Tu Excitante & Desconcertador Regreso A Mí

Capítulo 6

—Nerase. –Oigo que me llama con voz ronca.

Y eso es todo para que mi cuerpo se despierte con deseo, por ella. Me encuentro con su mirada cerca de mi cama, con una piyama de seda más arriba de sus muslos, que no se puede negar le queda excitante.

—Mia... –Pero me detengo al verla cernirse sobre mí.
—Ya no quiero estar más tiempo, sin poder hacerte mía. –Confiesa rozando sus labios con los míos.

Mi cuerpo estalla con fuegos artificiales como en un cuatro de julio, mis manos crean vida propia comenzando a subir por sus muslos, levantando poco a poco su piyamas, mientras ella devora mis labios con agilidad,  que sin darme cuenta esta debajo de mí y yo encima de ella.
—Mia... –Susurro su nombre soltando sus labios, al sentir como esta vez, ella recorre mis muslos con sus manos.
—Ya no luches más y entrégate a mí. –Pide ella.
Pero no puedo  pensar al sentir como una de sus mano, hace su camino a mis bragas y...

El sonido del despertador me hace regresar a la realidad de un sobresalto.
¡Demonios!
Mi corazón va a mil, y mi cuerpo excitado como jamás lo había sentido. ¿Cómo es posible que ya allá penetrado en mis sueños?

<<No la dejes entrar, o lo lamentaras>> Comenta mi razón.
<<Eso no sucederá>> Contraataca la voz de mi corazón.

Ignoro esos comentarios al irme asear.

Tratando de no pensar en ese sueño tan desconcertador y excitante a la vez...

Al rato de ya estar lista para salir, estoy muy nerviosa al saber que ella estará ahí y de seguro querrá que le explique, lo que dije ayer. Pero no tengo el coraje para hacerlo y no caer perdida delante de ella.

<<Vamos Serena, puedes hacerlo>> Comenta mi razón.
Cierto, puedo hacerlo. Me digo a mi misma.

Salgo de la habitación, y al llegar a la sala la encuentro en la cocina, preparando el desayuno.

—Buenos días Nerase. –Dice al verme llegar.
Y solo escucharla llamarme así, me hace recordar el sueño que tuve, haciendo que mi cuerpo se encienda de excitación de inmediato.
¡Joder!
No puedo dejar que ella lo note, necesito salir de aquí pero ya.
—Buenos días Mia. –Contesto al comenzar a buscar mis cosas.
Lo hago sin mirarla, pero sé que aunque no la esté mirando ella sí lo está haciendo.
—¿Qué haces? –Pregunta detrás de mí.
Me tenso al oírla detrás de mí, haciendo que mi respiración se acelere.
—Voy a ir a ver a... Lauren. –Le respondo al tratar de evadirla.
Pero Mia no me lo permite al interponerse.
Me muerdo el labio inferior, tratando de controlar mis respiraciones.
—Podemos ir a verla más tarde –me quita el bolso y lo coloca nuevamente en el mueble–.  Vamos a desayunar. –Dice al tomar mi mano y acercarnos a la encimera.

Solo sentir su mano en la mía, me está volviendo loca y no sé si son ideas mías pero siento que lo puede notar. Al tomar asiento ella suelta mi mano y se coloca al otro extremo de la encimera. Trato de no mirarla, para no sentirme más perdida de lo que ya estoy por ella.

—Nerase mírame. –Pide.
¡Demonios, Porque me hace esto!
No puedo, si lo hago vera lo vulnerable que me tiene.
—Nerase mírame por favor –ella toma mi mentón y me hace mirarla–. Así está mejor. –Comenta en tono burlón.
Y sin poder evitarlo me pierdo en esa mirada, haciéndome recordar nuevamente el sueño de esta mañana.
—Mia...
—Lo sé –me calla con su dedo–. Tuviste un sueño erótico con las dos. —Suelta en voz ronca.