𝐀𝐋𝐈𝐀𝐃𝐎.

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Aunque rhaego era desconfiado necesitaba más gente para su guerra en los próximos tiempos, los dothrakis lo seguían y los inmaculados que aún vivían lo hacían de igual manera pero al guerra de su madre había dejado bajas numerosas que se veían más de lo que deseaba.

- ¿Trajiste a un desconocido? -alzó una ceja para así bajar con lentitud las escaleras hasta quedar frente a la mujer que lo miraba con seguridad, las historias volaban y sabía la de aquella mujer frente a ella, no había odio más grande que el de una madre, cuando aquel secuestro de ella, su hija y Asha habían azotado a su madre como una ola de agua fría las cartas habían llegado días después para dar aviso sobre la seguridad de en aquel entonces adolescente príncipe.-

—no desconocido, traje a una princesa, la heredera de las tierras lejanas, una guerrera, Nemaier askalyr. -las puertas se abrieron una vez más dejando ver a un par de guardias que portaban una especie de armadura de cuero amarilla y detrás de ellos entro una joven de cabello naranja cobrizo, portaba un vestido de color blanco con una serpiente bordada por toda su pierna que se escondía detrás de sus hombros.-

Los desconocidos no reaccionaron de buena manera cuando la pirámide vibró ante la presencia de Drogon en el techo haciendo que sus lanzas bajarán apuntado al heredero de daenerys cubriendo a su princesa entre ellos.

Los inmaculados respondiendo de inmediato rodeandolos esperando a que el joven plateado diera la orden.

- tranquilos, solo es mi hermano. -murmuró mientras miraba a Missandei quedarse a su lado sin perder de vista a la joven frente a ella que salió de entre sus guardias cuando estos se tranquilizaron llegando a un lado de ellaria.-

— mis tierras se inundan con el nombre de aquel bebé que revivió, tu historia se cuenta entre mis pantanos se dice que naciste del fuego de dragones, nosotros jamás hemos visto dragones vivir. -su acento era raro, sonaba como alguien que había aprendido hacia poco nuestra lengua.-

—mi nombre es rhaego. -habló para extender su mano hacia ella sujetandola cuando la joven la aceptó dejándola sobre su mano, dejó un corto beso sobre el dorso de está y miro las cicatrices pero las ignoró para así mirarla a los ojos.- tus ojos son... -susurró mientras la observaba con atención aquel color invadir otro.-

— diferentes. -respondió luego de él con tranquilad como si estuviera acostumbrada a eso.- al igual que tú.

Hasta aquel día creía que los targaryen eran diferentes en el mundo, aquel color pálido, sus cabellos plateados y sus ojos violetas eran algo que los distinguía y al igual que a ellos a otras familias también se les distinguían por ser diferentes, pero aquella chica parecía que se había complementado con muchas, su cabello era llamativo y si la mirabas de cerca podías ver cómo sus ojos azules eran invadidos por el negro entre pequeños pedazos dejando uno de estos casi a la mitad.

𝐑𝐇𝐀𝐄𝐆𝐎. [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora