𝐅𝐈𝐅𝐓𝐄𝐄𝐍

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"¿No puedes verme? Como en ese mágico día, di: créeme"-Can't you see me; txt

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"¿No puedes verme? Como en ese mágico día, di: créeme"
-Can't you see me; txt

"¿No puedes verme? Como en ese mágico día, di: créeme"-Can't you see me; txt

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sungchan guardó un último pedazo de papel sucio en su chamarra. caminó descalzo hasta su celular y con el poco valor que logro juntar, le mandó un mensaje a su hermana.

joohyun:

oye
joohyun

    la puerta de entrada detuvo abruptamente su acción. el ruido desesperado de alguien tocando la puerta lo hizo aventar lejos su teléfono y acercarse a ver quien era aquella persona que osaba molestarlo. se acercó a la pequeña pantalla al lado de la puerta y contestó el teléfono, viendo a shotaro nervioso mientras veía de un lado a otro.

    sungchan se sintió extrañado y habló —¿hola?

    el japonés miró la pantalla y cambió su postura tensa y su cara nerviosa por una sonrisa —sung...

    —¿que necesitas?

    shotaro miró hacia arriba como si de un chiste se tratara —¿puedo pasar?

    sungchan jadeó de la impresión al darse cuenta de lo grosero que había sido —si si, claro —colgó el teléfono y de inmediato de acercó a la puerta para abrirla, encontrándose a un pequeño shotaro vestido completamente de negro y con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro—. pasa —se hizo a un lado en la puerta y shotaro pasó a su lado y miró todo con detenimiento—. perdón por el desastre.

sungchan pasó rápido a su lado y ocultó sus bóxers de la semana pasada y sus calcetines sucios —pero no hay nada- —shotaro se asomó por la cocina y el baño, literalmente no había absolutamente nada y solo había una que otra cosa sucia—. ¿que hacías? —dijo mirando el monitor al lado de su cama.

—hablaba con mi hermana —susurró sungchan—. me invitó a un lugar pero... no quiero salir.

shotaro asintió viendo por la ventana del departamento —¿cómo está? hace un tiempo no la veo.

—está bien, mejor que nunca —sungchan trono los dedos de sus manos—. se graduó hace poco así que aprovecha que tiene un buen trabajo y todo el tiempo sale de fiesta. aveces se olvida de mi.

—¿no será al revés? —shotaro rió un poco y sungchan solo torció los ojos— ¿a donde te invitó a salir?

—bueno... —la puerta otra vez sonó, ahora con un llamado más tranquilo. sungchan bufó con desespero, ¿que a caso era el día de visitarlo especialmente a él? eso le molestaba— déjame abrir —caminó hasta la pantalla y contestó el teléfono. del otro lado, había un jaemin jugando con sus manos y a su lado un jeno tratando de calmarlo. y al otro lado del coreano había un rubio que se le hacía conocido tratando de animarlo de igual manera—. ¿que haces aquí?

los tres jóvenes alzaron la vista hacia la pantalla —¡sungchan! —jeno sonrió con melancolía— veníamos a hablar contigo. o más bien... jaemin viene a hablar contigo.

sungchan miró a shotaro, al que notó incómodo —lo siento pero ahora-.

—escúchame, sungchan —jaemin movió a jeno y su paro en frente de la cámara—. no vengo a disculparme por mis actos, más sin embargo soy consciente de el daño que hice con mis palabras y mis acciones —sungchan abrió muy grande los ojos—. así que, entenderé si no quieres volver a verme, de verdad... solo quiero que entiendas que esto no es para nada una disculpa —shotaro se paró al lado de sungchan y lo miró a los ojos, haciendo que ambos tuvieran contacto visual—. te entenderé... así que por ahora... adiós

    jaemin tomó a jeno y al chico rubio de la mano y los llevó caminando hasta las escaleras del edificio, con la voluntad de irse y, tal vez, no volver a ver a sungchan jamás. las cosas para su punto de vista pasaron en cámara lenta, sintiéndose pesado y triste, de alguna u otra manera. bajó el primer escalón cuando el grito del menor detrás de él captó su atención —¡jaemin! —sungchan corrió hasta el y lo tomó de la muñeca— está bien... te perdono...

 te perdono

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𝐇𝐢𝐤𝐢𝐤𝐨𝐦𝐨𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora