¡ Quiéreme, por favor !

Capitulo 8

No puede contener la risa que le causó al escucharla hablando de esa forma, Samuel Rodríguez era una persona muy importante y tenía todo que él quería sin límites ni prohibiciones . Obtuvo toda su fama al igual que su fortuna gracias a qué no seguía reglas de nadie y eso complicaba más aún la relación con ella, que tenía un carácter fuerte y decidida por lo que deseaba . Continúa parado frente a ella y se toca el cabello — No puedes pedirme eso cuando eres tú quien me necesita — le recuerda .

Termina tapándose con sus manos sus pechos que se podían notar por su remera tan clara, niega con su cabeza — No te confundas conmigo — dice molesta .

Retrocede, entendía que ocurría algo malo y que ya no era tiempo de tener que aguantar esas cosas de su parte .

Regresa agachándose en busca de su ropa para ponérsela — Creo que fue una mala idea venir — sostiene .

Ahora sí podía perder todo por lo que se había esforzado, una persona como Samuel no la encontraría por ningún lado . Deja que se termine de poner la ropa, lo intercepta para que no siga el camino hacia la salida — Discúlpame, no quise actuar así — le dice mirándolo .

Sonríe — Ya lo sé, tal vez el decirte amor fue tan impulsivo de la calentura que olvidé que no eras como las otras mujeres — confiesa .

No conocía tan bien a Samuel, algo por dentro le decía a ella que debía empezar a comportarse de una forma madura porque ese hombre no era para jugar . Samuel transmitía confianza pero a la vez una frialdad que su mirada no dejaba que mintiera . Se había ocupado en buscarla, lo hizo entrar en su casa y entre sus piernas, ahora buscaba alejarlo cuando ya le había solucionado el problema — Lo siento tanto — le dice arrepentida .

Levanta su mano para tocarle su hombro — No te estoy pidiendo matrimonio, tranquila — se burla por la reacción que estaba teniendo en ese instante .

Cuando escucho no pudo contener las risas, Samuel también reía junto a ella y sintieron que un poco se relajaron después de ese momento tan tenso que casi hizo que todo vaya para mal . Melo camina hacia cocina — Ven — grita .

Samuel camina observando cada detalle de la casa, vio fotos de Melo con un hombre y luego más fotografías con los que parecían sus padres colgados en las paredes . Viendo esa manera de demostrar un poco de vida personal, le causo una especie de poder llegar a conocerla un poquito más y ahora en la intimidad . Apenas sabía que era una estudiante brillante pero no quienes estaban detrás de esa persona . Samuel fue capaz de hacer su camino sin el apoyo de nadie, tal vez por eso sentía que le encantaba la soledad y no estar compartiendo con alguien sus logros . Cuando ingresa a la cocina ve que Melo termina de preparar dos tazas de cafés — ¿ Vives sola? — pregunta .

Le hace una seña para que se acomode en una silla, aunque la cocina era pequeña también tenía su mesa con las silla que daban detalles de que era comedor a su vez y todo estaba un poco deteriorado . Sonríe — No, vivo con mí mejor amigo — asegura .

Esa especie de casa/departamento que para Samuel era una habitación de su mansión se veía con muchos colores, respiraba tranquilidad y una energía súper especial tan de ella que se quedó mirando a su alrededor . Su mirada fue al rostro de Melo que bebía ese café con una delicadeza — ¿ Y dónde está? — pregunta buscándolo .

Hace un gesto con su cabeza señalando la salida — Se fue a trabajar por los dos, me cubrió mí puesto de hoy porque no estaba bien y prefería quedarme a descansar — dice desanimada .

Aún no podía encontrar que le hacía a Melo tener esa mirada llena de tristeza que hablaban por ella hasta en los silencios pausados que tenía . Se podía observar una figura delgada, el rostro pálido en la noche y sonrisa forzada que quería demostrar ante los demás . Samuel tenía esa manía de ver más allá de la persona que estaba frente a sus ojos y con ella se quedó con tantas dudas que respuestas .

Sus dedos chocan con la taza caliente de café — ¿ Y dónde trabajas? — pregunta mirándola .

Limpia su boca con una servilleta — En un local donde creo que vas seguido , queda en la Cervantes y Av. Restini — le dice queriendo responder rápido .

Mueve su cabeza asistiendo — Si, es el local de un amigo — responde cortante .

Deja la taza de café y abre sus brazos — Acá frente a ti, tienes a una de sus meseras nocturnas pero no me pagan por sexo — asegura .

Melo sabía que decir el nombre de ese local implicaba que las demás personas se imaginen lo peor de su persona, muchas veces leyó en portales que ese lugar era tildado como un prostíbulo dónde varias personas empresarias iban a relacionar y disfrutar de una revolcada con las empleadas . También que ahí preparaban a las mujeres con sus ropas diminutas para enganchar millonarios, las mantengan y sean como amantes . Pero ella no era así, tantas veces le tocó tener que enfrentarse a tipos borrachos que buscaban algo más y esa era la parte donde la pasaba muy mal .

Samuel la observa — ¿ Y porque te pagan entonces? — pregunta de una forma indiferente .

Sintió como él la despreciaba al enterarse dónde trabajaba en las noches, se creo una barra que le molestó demasiado y lo señalo — Sirvió tragos y no sé que piensas que soy — dice molesta .

Eleva sus hombros — Dime tú, yo soy contador y estoy aquí porque eres mi becada. Y ahora me entero que eres una empleada de mí amigo también — dice riéndose .

Revolea sus ojos — Eres un completo idiota, que esté trabajando ahí no significa que no sea alguien. Lo siento señor “me va bien en la vida y soy millonario ” por no estar a su altura — dice irónicamente .

Frunce su ceño — No he dicho eso, Melo — suelta de repente .

Mueve su cabeza haciendo unos gestos molestos para que vea bien que no le tenía miedo a ese hombre — ¿ Y qué quieres de mí? ¿ Ahora qué sabes dónde trabajo piensas que soy de dar servicios privados? — pregunta molesta .