Recuerdos. Parte II

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"Come on, come on and let me in
the bruises on your thighs like my fingerprints
and this is supposed to match
the darkness that you felt
I never meant for you to fix yourself ..."

Después de que Astrid se fuera y cerrara la ventana, aún tenía esa sensación de ser visto por alguien, por lo que estuve la mayor parte del tiempo despierto y en defensa por si alguien inesperado atravesara la ventana. Cosa que nunca sucedió.

Maldición.

No quería levantarse, quería seguir estando en los brazos de Morfeo y estuvo a punto de lograrlo cuando alguien le aventó una almohada a su cara, logrando que solo emitiera un gruñido y tapara su cara con su brazo.

- Vamos Hiccup ya levántate, tienes que ir a continuar con tu investigación.- dijo Astrid zarandeando al castaño por los hombros para que se levantara. De verdad si no se levantaba, lo iba a hacer por las malas e iba a disfrutarlo.

- ¿Puedes dejar de hacer eso? Ya estoy despierto.- gruñó aún molesto quitándose el brazo del rostro para verla, ahora tenía mal humor consecuencia de no haber podido dormir bien anoche.

- Bien, me facilitaste el trabajo.- dijo levantándose y encogiendo los hombros.- Recuerda que debes seguir mostrando los avances de tu tesis a la universidad.- mencionó yéndose de la habitación dejando al castaño solo.

A veces se preguntaba que pasó por su cabeza para decidir hacer una maestría, en estos momentos no quería investigar nada, solo quedarse entre las calientitas sábanas que lo invitaban a quedarse un rato más.

Era demasiado tentador.

Lamentablemente sabía que si se quedaba dormido, Astrid era capaz de arrastrarlo hacia la universidad.

No quería volver a ser humillado delante de todos, no gracias, prefiere mantener todavía un poco de orgullo.

Sí claro. Repítelo hasta que te lo creas Hiccup. Tu orgullo está más enterrado que la cordura de los gemelos.

Con resignación tuvo que levantarse, y se arregló para ir a la universidad, tenía suerte ya que ayer al haber ido a ese café consiguió un poco más de información por lo que podría reportarlo y tomar el día libre.

Claro, sin que Astrid se enterara.

Con todo esto de la investigación tanto de los dragones y vikingos fue que descubrió sobre una leyenda de un dichoso mundo oculto.

No había pruebas de que existiera o que haya sido descubierta, lo que lo hacía más interesante y aumentaba su curiosidad.

Al parecer según en los relatos de los vikingos, es una enorme catarata en medio del mar que conduce a un mundo subterráneo, y en su interior habitan todas las especies de dragones, resguardados de los demás animales y del mismo ser humano.

Lo que encendió más su curiosidad fue un pequeño relato que encontró en un comentario de una página sospechosa:

"Cuenta la leyenda que cuando el suelo tiembla o la tierra escupe lava son los dragones, haciéndonos saber que siguen aquí, esperando a que aprendamos a convivir con ellos..."

InmortalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora