𝐌𝐀𝐃𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐄𝐒

1.1K 155 14
                                    

"Y a Rhaego hijo de Drogo, el semental que montará el mundo, a él también le prometo un regalo. A él le entregaré esa silla de hierro en la que se sentaba el padre de su madre. A él le entregaré los Siete Reinos." - Drogo.


📍20 AÑOS ATRÁS, FUNERAL KHAL DROGO.

Aquella noche frente al pequeño kalassar que aún la acompañaba, Daenerys entró en la pyra siendo la joven de dieciséis años que su hermano había vendido, se despedía del hombre que había jurado entregarle a su hijo el trono de hierro, y dejaba a su hijo, el único parecido a ella.

Ser Jorah se había encargado de llevar al pequeño cuerpo del que habría sido Rhaego hasta un lado de donde el de su padre estaba, un bebé de piel blanca marcada con escamas, parecía que tenía alas de las marcas que tenía y su cabello apenas y había crecido.

Daenerys no solo le daba adiós al que sería el amor de su vida, su sol y sus estrellas, también le daba el adiós al fruto de aquel amor.

Cuando Jorah la vio entrar en el fuego deseo creer en ella con intensidad, la había seguido siendo un traidor pero luego de esos pocos meses la amaba y la seguía por que creía en ella.

— los dioses estén contigo, Khalessi. —susurró para el mismo y miró el fuego envolver a la mujer y espero cualquier resultado.—

...

Al amanecer cuando el fuego se había consumido y todo a su paso, Jorah camino entre los Dothrakis que dormían en espera de lo que había pasado a su khalessi, el humo aún salía de dónde había estado el cuerpo de Khal Drogo y cuando llegó a un metro de este la cabellera blanca se dejó ver y el caballero observó a la mujer cubierta de cenizas.

Cuando levantó la cabeza y quitó su mano de encima de lo que arrulaba en sus brazos Jorah cayó de rodillas.

— sangre de mi sangre. —habló y Rakharo le siguió mientras trataba de creer lo que sus ojos veían, su khalessi había salido del fuego intacta.—

Pero muy aparte de eso, no había salido sola. Cómo la señal de que la vida estaba, el bebé en sus brazos lloró indicando que había vuelto de la muerte y los dragones que se sujetaban a la piel de la joven dragón rugieron.

Daenerys había entrado como una niña a la cual le había arrebatado lo poco que tenía y había salido como la madre de dragones, la madre que había salido del fuego con sus hijos.

📍MEEREEN, FOSA DRAGÓN.

— ACTUALIDAD, SEIS MESES DESDE EL MATRIMONIO.

Aquella mañana mientras Rhaego estaba en aquel pozo de dragones que su madre había construido para encerrar algunas vez a sus dragones y que ahora servía como guarida de los jóvenes dragones que crecían a pasos acelerados cómo los tres primeros lo habían hecho, Rhaego miraba a Roghak; su joven dragón de cinco años que rugia mientras miraba la cabra frente a él.

Tranquilo, Roghak. Obedeceme y sirveme. —murmuró en aquel idioma que su madre había ayudado a perfeccionar con el paso de los años y que ahora que no estaba era Missandei la que se encargaba.—

Cuando Roghak abrió las alas levantandose en sus patas traseras Rhaego lo miró mientras suspiraba sintiendo el aliento cuando le rugió con fuerza y se mantuvo firme frente a él.

¡Sirveme y Obedece! —le gritó y Gusano Gris dió un par de pasos alejándose a metros de dónde estaba junto a los dos jinetes de sangre que cuidaban de rhaego.—

El joven dragón era testarudo y violento, había asesinado a dos cuidadores en sus cortos años y Rhaego parecía estar obsesionado con ser su jinete, color rojo como la sangre y un cuello largo que se movía en curva mientras amenazaba al joven que se acercaba a él.

𝐑𝐇𝐀𝐄𝐆𝐎. [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora