Ángel.

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Eres un ángel caído viendo la luna.

Tus ojos ámbar brillan con tristeza.

Extiendes tus alas rotas, y tus hermosas plumas caen una a una.

Cometiste un pecado.

No debiste ceder.

No debiste enamorarte de mi.

¿Sabías desde un inicio que esto terminaría así?

¿Te arrepientes de algo?

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El albino veía al hermoso castaño a su lado, miles y miles de ideas venían a su mente al ver la mirada perdida del contrario, esa mirada le hacía arrepentirse de amarlo tanto.

Según él, el ángel a su lado había cometido un pecado, un pecado imperdonable a los ojos de Dios, ¿Qué no Dios amaba a sus hijos a pesar de sus defectos?, ¿Qué el ángel lo amara era pecado?, ¿Kai lo amaba?, una voz lo sacó de sus pensamientos.

-¿Se puede saber en qué tanto piensas, Hari?- Preguntó serio el de ojos ámbar.

-En nada importante, Kai- El albino le sonrió.

-Sabes que no puedes mentirme, te estuve hablando y no me contestabas, ¿Qué ocurre?- Dijo nuevamente el castaño.

-Kai... ¿Te arrepientes de estar aquí, con este patético humano por el que perdiste tus alas?- El albino bajo la mirada.

El castaño suspiró y vio la luna frente a él, miraba de reojo al albino, noto como sus manos temblaban levemente, volvió a suspirar, ¿En serio Hari le estaba preguntando eso? ¿Dudaba de él?, pensaba con detenimiento que respondería, muchas veces había dicho algo incorrecto que heria el frágil corazón del contrario, relamio sus labios, y comenzó a hablar -Jamás de arrepentire de lo que hice, no me arrepiento porque lo hice por ti- cuando terminó de hablar se puso de pie y estiró sus alas -Hari Kurono, hiciste a un ángel pecar por tu amor, me hiciste amarte- Se puso de pie frente al albino, quien había comenzado a llorar mientras veía su figura y sonreía débilmente -No me arrepiento de amarte- el castaño se puso de rodillas y tomó el rostro del contrario y le dio un tímido beso, haciendo que sus alas desaparecieran por completo.

Hari lo noto, los ojos ámbar del contrario ya no reflejaban tristeza, la tristeza que había en ellos desapareció con esas alas rotas, finalmente era libre, libre para amarle. 

Cortos ChronoHaul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora