Narra Carl.
Ya es el momento de iniciar con la creación.
Reuní todo el poder de mi interior, este obedece mis deseos, reuniendo una inmensa cantidad de poder, debía expulsarlo y convertirlo en un universo.
Según recuerdo, en la tierra dicen que la tierra y el universo son el resultado de una explosión o mejor dicho Big Bang.
Pero no creo que sea apropiado hacer algo así.
Ya tengo una idea de qué hacer con todo este poder.
Carl: ¡Levántate! ¡Palacio Primordial!
El poder se acumuló en una masa dorada en mi frente y lo disparé hacia la nada.
Un enorme resplandor dorado se asomó a miles de kilómetros y cuando este se esfumó, apareció un castillo gigantesco, tan grande como el planeta Mercurio, era todo blanco y dorado, lleno de vida y energía, no tiene conciencia, pero es un ser vivo, cuyo propósito es enviar energía a este vacío y darle origen al universo, podría hacerlo yo, pero prefiero no gastar toda mi energía de una vez.
Con solo desearlo me teletransporté al interior del palacio, en su interior creé una sala con dos Altares de oro puro y brillante.
Y sobre ellos, una esfera Azul y una esfera Roja, azul representa el tiempo, la roja el espacio, por sí solas no tienen casi ningún poder, por lo que si las roban nadie obtendrá ningún poder notable, y yo sabré si algo falta.
El Palacio funciona como catalizador y potenciador, brinda poder a las esferas, atraves de los altares devuelven el poder, creando una retroalimentación eterna.
Creé una entrada detrás de los altares, una puerta a la que sólo yo tendré acceso.
Entrando en ella, todo estaba negro, por lo que decidí iluminar todo con cristales blancos.
Carl: Esto estará bien, aún necesito templar las leyes que regirán este mundo.
Concentré algo de poder en mi frente, y luego lo disparé hacia el frente, unas escaleras hechas con el mismo suelo blanco comenzaron a elevarse hacia el cielo.
Mientras estas crecían, yo caminaba hacia arriba, hasta que decidí que ya estaba lo suficientemente alto.
Al final de las escaleras, creé una plataforma con un trono blanco.
Concentré más energía, y frente al trono apareció un holograma digital, similar a un planeta.
Usando nuevamente mis poderes, lo adjunté al Palacio Primordial, ahora esta es la Sala de Mando.
Carl: Tu nombre es, Sistema Comando a partir de hoy eres la computadora y el cerebro que mantiene nuestro mundo en pie.
Sistema: Entendido, maestra.
Aff, sierto, olvidé esa parte de "Maestra"... Mejor me calmo, si me enojo y todo vuelve a temblar, todo lo que hice hasta ahora podría ser destruido. Sería un fastidio empezar de nuevo.
Carl: Ya es momento, activa el poder del Palacio.
Sistema: Entendido... Activando Poder del Palacio Primordial, iniciando cuenta regresiva... 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0.... Desplegando poder.
Una onda de energía comenzó a fluir por el vacío, deformándolo y convirtiéndolo en el espacio y el universo mismo.
Carl: Ahora.... Arceus fue la creadora del Mundo Pokémon, pero eso es ajeno a mí, crearé un mundo lleno de magia y fantasía, dejaré a otros seres encargarse del mantenimiento del mundo, una vez creado dormiré un tiempo, empiezo a tener sueño.
Me transporté afuera del palacio, con el universo listo faltan las Galaxias, siempre quise hacer esto desde que vi Super Sonic X Universe.
Carl: ¡Big bang... Kame-hame-ha!
El rayo de energía salió de mi frente y una explosión enorme le dió origen a mi primera galaxia.
Un sol, nueve planetas orbitando a su alrededor, cada uno a una distancia perfecta, ninguno colisiona, se calienta o enfría, pero sólo uno tendrá vida.
Igual que en la tierra, el tercer planeta del Sistema Solar.
Me transporté a su interior, esto no es más que una roca grande, es momento de darle más forma.
Primero la atmósfera, recreando el aire puro de pradera, se siente bien respirarlo.
Luego los mares y ríos, después las islas y continentes, 7 de ellos en total.
Ahora la luna para controlar las mareas.
Con eso estaba listo, un planeta con 24 horas, con recursos suficientes y alimento.
Sólo faltan unas pocas cosas, vida inteligente, las leyes del universo y seres encargados de administrar este mundo.
Con eso en mente, fuí directo al Palacio, me senté en el trono y me puse a programar todo lo necesario, este mundo estará basado en niveles, mientras mayor sea el número más fuerte eres, el nivel máximo es el 1000.
También implementé la magia, las matemáticas y la alquimia a Sistema, las leyes ya están terminadas.
Con eso terminado, decidí comenzar a crear a esos seres que dije hace poco.
El primero fue una mujer de muy buen cuerpo, cabello verde pasto hasta los muslos, algunas flores saliendo de su pelo y cubierta con un vestido blanco de una pieza.
Ella será la encargada de mantener la naturaleza, su nombre es Arcia.
La mujer se queda observando todo la tierra, despojada de vida, y aún siendo tan joven comprende bien su deber.
Arcia: Le falta vida a este mundo, y mi deber es compartir esa vida.
Con sólo liberar algo de su energía la tierra entera se cubrió de un hermoso verde, incluso plantas acuáticas y demás, lo siguiente fueron los animales, criaturas tanto de mi mundo de origen como propios de este.
El siguiente en ser creado fue un hombre alto y musculoso de cabello rojo, su nombre es Naraku, encargado de llevar las almas de los muertos al Limbo.
Los siguientes fueron dos gemelos, Jena y Rallen, encargados del mar y la tierra, Jena tiene el cabello rosa y ojos azules, piel pálida y una figura un poco plana.
Rallen es similar y un poco delgado.
Las dos últimas fueron dos mujeres, la primera es de cabello negro y corto, piel blanca y ojos azules, con un cuerpo voluptuoso, su nombre es Izayoi , guardiana del tiempo.
Mientras que la otra es una chica más joven, de cabello blanco, piel morena, ojos rojos, un cuerpo adecuado, ni plano ni perfecto, ella es Aova, guardiana del espacio.
Y finalmente terminé, y antes de que el sueño me ganara, ojalá pudiera quedarme a ver el desarrollo de este mundo.
Usando el resto de mis poderes, me encerré en un campo de fuerza tan poderoso que podría soportar hasta el puñetazo de Saitama como si nada.
Creo que dormiré por... Una semana.
Y así comienza mi historia, aún tenía muchas cosas que aprender, fuí ingenuo.
Pero es sólo el inicio.
Fin.
ESTÁS LEYENDO
Soy la nueva Arceus.
AcakHay cosas que uno nunca espera en la vida, como yo. Jamás esperé que al morir aparecería en un vacío infinito y ver al gran Arceus frente a frente, o mejor dicho la gran Arceus. Ella sólo me declaró abiertamente que sería su sustituto y que creara a...