🌼𝕯í𝖆 5🌼

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Día 5🍪Besándose🍪

Inhaló y exhaló de forma constante y profunda, su cuerpo estaba adolorido pero la sensación de felicidad y adrenalina le recorría por completo, de forma constante, sentía que tenia la suficiente energía como para correr una maratón completa. Ese mismo día se había levantado temprano, con una gran mochila con sus cosas deportivas, listo para ir a la Interhigh con todo su equipo, ¿Si estaba nervioso? Por supuesto que lo estaba! Por fin estaba cumpliendo su sueño y no dudaría en aprovechar todo lo que se fuese posible en esos días.

Tuvieron dos grandes partidos con buenos equipos, primero con el equipo de la preparatoria Tokonami y el segundo contra un fuerte rival, contra Datekou la muralla de acero que antes les había causado problemas a los de tercero, más específicamente a Asahi, Noya se detenía de vez en cuando para ver el estado de este, su preocupación era grande por lo que pudiese pasar en el partido, aún así el más bajo confio ciegamente en que la estrella no se dejaría apartar tan fácilmente y lucharía hasta al final. Y tal como se predijo, lucho en el partido hasta el final del mismo, saboreando la alucinante Victoria que habían conseguido.

Ahora estaban ahí, tan emocionados en espera y con grandes expectativas con lo que pronto se vendría en los siguiente partidos de mañana, Kageyama y el habían tenido su tiempo a solas, lleno de algunos mimos y abrazos sin estar a la vista de los demás, más que todo porque en si era algo vergonzoso, ninguno dio un paso más a lo que dejaron la ultima vez en su primera cita. Al menos ninguno de los dos había tenido tiempo de retomarlo, y aunque les gustaría arriesgarse una pequeña parte en lo profundo de sus conciencias les decía que era mejor esperar hasta tener un mejor momento.

Talvez sus expectativas eran demasiado altas para realizar algo como eso, talvez se estaban tomando demasiadas molestias y no era la gran cosa, podría ser, pero si ninguno intentaba dar un paso más entonces tardarían una completa eternidad en poder hacer algo tan simple y al mismo tiempo tan significativo como besarse por primera vez. Kageyama podía esconder el tono rojo de sus pómulos al pensar en eso, al menos lo intentaba. Pero Hinata parecía haber sido golpeado por un balón de voleibol, su cara estaba roja e intentaba huir de la mirada contraria.

Podía enfrentarse a partidos con ese tipo de tensiones porque eran buenos en ello, aunque claro Hinata siempre ocupaba un poco más de ayuda para calmar sus nervios, sin embargo el nervio que tenía en los partidos era manejable en cierta manera, sobre todo ahora que sabía que no estaba solo, que estaba bien cometer alguno que otro error y que tendría a sus Sempais y demás cubriéndole la espalda, era algo realmente reconfortante.

Sus dedos se movían nerviosamente por el brazo del contrario, el lugar estaba algo oscuro y el viento frío le estremecía hasta los huesos, sin embargo no se sentía del todo asustado, Kageyama estaba con el, estaban a la par de la máquina expendedora, todos los miembros del equipo se encontraban en la habitación grande preparándose para dormir, mientras ellos estaban ahí como unos tontos enamorados huyendo de las miradas ajenas.

El de anarajandos cabellos miró hacia arriba en un intento de hacer contacto con los azules ojos de su pareja, talvez no fuera tan especial y tan mágico pero aún así quería hacerlo, estaba cansado de esperar y si su tonto novio no se atrevía a iniciarlo, entonces el mismo lo haría. Con total cuidado acercó sus manos a las mejillas del contrario, acariciandolas con cariño y delicadeza, el armador conectó sus ojos con las profundas iris color cobre de su pequeño novio. El de tez blanca se puso de puntillas intentando llegar lo mas alto que podía y un con algo de duda se acercó a los finos labios del contrario.

El de ojos azules no sabía bien como reaccionar a eso, simplemente se quedó quieto, esperando con ansias su destino, pudo sentir como los dulces y esponjosos labios del más pequeño se unían con los de él, fue mágico. No habían palabras que pudiesen describir como se había sentido, sus ojos se cerraron y sus labios se movieron en total inexperiencia y torpeza, aún así era perfecto para ellos dos.

𝟑𝟎 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora