1| Pequeños Inicios

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Will caminaba sin descanso. Sus pasos eran pesados, llenos de frustración y cansancio. En una mano llevaba un periódico arrugado, mientras que en la otra sostenía una pequeña lista de locales a los que aún no había entrado. Su desesperación era evidente para cualquier transeúnte, pero nadie se detenía a preguntar.

De local en local, entraba con la esperanza de encontrar algo, cualquier oportunidad que le permitiera salir adelante. Sin estudios completos ni experiencia relevante, las negativas se acumulaban con rapidez. Su reflejo en las vitrinas parecía cada vez más derrotado, pero sus verdes ojos seguían buscando, como si en algún rincón del día aún quedara algo de suerte.

"Si tan solo me dieran una oportunidad", pensó. Porque él haría lo posible por salvar a un ser querido.

Frente a él, un pequeño restaurante captó su atención: Sabor y Sazón. La pintura desgastada en la fachada no parecía prometer demasiado, pero Will decidió intentarlo. Era su última opción, y estaba decidido a no rendirse.

[...]

Por otro lado, un desanimado pelinegro estaba sentado frente a su computadora en su apartamento. El texto en pantalla era una maraña de ideas que no lograba ordenar. Soltó un largo suspiro y, frustrado, cerró la laptop de golpe.

El cansancio se había acumulado durante las últimas semanas. La editorial estaba exigiéndole avances en su próximo libro, pero cada palabra que escribía parecía un eco vacío de las historias que solía disfrutar crear. Quizá la razón de su estancamiento era sencilla: escribía sobre amor, pero no tenía el suyo propio.

La vibración del teléfono lo sacó de su ensimismamiento. Resopló, irritado, antes de contestar.

-¿Qué quieres? -preguntó con su habitual tono áspero.

-Hola a ti también, gruñón. -La voz femenina al otro lado de la línea era cálida, cargada de una familiaridad que solo su hermana Charlotte podía ofrecer.

-No estoy de humor, Char.

-Por eso llamo. ¿Por qué no vienes al restaurante? Te hace falta salir un rato.

Demian dejó escapar otro suspiro, pero esta vez menos pesado. Charlotte siempre tenía razón.

-Nos vemos en quince minutos.- respondió con una leve sonrisa en su rostro antes de colgar.

Debía admitir que desde que se convirtió en escritor ya no había tenido tiempo de salir a donde quisiera, o tan solo disfrutar de alguna compañía; pero le gustaba su trabajo, escribir cosas sobre el amor le apasionaba, pero él quería vivir su propia historia, él quería conocer a alguien, pero el querer es muy poco en esta vida.

Termino de cambiarse y a pasos lentos salió de su hogar, la luz del sol en cierto modo le molestaba la vista, claro porque al estar día y noche en un computador no era muy bueno para la vista, pero ya no le importaba, para eso tenía sus gafas, las cuales le era una gran molestia desde primaria.
Mientras veía a la mayoría de la gente pasear en pareja él se sentía cada vez solo.

¿Como había terminado así?, solo en la vida. Tan sólo con sus historias de amor. Dejo de pensar en ello, ya no era un adolescente, no podía dejarse llevar por sus sentimientos como lo hacía antes.

La luz del sol lo golpeó al salir, recordándole cuánto tiempo había pasado encerrado. Las calles estaban llenas de gente, parejas tomadas de la mano y familias compartiendo risas. Demian caminaba entre ellos sintiéndose más solo que nunca, un contraste que solo hacía eco de sus pensamientos.

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El bullicio del restaurante era acogedor, con el tintineo de cubiertos y las risas suaves de los comensales llenando el aire. Charlotte lo recibió con una sonrisa amplia, pero Demian, fiel a su naturaleza, negó con la cabeza.

-No vine a comer. Solo quiero sentarme un rato.

-Tontito, hoy invito yo. Además, quiero que pruebes algo del nuevo camarero.

-¿Nuevo? -preguntó, arqueando una ceja.

-Sí, apenas empezó hoy. Dale una oportunidad. -Con eso, Charlotte se alejó, dejando a Demian con una sensación de intriga.

La espera se estaba haciendo algo larga, veía a los camareros ir de una lado a otro con los platos, el lugar no se encontraba tan lleno pero su comida era la mejor y por eso los comensales pagaban bien por ella.

Mientras esperaba, dejó que sus ojos vagaran por el restaurante. Las parejas en las mesas cercanas parecían felices, compartiendo momentos sencillos que para él eran casi inalcanzables. En su mente, ya estaba construyendo una nueva escena para su libro, hasta que una voz lo interrumpió.

-Aquí tiene su pedido, señor.

Demian alzó la vista y se encontró con un muchacho de cabello castaño claro, ojos verdes y un uniforme que le quedaba ligeramente grande. Lo que llamó su atención no fue la apariencia del joven, sino la falta de expresión en su rostro, como si estuviera acostumbrado a ocultar cualquier emoción.

-Disculpa... -murmuró Demian, inclinándose hacia él-, ¿cuántos años crees que tengo?

El muchacho parpadeó, confundido, -¿Treinta y cinco?- Respondió sin pensarlo demasiado.

-Tan viejo me veo...- murmuró para sí mismo, tratando de procesar lo escuchado.

-Sus ojeras, el cabello desordenado, su ropa algo apagada... Pues parece.- habló el camarero sin hacer gesto alguno, el cual sorprendió al pelinegro.

-Bueno, tengo veintiuno, muchacho.- sonrió -Gracias por la comida.

El castaño simplemente asintió y se dio la vuelta para irse.

Demian lo observó alejarse, sintiendo una curiosidad inexplicable. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien lograba sacarlo de su monotonía con tan solo un par de palabras. Antes de darse cuenta, ya le había preguntado a Charlotte por él.

-Se llama Will. Es nuevo aquí, y creo que necesita el trabajo más de lo que quiere admitir. -Charlotte sonrió antes de alejarse para atender otra mesa.

Dicho eso, tan solo terminó su pedido, y se despidió de Charlotte, quizá ahora tenía una razón para volver a ir al restaurante, y quizá, tan solo quizá, pueda conocer a alguien más.

Dicho eso, tan solo terminó su pedido, y se despidió de Charlotte, quizá ahora tenía una razón para volver a ir al restaurante, y quizá, tan solo quizá, pueda conocer a alguien más

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Siempre me dijeron que el primer capítulo debe ser interesante. La verdad espero al menos haber captado su atención.

Nos leeremos pronto.

I love them 💗

𝐓𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora