Capitulo 50.

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Secuestro.

No sabía cuantos días habían pasado. No me quitaron la bolsa negra de la cara hasta que me dejaron en un cuarto totalmente blanco, había una cama sencilla y una mesa de noche, ni una sola ventana y la puerta de la habitación solo se podía abrir desde afuera. 

De vez en cuando llegaban personas vestidas totalmente de negro a darme comida; llevaba días sin bañarme y con la garganta destruida de tanto gritar. Me sentía desesperada, nadie me daba respuestas sobre Alejandro. 

Ahora estaba acostada en el suelo, viendo al techo, pensando en todo y a la vez en nada, de esas veces en las que te quedas viendo un punto fijo y no te das cuenta de cuanto tiempo llevas así. Estaba cansada emocional y físicamente, en un callejón sin salida, ¿cómo había terminado acá?

-Preciosa .-dijo Diego, entrando a la habitación. Era la primera vez que lo veía desde la boda.

-No me digas así .-dije, sin siquiera voltear a verlo. 

-Yo te digo como se me de la gana, ¿entendi....

-¿A qué viniste? .-dije, interrumpiéndolo. Su voz era como un martillo que me causaba migraña.

-Tienes que venir conmigo, hay alguien que quiere verte .-sonrió de lado. Yo rodé los ojos y me levante del suelo con pesadez.

-Por fin .-iba directo a la puerta, pero Diego puso su mano en mi estomago y no me dejo pasar.

-No tan rápido .-me puso unas esposas -se que estuviste entrenando con Camille, se que intentarás pelear y no te importará, porque ya no tienes nada mas que perder; no me arriesgaré a eso. 

Salimos por un largo pasillo hasta una especie de oficina. Ahí estaba Julieth, Nate y Cole esperándonos. Diego me sentó a la fuerza en una silla de metal.

-Que gusto volver a verte, amiga .-su voz me helo, ¿cómo era posible? -¿no dirás nada?

-¿Dónde esta Alejandro? .-pregunté. Sus ojos vieron directo a los míos; su mirada era fría, dura, de esas que te hacen temer por tu vida.

-¿Por qué te preocupa tanto? 

-Tu viste cuando le dispararon, ¿por qué lo permitiste? 

-El tenía que pagar por haber matado a Fabian .-dijo Cole, con un tono molesto.

-Ellos tenían una deuda pendiente, fue la condición que pusieron para ayudarme con todo esto .-sus respuestas eran tan naturales, no le dolía lo que hacía, no sentía remordimiento, no demostraba absolutamente nada.

-Y, ¿qué es todo esto? .-desafié. 

-Una venganza contra el gran Alejandro Taylor .-escupió con odio. Se agacho, saco un arma y la paso por mi barbilla -el me arrebato lo mas preciado que tenía, hizo mi vida miserable. Ahora yo, le devolveré el favor y que mejor venganza, que tener a la única mujer que a sido capaz de ponerle su mundo de cabeza. 

Sonrió con maldad, lo disfrutaba, disfrutaba lo que hacía.

Camille

-Aun no hay pistas de ellos .-dijo Samuel, pasando sus manos por la cabeza. Su imagen poco cuidada y su barba de días hacían que me preocupará el doble. Estábamos en el comedor de la mansión, exhaustos, habíamos buscado por cielo y tierra durante dos semanas algún rastro, ni Alejandro ni Verónica aparecían. 

Contra todo pronostico, pudimos aplazar el juicio; eso solo causo mas controversia, que la gente empezará a darle la espalda a Samuel y era malo, porque sin el apoyo de las personas, sería el triple de difícil poder hacer algo para encontrarlos.

-Que pena interrumpirlos, pero tienen que venir a ver esto .-dijo una chica que trabajaba en la mansión. Samuel y yo nos asomamos a la ventana, había una cantidad enorme de reporteros afuera y la seguridad no los estaba controlando por completo. 

-Ya fue suficiente .-dijo Samuel y salió. Sería la primera vez en dos semanas que se dejaría ver de la gente y habían dos opciones, conseguir apoyo con las primeras declaraciones o que todo empeorará.

Salí tras él y las personas no demoraron en acorralarnos. Todos hablaban al tiempo, intentaban que les pusieran cuidado solo a ellos, se empujaban, olían a desesperación pura.

-No responderé ninguna de las barbaries que están preguntando. Mi hijo y su novia están desaparecidos, llevó dos semanas intentado encontrar algo que me conduzca a su paradero. Me encuentro desesperado. ¿no lo ven? .-Samuel era un tipo bastante fuerte, pero su talón de Aquiles siempre había sido su familia y el no tenerla completa lo estaba consumiendo -la jueza decidirá si Alejandro es culpable o no, no ustedes, no la opinión pública. Ahora, necesito que se retiren o me veré obligado a tomar medidas.

Dicho esto, todos los hombres sacaron sus armas y apuntaron a los periodistas, los últimos se retiraron con la cabeza abajo. Íbamos tan bien, ¿por qué la cagas así, Samuel? ¿Qué necesidad?

Vimos la camioneta de Dominic llegar, él y James se bajaron y vinieron corriendo hasta donde estábamos. 

-Alejandro apareció, está en un hospital a 4 horas de acá. Lo registraron con otro nombre .-dijo Dominic. Una chispa de esperanza se implanto en mi.

Verónica 

Por alguna razón, me habían dejado con Julieth en aquella oficina. 

-¿Sabes que paso con Ana? .-hablo ella de pronto. Estaba jugando con el último sorbo de whiskey que había en el vaso. 

-No .-dije. Nunca me atreví a preguntar, era un tema que les afectaba a todos y sentía que preguntar era abrir un poco mas aquella herida que intentaban ocultar. 

-Alejandro siempre se culpo de aquella muerte .-dijo ella, con un tono neutro -él era un chico rebelde, su vida se movía entre las peleas, el dinero y los caprichos.

Ellos tenían la costumbre de salir en dos autos, uno lo ocupaba Samuel y Ana y el otro Alejandro y Daniel. Hubo una noche, en la que estuve decidida a terminar lo que ellos habían empezado y corte los frenos de el carro, en el que se suponía, iría la pareja feliz.

No conté con que Alejandro tomaría las llaves de aquel auto, saldrían peleando con Ana mientras Daniel estaba detrás de ellos, Samuel no se percató de lo que pasaba y antes de que yo pudiera de alguna manera evitar que Alejandro arrancará, Ana se subió al auto y se fueron a una velocidad muy alta. 

Lo último que supe, fue lo que salió en el periódico a la mañana siguiente, Ana había muerto, pero su hijo no. La gente nunca supo que quien conducía era Alejandro, porque Samuel así lo quiso. 

Nunca dieron declaraciones y nadie volvió a tocar ese tema .-no había arrepentimiento, pero tampoco felicidad en lo que ella decía. 

-¿Alguien mas sabe lo que hiciste? 

-Eres la primera persona a la que se lo digo.

-¿Te das cuenta de que todo esto esta perjudicando a Alejandro?

-Vamos, Verónica. Eres mas inteligente, piensa .-ella entre cerro los ojos y por primera vez sonrió, esperando a que yo le dijera lo que quería escuchar.

-La venganza se cruza, tres personas me querían a mi, una persona quiere a Alejandro y mientras tanto, tu solo observas como creen tener el control, cuando en realidad, todo esto es para llegar a Samuel y tocar aquella debilidad que lo marca, su familia y las personas inocentes.

-Estas en lo correcto, querida. Te pareces mucho a tu madre.



Mi Novio el NarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora