Ikigai

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Dedicado a: Mikaazumabito
Gracias amiga por todo el apoyo, me motivaste a subir nuestro pequeño infierno, por eso y más te adoro❤️.

I

El tiempo avanzaba deprisa, después de descansar por un par de meses, tomaron la decisión de comenzar a trabajar pero no en batalla. Levi se dedicó a enseñar el uso de armas a los nuevos cadetes y ella asumió la labor de realizar el entrenamiento físico en el ejército de Hizuru.

-¿Así qué ahora patearas culos jóvenes?-preguntó Levi con una pequeña mueca que se asemejaba a una sonrisa miéntras limpiaba sus armas.

-Si, es una buena manera de no perder la forma, además si no salía de esa casa me moriría de estrés -resopló mientras pensaba en su último mes en casa y lo poco agradable que había resultado -, y así puedo patear tu trasero de vez en cuando. -terminó ella con una sonrisa.

-Ya quisieras -refutó el con burla para después mirarla y cambiar su tono de voz por uno más serío-. Mikasa, hay que entregarlas.

«¡Oh! sabía que se había olvidado de algo».

-Las olvidé, mañana iremos juntos a entregarlas. ¿Te parece a la hora del almuerzo?

-Si, debemos hacerlo pronto, ya no nos queda tiempo.

Los cadetes no lograban dejar de mirar embobados a la pareja o a Mikasa, eso sería mucho más específico.

-¡Hey! no saben que es de mala educación andar como moscas en una conversación ajena.

-Lo sentimos Señor. -respondieron al unísono los jóvenes mientras se alejánban del lugar.

-Así que ¿Tienes tu club de admiradores? -cuestionó Levi con clara molestia al sentir las miradas lujuriosas que dedicaban a su mujer.

-Aja, al igual que tú. -respondió ella tocando su hombro con una pequeña caricia.

Levi levantó una de sus cejas incrédulo de aquellas palabras que soltó Mikasa, aún así prefirió no molestarse en ello. Se puso en pie y beso la frente de la azabache y se despidió.

Su jornada laboral terminó sin penas ni gloria y para su agrado pudo regresar ese día con Mikasa a su hogar, así que tras un baño y un par de arrumacos cayeron rendidos al sueño que los embargaba, estában deshechos, el retomar hábitos había sido mucho más agotador y difícil de lo que ellos creían. Aún así la emoción de sentirse utiles traía consigo un sentimiento de saciedad que hace mucho tiempo no sentían y eso los motivaba a continuar con su vida.

×°×

Despertó antes que Levi y buscó lo necesario para ese día. De pronto se encontró con la invitación y sonrió porque todo se veía precioso y ese día sería perfecto para entregarla a sus nuevos amigos y conocidos, porque estaba convencida de quererlos a todos ahí junto a ella.

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𝙿𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝚛𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚊𝚜 𝚟𝚒𝚍𝚊𝚜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora