- Amellia... – James tenia una cierta preocupación en sus ojos. – Amellia que pasa, me estas asustando y ya he tenido suficientes sustos con la situación de la bella durmiente aquí.
- ¡James! ¿No fue por gusto sabes? – Lunático le grito un tanto irritado.
James volvió a ver a Remus. – Lo siento amigo. – Volvió a dirigir su mirada a mi. – Amellia Potter ¿qué pasa? ¿Te sientes bien?
- Si estoy bien, tranquilos. Me duele el estomago, pero creo que son los nervios...
Sirius se puso en frente mío en ese momento. Estábamos tan cerca que podía sentir su aliento. Me miro de manera pícara, lo cual hizo que me pusiera aún más nerviosa. – ¿Entonces que tienes que decir Amellia Potter? – Dijo con una pequeña sonrisa.
- Ey, ey, por más amigos que seamos ella sigue siendo mi hermana Sirius. Sepárate un poco eh. – James puso su mano en el pecho de Sirius y lo empujo hacia atrás. Yo sabia que era celoso, así que ese comportamiento no me sorprendía.
- James por favor solo estaba bromeando. Y no chicos no me pasa nada solo... tengo que contarles algo que paso cuando salí de la oficina. – Me aclare la garganta antes de decir lo que tenia que decir. – Pues verán... Cuando fui a buscar el chocolate entre a la sala común de Gryffindor, estaba completamente vacía lo cual fue bueno. – Paré de contar la historia un segundo para analizar las caras de mis amigos. Todos me vieron extrañados y estaban desesperados para que terminara la historia – Bueno pues, fui a un dormitorio y ahí fue donde encontré la rana de chocolate. Después de encontrar el dulce me quedé viendo unos segundo el cuarto, estuve observándolo detalladamente ya que me resulto conocido. Me acerqué a una mesa de noche y vi una foto...
- Por el amor de Merlín Amellia, dilo sin rodeos ¿qué pasó?
- La foto era de tu hijo James, bueno quien creemos que puede ser tu hijo en el futuro. Él y unos cuantos chicos que supongo también son de Gryffindor. Cuando me enteré que era tu hijo traté de irme lo mas rápido que pude, pero....
- ¿Pero...? – Dijo Sirius tratando de hacerme terminar la historia.
- Pero ellos ya estaban ahí y me vieron. Para empeorar las cosas entre en pánico y les dije que mi nombre era Amellia Potter.
Hubo unos cuantos segundos de silencio después de esto.
- ¡JA! – Gritó Sirius viendo a James. – Tu, mi querido Cornamenta nos debes un galeón a Peter y a mi, compadre.
- Sabíamos que alguien la iba a ver, pero no que iba a ser tu hijo claro. Aún así ganamos. – Le continuo Peter, guiñándole el ojo a James, el cual hizo un gesto de enojo.
