Inmortalidad

Especial: Desastre

Advertencia al lector: se hace mención de temas que pueden ser sensibles como lo es la depresión e intento de suicidio.

Habían pasado unas cuantos meses desde el accidente de su hermano, pero cada vez que avanzaba más y más el tiempo, dolía un poco más en cada ocasión; creía que se sentía mejor, había entrado a la universidad, al fin tenía amigos y había encontrado al culpable de la muerte de Tadashi, pero eso no le quitaba el gran vacío que aún tenía. Sabía que nada lo regresaría, y que nunca volvería estar con él o su tía.

Era un poco difícil de entender, a veces sentía que todo era un mal sueño, que eso nunca sucedió, pero en otras ocasiones resentía demasiado su ausencia. Sus emociones iban y venían, nunca estaba en un punto donde pudiera considerar que se encontraba bien, pero tampoco que se sentía mal, o eso pensaba. Sentía que todos estaban pudiendo avanzar menos él, seguía atascado y atrapado en el pasado, no sabía cómo se supone debía seguir adelante.

"Days pass by and my eyes stay dry, and I think that I'm okay
'Til I find myself in conversation, fading away
The way you smile, the way you walk
The time you took to teach me all that you had taught
Tell me, how am I supposed to move on?..."

Su tía sabía que a él aún le estaba costando mucho trabajo dejarlo ir, por lo que lo único que se aseguraba era de que comiera, que durmiera sus horas y que se distrajera con sus amigos, no quería meterle más presión, por lo que solo le hablaba lo necesario. Igual eso sucedió con los demás, al principio le daban muchos abrazos, palabras de consuelo, ánimos, trataban de que Hiro se divirtiera un poco, pero nunca funcionaba, el nipón solo daba sonrisas falsas, siempre se excusaba con sentirse cansado o que quizás otro día lo intentaría, por lo que poco a poco, todos dejaron de intentarlo y le dieron el espacio que creyeron necesario para él.

El tiempo pasaba, y se empezó a notar un cambio en el semi-japonés, volvía a abrirse un poco, se permitía salir un poco más, se reía y sonreía, hasta aceptó ir a la tumba de su hermano con su tía cuando fue su primer aniversario luctuoso. Pero no era todo positivo, había ocasiones donde a Hiro le llegaban ataques de ira, se enojaba por todo, se volvía sumamente irritable y tenía un humor que nadie podía aguantar, por lo que muchas veces se llegó a encerrar en su cuarto y no salía en un par de días.

"...These days I'm becoming everything that I hate
Wishing you were around but now it's too late
My mind is a place that I can't escape your ghost..."

- Con esto se da por finalizado el tema, la próxima semana aplicaré el examen correspondiente a las unidades que ya hemos visto.- terminó de hablar la profesora para dar paso a muchos murmullos y susurros sobre que vendría muy pesado, que era demasiada información y que no sabrían por los próximos días lo que era dormir. Y eso que apenas era mediodía.

- Ja, novatos.- murmuró para si mismo el nipón ya que estaba muy acostumbrado a no poder dormir, ya sea por la misma universidad o porque seguía con su labor de héroe a altas horas de la noche. Las pequeñas ojeras en sus ojos rasgados eran la prueba. Ese día en especial se sentía muy cansado, sabía que si seguía así, no iba a poder aguantar todo el día, y eso que apenas era la mañana, por lo que decidió ir a su laboratorio a dormir un rato en el viejo sofá que tenía ahí.

Tiempo después sintió como lo movian del hombro levemente de un lado a otro, ocasionando que empezara a despertar un poco, abrió un ojo y lo primero que pudo visualizar después de enfocar fue a su amiga rubia.

- ¿Estás bien?.- le preguntó Honey Lemon un tanto preocupada, ya que fue ella la que encontró al nipón durmiendo plácidamente y extrañamente quieto en el sillón cuando fue a buscarlo. Observó a través del ventanal de su laboratorio y se dió cuenta de que estaba atardeciendo, no contó con que se dormiría más de la mitad del día, y que a pesar de eso, aún tuviera mucho sueño. Diablos, ya iba a empezar a atrasarse con todos los pendientes que tenía.