🅘🅓🅞🅛

7

Después de haber visto llorar al chico y cuestionarse que tanto daño le ha hecho la vida en si, pagaron la cuenta correspondiente y el mayor recibió unas figurillas del universo de Splatoon. Él estaba completamente fascinado, pero su acompañante tenía una maraña de pensamientos duros en su mente.

Aunque estuviese contento, no podía dejar de sentirse mal por el joven de ojos verdes, quién en tan solo dos días, ya le había dado varios golpes de realidad y había puesto en duda su conciencia.

Se acercaron a una banca que había por ahí, de esas que se colocan para la gente que se cansa o desea detenerse un momento.
Al sentarse, un recuerdo de su madre cantando alegremente una canción vieja, cruzó su mente e inconscientemente cantó.

—Ano hito no mamá ni au tame ni. Ima hitori densha ni notta no, tasogare semaru machinami ya kuruma no nagare.
Yokome de oi koshite—cantó por lo bajo mirando sus tenis—.

—Ano hito wa mou kizuku koro yo,basu ruumu ni ruuju no dengon. Uwakina koi wo hayaku akiramenai kagiri,uchi ni wa kaeranai—pisó uno de los tenis rojos del contrario—.

—¿La conoces?— dijo levantando la mirada con asombro—.

—Hmm...—lo miró y tomó aire— Fuanna kimochi wo nokoshita mama,machi wa "ding-dong" toozakatte yuku wa.

Miró como el mayor sonrió y le acompañó.

—Asu no asa mama kara denwa de —cantó y se acomodó de lado—Shikatte morau wa, ¡My darling!

—My darling, my little darling—se acomodó quedando frente a frente—. ¿Si me la supe? Ja ja ja.

—Maravillosamente, jamás pensé que la conocieras.

—¿En verdad?, ¿"Rouge no dengon"?.

—Es que, me ha pasado que no la conocen—rascó su nuca sonriendo—.

—Por favor, es una joya—sonrió—, además salió en Kiki envíos a domicilio.

—No lo puedo creer, incluso conoces la película de Kiki—sonrió—, pensé que no verías ese tipo de cosas.

—Cuando era niño solía ver ese tipo de películas con mi mamá—suspiró—, ella las alquilaba para mí y veíamos al menos dos cada fin de semana. Le gustaba mucho estudio Ghibli.

—¡Ooh!—se sonrojó un poco—. ¡Mi madre hacía lo mismo conmigo!.

—Más cosas en común—sonrió—. ¿Cuál es tu favorita?

—Hmm, no tengo ninguna en especial... Supongo que podría ser Nausicaä.

—Está rara, pero respetable—desvió la mirada—, supongo que la mía sería susurros del corazón. Quisiera algo así en mi vida...

—Eso es complejo Izuku y tú lo sabes—interrumpió un ajeno—. Gracias por avisarme que ya no eres antisocial, Tomura.

—¿Atsuhiro?— cuestionó buscando al dueño de la voz—.

—¿Desde cuándo sales tanto Shigaraki?—sonrió—.

—Pecas—sonrió de lado—.