Capítulo 9

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Después de horas de visitas, llego a mi apartamento. No pienso quedarme en un hotel teniendo mi propio apartamento. La que debería irse a uno es ella.

Me voy directo a ducharme y prepararme para mi cita con Víctor, tomándome mi tiempo para que ella vuelva y me vea salir.

Al salir del baño me voy directo a mi vestidor.

Miro por un momento la ropa y me decido por un vestido color crema de encajes ceñido al cuerpo, por arriba de las rodillas con un pronunciado escote en forma de corazón en mi pecho. Zapatos con tacón color rojo, accesorios del mismo color, cabello suelta y mi fragancia favorita. Estoy lista.

Escucho la puerta abrir y veo que ya llego.

Sonrío con malicia.

<<Vamos Serena demuéstrale que contigo, nadie se mete>> Comenta mi razón.

Tomo mi bolso y voy a buscar lo que me falta...

Al llegar a la sala busco mi teléfono que deje en la encimera y las llaves, pero de reojo la puedo ver mirándome sorprendida y confundida.

-¿A dónde vas? -Oigo que me pregunta con enojo.

Ignoro su pregunta al empezar a dirigirme a la puerta.

Pero no llego lejos al sentir como su mano toma mi abrazo, haciendo que mi cuerpo reaccione a su toque.

-Te hice una pregun...

-No te interesa. -Respondo con enojo al soltarme de su agarre.

Nos miramos con reto en la mirada.

-Nerase no iras a...

-Ahora si soy Nerase -le reclamo, mirándola con tanto enojo-. No tengo porque darte explicaciones. -Sentencio al girarme y acercarme nuevamente a la puerta.

Justo cuando voy abrir la puerta, Mia no me deja abrir al poner su mano y voltearme hacia ella bruscamente.

-No pienso dejarte ir con ese imbécil -toma mi rostro en sus manos, mirándome con decisión-. Porque eres mía y solo mía. Nerase. -Asegura al estrellar sus labios con los míos.

Como en el sueño de esta mañana, mi cuerpo estalla con fuegos artificiales. Trato de no ceder, pero me es imposible al sentirla hacer un movimiento erótico con su lengua.

Gimo.

Dándole el acceso completo a mi boca, haciéndome devolverle el beso. Pero de repente de golpe entro en razón y recuerdo a la pelirroja.

-¡Basta! -la separo de mí, al alejarme y poner uno de los muebles como barrera con mucho desconcierto-. Como puedes decir eso, cuando me ignoras y te vas con esa pelirroja. -Le pido que me explique fríamente.

-Nerase déjame explicarte...

-Sabes que no me digas nada -la interrumpo al acomodarme el vestido y mirarla muy decidida-. Me iré te guste o no. -Comienzo a avanzar.

Pero todo pasa tan rápido y nuevamente me está besando, pero esta vez más ágil, con cierto erotismo. Mi espalda choca con el ventanal de mi apartamento, dejándome sin escapatoria.

-No pasó nada... entre ella y yo. -Asegura con la respiración entrecortada deteniendo el beso, colocando su frente en la mía.

No sé si creerle.

-Mia...

-Te lo juro -separa su frente al tomar mi rostro en sus manos-. Porque mis cuerpo y mis manos, no desean otro cuerpo que no sea el tuyo. -Confiesa.

Tu Excitante & Desconcertador Regreso A MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora