𝐌𝐀𝐃𝐑𝐄

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"el fuego no mata a un dragón"

el sonido de aquellos tenedores ser movidos había echo que el joven targaryen regresará a la conversación que mantenía con daario, apenas y había escuchado dos o tres palabras de lo que el moreno le decía, sus pensamientos estaban más allá del mar, allá donde el trono de hierro estaba, con su madre.

las semanas habían pasado y ninguna carta había llegado como la madre de dragones había dicho.

- algo le ha pasado. -murmuró rhaego a un extremo de la mesa mientras miraba la copa de vino frente a él.- puedo sentirlo.

La mirada de daario se posó sobre él y termino de tragar lo que tenía en la boca para luego suspirar.

- deja de pensar en eso, rhaego. Tal vez la guerra se extendió un poco más, recuerdo la última carta, habían derrotado al rey de la noche y a todo su ejército, irían a rocadragon y luego..

Ni siquiera terminó lo que iba a decir cuando la voz del plateado regreso.

- rhaegal está muerto, lo vi, se hundió en el mar, yo pude sentir el dolor, no entiendes lo que pasa, se que algo le ha pasado.-

- rhaego, no debes preocuparte por ella, tus hermanos la protegen, los dothrakis, los inmaculados están con ella, está rodeada por gente que la ama, pronto sabremos de ella, sabremos de sus victorias y de que ha tomado el trono de hierro.

El joven asintió y miro hacia aquel balcón que daba hacia el mar, la última vez la había visto alejarse con miles de barcos y con sus hermanos en el cielo pero sabía que uno de ellos no estaba más.

...

Aquella noche en medio de una tormenta había soñado con sus hermanos sobrevolar los cielos y a su madre a un lado de él mirándolos, tenía una enorme sonrisa mientras relataba historias de la guerra y de como había tomado el trono de hierro.

La tierra retumbó cuando drogon descendió justo a un lado de ellos, su madre lo miró unos segundos y luego dejo un corto beso sobre su frente para observarlo con las manos sobre sus mejillas.

- haz caer el cielo sobre ellos.-

Rhaego no entendió aquellas palabras y volteó hacia su hermano cuando esté rugió con fuerza haciéndolo dar un par de pasos hacia atrás con temor

Sus brazos pesaron como si estuviera cansado y su pecho dolió de nuevo como si tuviera brazas sobre este, bajo la mirada hasta sus brazos y observó el cuerpo de su madre sin vida, la sangre corría por su rostro manchando sus plateadas trenzas y su vestido blanco tenía una gran mancha en el pecho. No pudo moverse o hablar, simplemente la observó por segundos hasta que las campanas de la pirámide lo hicieron despertar cuando el sol estaba saliendo.

Los pasos apresurados de una de sus cuidadores se hicieron presente cuando se cerraron las grandes ventanas para evitar que el agua de aquella fuerte tormenta entrara.

-¿que pasa? -susurró bajo tomando su camisa para colocarla mientras escuchaba las campanas nuevamente y está vez fue daario quien entró en la habitación segundos después.-

-se acerca uno de tus hermanos.

Aquellas palabras lo habían hecho quedarse parado junto a la cama unos segundos como si sintiera que el sueño se volvería realidad, no escucho lo demás y salió corriendo de la habitación buscando la salida hacia donde sabía que su hermano descenderia, el lugar que años atrás había sido el mismo en el que su madre había dejado en claro su nombre al defender la ciudad de los amos.

Sintió el aire y el agua chocar contra su rostro, hacia años que no sentía la lluvia y en otro momento eso le hubiese emocionado pero tenía el mar presentimiento que algo andaba mal, miro hacia el mar y pudo observar la enorme figura negra que se acercaba desde gran océano, sonrió y camino hasta la orilla para gritar a su hermano, una y otra vez con fuerza.

- ¡drogon, drogon!

Pasó sus manos por su rostro quitando el agua y sintió su piel erizarse cuando observó las garras de su hermano, las blancas trenzas eran movidas por el viento al igual que las telas de su vestido negro, espero a que su hermano descenderia y escuchó nuevamente el rugido como el del sueño pero está vez no retrocedió, su hermano sufría y él también, drogon de echó sobre el suelo cubriendo con sus alas el cuerpo y lloró, el joven no se movió por unos minutos de el agua pero luego camino hasta donde estaba su madre para meterse entre las grandes garras de su hermano sosteniendo el cuerpo pálido de su madre.

Daario había llegado minutos después pero se había quedado a metros de ellos, solo observando aquella escena donde dos hermanos abrazaban a la mujer que les había dado la vida, escucho los gritos de rhaego y tragó en seco con el agua en su cara, también escucho los rugidos llenos de dolor de drogon que cubría su hermano y a su madre debajo de una de sus enormes alas.

Rhaego se quedó allí con ella entre sus brazos, sus labios que temblaban por el frío estaban sobre la mejilla de su madre mientras la abrazaba y susurraba cosas en su oído como si ella escuchará, la lluvia había cesado pero ahora el viento era frío como la piel de la mujer, sus mejillas estaban blancas como sus cabellos y su rostro estaba manchado de sangre seca, el viento había despeinado la mayoría de sus trenzas pero aún así se veía como siempre.

- Debía estar contigo. -habló bajo mientras pasaba sus dedos por las mejillas de su madre, sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas y caían sobre el pecho de su madre donde aún estaba la daga que le había arrebatado la vida.-

Sintió el aliento caliente de su hermano cuando esté se acercó hacia el cuerpo y lo movió ligeramente.

-Se ha ido. -lo miro unos segundos y luego pego su frente en el medio de las grandes fosas nasales de el dragón para sollozar bajo junto a él, sabía el sentía su dolor, drogon la había protegido siempre de todos, desde que solo era un pequeño e inofensivo dragón.-

Se levantó con su madre en brazos y la sujetó con fuerzas caminando hacia la pirámide antes de sentir el aire que su hermano había echo al volar nuevamente hacia el mar, tal vez se iría como lo había hecho antes o tal vez no, cada quien sufría como lo deseaba.

𝐑𝐇𝐀𝐄𝐆𝐎. [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora