Capitulo 2.

89 12 0
                                    

2. "Samuel"

Respira hondo — La beca que tenías ya no la tienes más, lo siento — sostiene.

Niega con su cabeza — Si es porque me atrase, juro que mañana junto la mitad y la traigo, señor. No puede dejarme sin esa beca porque es lo único que me ayuda a terminar mí último año aquí — le pide .

Todo su mundo se estaba cayendo en mil pedazos, había hecho 3 años de administración y solo le faltaba un año para recibirse, después de tanto esfuerzo. No podía hacerle eso, sentía que no podía respirar y sus lágrimas caigan de golpe. Se encontraba cansada, Frustrada y llena de inseguridades. Para mantener esa beca dejó de lado a su familia, sus amigos, las salidas y se dedicó a cumplir con todos los requisitos para continuar teniéndola.

Le muestra la computadora — No puedo hacer nada, es la empresa que ya no quiere ayudar a los becarios y nosotros como directivos nos vemos en la obligación de informar a los estudiantes. Melo, lo siento tanto — le dice mirándola.

Limpia su lágrimas — ¿ Y ahora que hago ?— pregunta .

Le entrega un papel — Deberías juntar este monto para continuar todo el semestre aquí — le dice mirándola.

Observa la cifra, niega con su cabeza y se tapa la boca llorando — Me tomaría meses para reunir esa cantidad de dinero y perdería muchas clases — dice temblando.

Eleva sus hombros — No se que decirte Melo, lo lamento pero ahora no puedo hacer nada más que hablar con estas personas y ver que dicen — le explica .

Se levanta de ese asiento, toma sus cuadernos y ese papel que le dio — Mañana volveré entonces — dice enojada.

Sale de esa oficina con una angustia inmanejable que hace que todo le parezca tan desagradable porque observaba a sus compañeros sonriendo, comiendo como si nada pasará y viendo cómo toda su vida era tan perfecta. Mientras que ella debía luchar hasta el último centavo para llegar a pagar todas sus cosas.

Regreso a su casa, no pudo contenerse y llorar al lado de su amigo que la consolaba. Le ofreció darle dinero para ayudarla pero se negó, quería su beca de nuevo y que nada más le suceda. Busco en sus cuadernos una hoja en blanco, empezó a poner número para lograr a llegarse a pagar sola la universidad pero cuando vio se amargo más — Tendría que tener mínimo 3 empleos para cubrir la cuota mensual — susurra .

Su amigo lo mira — Eso es imposible porque no te daría tiempo de ir a clases y menos de dormir. Ya bastante te estás haciendo daño con este empleo nocturno — le responde enojado.

Hace un gesto con su boca y respira hondo — Necesito hacer algo porque no dejaré que me arruinen este año — le asegura .

Remarca unos números — Dile que puedes cubrir el 60% de la cuota y fíjate si te lo aceptan mañana — dice mirándola.

Sonríe — Gracias — le da un beso en la mejilla. Al día siguiente.

Se levantó temprano porque faltó a su trabajo de la noche, reportándose como enferma y fue directo a la universidad. Saludo a sus amigas que estaban entrando en clases y camino hasta la oficina del decano.

Golpea varias veces hasta que escucha que le autorizan ingresar — Buenos días — dice sonriendo.

Le llamo la atención esa actitud de ella tan cambiante a lo que era ayer — Buenos días Melo — responde dejando su café a un lado .

Pero otro día yendo a esa oficina, discutiendo porque nadie le daba una explicación sobre su beca se cruza con una persona que hace que su mañana se termine arruinar .

Rebusca en sus papeles — Tome mis calificaciones y ve aquel jamás desaprobe una materia y di lo mejor de mí, debe ayudarme en algo eso — dice nerviosa.

Observa que todo lo que le decía era verdad — Pero aún así, Melo. No puedo ayudar porque está lejos de mí y solamente el señor Rodríguez puede recapacitar para devolver las becas — le responde y le entrega los papeles.

Mueve su cabeza — ¿ Le dará mis papeles a él ? — pregunta sonriendo.

Niega varias veces — No porque no es un señor fácil de conseguir que haga algo, es diferente y creo que me entiendes — le dice mirándola.

Lo sigue mirando a su decano — No puedo creer que me hagan esto — grita abriendo la puerta y quedándose de espalda.

Su cuerpo choca con otro, se gira hasta quedar a centímetros de un hombre que no conocía y sus ojos van directo a todo cuerpo. Bien vestido, perfumado y un rostro de un modelo. Se quedó completamente embobada mirándolo.

Abre sus manos alejándose — Mira por dónde vas a empezar a caminar — le dice enojado .

Reacciona y lo encara — Idiota — grita más molesta .

Se voltea para que le expliqué algo pero ve que el decano le hace una seña para que cierre la boca — Es Samuel Rodríguez, trabaja en la empresa que daba las becas — lo presenta .

Ese hombre le extiende su mano en forma de saludo pero ella se acerca y cuando escucha ese nombre le pega una bofetada — Por la culpa de tu jefe que ya no financia los fondos de esta universidad es que me quede afuera, comunicaselo porque parece que todos le tienen miedo a ese imbécil — le dice mirándolo .

Se toca dónde lo golpeó y mueve su boca — Soy el dueño de esa empresa — suelta de repente mirándola.

Abre sus ojos grandes y retrocede — ¿ Qué ? — pregunta .

El decano se acerca a su lado — Nunca dejas que termine de comunicar algo, es el señor Rodríguez. El empresario que te daba la beca y acabas de arruinar tu única posibilidad — le advierte.

Abrió su boca y siempre fue de hacer desastres. Una vez más estás pérdida, sin poder estudiar y considerando ser demandada por ese hombre, que recordó quien era: uno de los empresarios más ricos del mundo .

Así empezó esto...

¡ Quiéreme, por favor !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora