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La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene en sí la rendición.

-Emil Ludwig.



- ¿Cómo fue sus primer beso? -Una chica preguntó mientras se aplicaba una mascarilla en el rostro y se veía al espejo.

-Fue terrible, totalmente asqueroso. -Uno de los chicos acostado en la cama respondió mientras fingía una arcada y tomaba el control remoto de la TV. -Me arrepiento de haberlo dado con esa persona.

- ¿Y tú, Hoseok? -La chica nuevamente pregunta, esta vez dirigiéndose al otro chico que se había mantenido en silencio.

-No lo recuerdo, sinceramente.

-Oh, vamos, el primer beso siempre es recordado. -El otro chico rodó por la cama fastidiado.

-Es enserio, Michael. - Hoseok le sonrió a su amigo tratando de convencerlo. -No recuerdo bien como fue, quizá ni siquiera fue la gran cosa...

-Minhee, ¿tú le crees a Hoseok?

La chica que aún seguía aplicándose la mascarilla vio a través del espejo a sus amigos, su mirada cayó exactamente en el rostro de Hoseok y no respondió.

Quizá era momento de cambiar el tema. No quería incomodar a su nuevo amigo con preguntas tan personales. Esa noche solo se limitaron a comer palomitas, ver películas y hablar sin sobrepasar la línea.

Hoseok agradeció eso.

Fue al día siguiente que Hoseok volvió a su nuevo y solitario departamento que se dio cuenta que nuevamente el sentimiento de nostalgia invadió su cuerpo.

Había llegado a Estados Unidos hace poco y comenzado a trabajar en una agencia de modelaje, gracias al cielo conoció a Minhee, una chica coreana que tenía más experiencia que él y fue tan amable que se hicieron amigos de inmediato, luego gracias a eso, conoció a Michael, un guapo y muy gay americano. Eran muy unidos y Hoseok no se sentía tan solo. Pero a veces, debido a la cultura a la que ya estaban acostumbrados, eran demasiado entrometidos y confianzudos; misma razón por la que ahora los culpaba de su estado de ánimo.

¿Qué si recordaba su primer beso? Claro que sí.

La sensación de ese momento jamás podría olvidarla.

Ojala pudiera matar esos recuerdos.

Pero vivían en su mente y cuando la soledad y la tristeza era demasiada entre esas cuatro paredes, las recordaba con tanto detalle que se ponía a llorar por horas enteras. Justo como en esos momentos.

- ¡No entiendo porque debes dejar de seguir tus sueños! - Un joven e ingenuo chico gritó luego de escuchar la situación que su amigo estaba viviendo. - Si te gustaba tanto, debiste quedarte con el piano que tu abuelo te dejó, tu padre no tenía derecho a venderlo. ¿Deberíamos ahorrar juntos para comprarte uno?

-Por Dios Hoseok. -Vio a su amigo reírse, como si estuviera burlándose. - Un piano no es algo barato, además, he encontrado algo mejor que tocar el piano.

Hoseok se asombró al escuchar esas palabras, ¿qué será eso tan genial para suplir al amado piano de Yoongi?

- ¿Qué es? - Hoseok preguntó curioso. - ¡Debes decírmelo, Min! -habló tan alto que el contrario se cubrió los oídos y comenzó a reír más por la actitud desesperada del chico.

-Estar contigo, Hoseok, estar contigo es aún más interesante que tocar el piano.

Su corazón saltó como loco al escucharlo. Algunas veces, por no decir que todo el tiempo, las palabras y acciones de Yoongi, su mejor amigo, lo hacían sentirse extraño. No sabía si era correcto sentirse así, pero le gustaba. Le gustaba la forma en que el mayor lo protegía, le gustaba la paz que sentía a su lado, incluso cuando no tenían nada que decirse, la compañía era un total deleite de tranquilidad. Amaba a Yoongi y no como los amigos lo hacían, era del tipo amor romántico que mencionaban en las novelas que leía, ese amor que por más que se intenta, nunca se borra.

First Love [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora