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Un rubio se despertaba gracias a la molesta luz que entraba por su ventana, con algo de dificultad y pereza abrió sus ojos encontrándose con una gran habitación bien iluminada.

—¡Naruto-sama es hora de prepararlo! —la puerta había sido abierta de golpe asustandolo.

—¿E-Eh?, ¿prepararme para qué?

—Su majestad quiere verlo arreglado para el desayuno. —habló una pelirosa.

—Disculpen pero...¿quienes son ustedes?

—Oh que tontas no nos hemos presentado —dijo una joven con ojos grises, casi blancos—. Soy Hinata, Naruto-sama.

—Yo soy Tenten. —hizo una reverencia con una sonrisa.

—Y yo Sakura, un gusto Naruto-sama.

—No deben ser tan formales... —rió nervioso.

—No sé nos permite tratar a la realeza con familiaridad. —dijo Tenten.

—Bien... —soltó un suspiro.

—¡Dejemos la charla y comenzemos, ya! —gritó Sakura y ambas acompañantes comenzaron a caminar hacía un gran vestidor.

—Espera ¿qué? —Naruto fue arrastrado a el.

Al cabo de unos 30 minutos el rubio estaba listo, se sentía extraño el esa vestimenta ya que no era algo habitual en él vestirse tan "extravagante". Algo molesto el Uzumaki se dirigió rápidamente al comedor donde el Rey estaría, siendo seguido por sus tres sirvientas.

—¡Espere Naruto-sama! —gritó Hinata en su intento de detenerlo.

—¡Tú! ¿qué significa todo esto? —Gaara levantó su mirada encontrándose con un hermoso blondo en vestimentas tradicionales, debía admitir que por un momento quedo hipnotizado por su belleza.

—Buenos días Naruto

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—Buenos días Naruto. —saludó serio tratando de disimular su impresión.

—¿Por qué es todo esto...? —le reclamó.

—Debes verte bien, simplemente por eso.

—Con mi ropa habitual estoy bien... —dijo con un puchero.

—El tema que nos compete es...¿cuándo piensas crear lluvia?, fue por eso que el trato se hizo.

—Necesito conocer lo hermoso de este lugar, cada invocación requiere su propia canción es por eso que necesito inspiración. —le explicó.

—Entonces pide lo que quieras, joyas, vestimenta, lo que desees con tal de que hagas lluvia.

—No todo en esta vida se trata de eso... —el rubio desvió por un momento la mirada del pelirrojo, encontrándose detrás de él unas hermosas flores. En cuanto las vio salió corriendo hacía ellas— ¡A esto me refiero!, que hermosas flores... —sus ojos brillaban de emoción.

🌤️𝚄𝚗𝚊 𝚎𝚜𝚙𝚘𝚜𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚎𝚕 𝚁𝚎𝚢 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕🌤️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora