi vió como los tres fijaban sus ojos en él, y él solo siguió su camino.

-Buenos días capitán.- Levi giró los ojos mientras entraba tras el mostrador y despeinada a Gabi, quién le sonrió pegándose a él con cariño. Levi pasó su brazo por los hombros de la niña, y miró a sus exsubordinados con el ceño fruncido.

-Ya les dije que dejen de llamarme así, ya no soy parte del ejército. ¿Cómo has estado?- esta vez se dirigió a la niña que ya era toda una señorita, ella le sonrió separándose un poco de él para contestarle.

-Bien, no ha venido mucha gente hoy.- Levi asintió y volvió la mirada hacia ambos hombres que sonreían ampliamente mirando la escena, luego de aquel tiempo se habían acostumbrado a ver al capitán, ex capitán Levi, mostrando afecto.

-Es más, comandante, y capitán, ¿no deberían estar en el cuartel armando alguna cosa?- señaló a Jean y a Connie respectivamente. Ambos se sonrojaron y rieron cómplices.

-Cap...Levi, estamos en nuestro día libre, y siempre es bueno venir a visitar a la familia.- Jean le sonrió despacio mientras bebía un poco de su vaso, Levi se lo quedó mirando con una leve sonrisa al escucharlo, después de tantos años con aquellos mocosos, sí... Podía que los considerase su familia.

-¡Aquí estás! ¡Jean! Quiero decir... Comandante Jean...- una muchacha rubia se adentró en la tienda acercándose a Jean, Levi pudo reconocerla como Louise. La muchacha que había estado en la legión de reconocimiento hace dos años. Ella tomó a Jean de la mano y lo jaló hacia una esquina de la tienda, el muchacho estaba sonrojado mientras ella lo jalaba hacia abajo para poder hablarle al oído, ya que estaba muy alto.

Levi no escuchó lo que le dijo, pero por la cara de Jean intuyó que había sido una noticia fuerte. -¿Todo bien?- Louise estaba tras de Jean, tomando su mano mientras este intentaba recuperarse. Ella se veía feliz. Connie parecía tan confundido como Levi.

-Eh, hermano, ¿estás bien?- Connie frunció el ceño cómo solo él sabía hacerlo, buscando comprender la expresión de Jean, quien parecía estar en shock.

-Oh, hola Louise. ¿Estás bien? Estás muy pálida.- Mikasa salió de la trastienda con Eren en sus brazos. Cuando vio a Levi le sonrió ampliamente y se acercó para darle un pico en los labios, su cabello había crecido mucho en aquellos dos años, y cada día se parecía más a su madre, tan hermosa y cálida. -¿Cómo te fue, cariño?- Gabi, quien se había metido a la trastienda cuando Louise llegó, salió detrás de Mikasa con el bolso del bebé mirando que todo estuviese completo. Levi acarició el cabello de Mikasa con cariño, y ella se recostó en su mano.

-Me fue bien, ¿vas a alguna parte?- preguntó el pelinegro mientras la abrazaba por la cintura, acariciando su frente con la suya, Eren aprovechó para jalonear algunos mechones del cabello de su padre, Levi se había dejado crecer un poco la parte de arriba de su cabello, y el pequeño moño que solía llevar se le había deshecho, lo que Eren aprovechó para jugar. -Hey mocoso... No hagas eso... Tsk...- Mikasa soltó una leve risa mientras veía como Levi intentaba soltar muy despacio su cabello de la manita del niño, Levi frunció el ceño al escucharla reír, y la miró entrecerrando los ojos, hecho que hizo a Mikasa reír más aún, achuchando a su bebé contra su mejilla. Levi suspiró al verla así, y acarició su mejilla con su mano libre, sus miradas conectaron en aquel momento.

Entre el fin del mundo y tu voz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora