ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 14

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Fue cuando Lucifer logró soltarse y sacar ambas dagas de su espalda, Sabrina se asustó dejando caer la lanza y El ángel en su forma angelical se acercó rápidamente hasta Sabrina, pero antes de poder hacer algo la lanza fue enterrada atravesando su corazón, dejándolo sin vida.

-Tia Zee...- Jadeo ambrose impresionado se la rapidez de Zelda para poder atraer objetos pesados con telequinesis.

-¡Lilith!- Corrió para asegurarse que la demonio estuviera bien -Dime que estas bien por el amor de la diosa...- La besó impulsivamente mientras todos observaban la bella escena.

-No me hizo nada tranquila, cariño...- la abrazó sollozando y suspirando de manera tranquilizadora.

Sabrina y Ambrose  se abrazaron con una sonrisa, todos estaban más que exhaustos y había alguien en especial que quería despedirse de la mujer que amo.

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Luego de volver a la Academia, y Lilith con sus poderes restaurados y más fuerte nunca, decidió  esa noche quedarse con su pelirroja favorita, hace mucho no disfrutaba de una buena noche de sueño y más si era con Zelda Spellman, la demonio estaba aún estaba algo anonadada por lo que ahora el fallecido Lucifer había tratado de hacer con ella.

Zelda estaba acariciando el cabello de Lilith quien estaba apoyada en su hombro con los ojos cerrados, estaba exhausta, pero una presencia que sintió unos segundos antes la hizo levantarse rápidamente con un semblante irritado.

-Zelda...- interrumpió en la oficina de La directriz -Debemos hablar...- susurró  Marie mirándola.

-No, no tienen nada de que hablar -Dijo con su tono amenazador y acercándose a Marie.

-Lilith... Por favor -Zelda trató  de calmar el ambiente tenso que se creó en aquel instante.

-Lilith... esto es una despedida, no quiero causar problemas entre ustedes, menos por mí- Lilith rodó  los ojos y le camino hasta la puerta saliendo de allí enojada, el golpe que dio en la puerta al salir lo dijo todo.

Zelda y Marie hablaron, la mujer le deseo lo mejor para ella y Lilith, sin resentimientos  pues siempre supo que Zelda no estaba enamorada de ella y aunque le doliera no podía aferrarse a la pelirroja, menos enfrentarse a la mismísima  Lilith, Madre de los demonios.
Marie le explicó  a Zelda el motivo de su partida, la pelirroja  se despidió con un abrazo y palabras alentadoras para la mujer, ambas lloraron emocionadas, pues para Zelda ella era una persona especial, que la apoyo cuando más lo necesitaba.

Luego de que Marie se fuera del lugar, Zelda no encontró a Madam Satan por ningún lado en la academia  trató de llamarla con su mente pero nada... Se resignó y se teletransportó a su cuarto en la mortuoria, fue allí donde la encontró dormida sobre su cama, con un babydolls rojo transparente.

Zelda se derritió completamente  al verla estaba tan bella bajo la diminuta tela que dejaba ver su piel bajo la tenue luz que vislumbraba la luna por la ventana de su habitación, sonrió de manera pacífica,  mientras comenzaba a quitarse su ropa sin apuros, no quería molestar a la morena esa noche, fue muy agotador todo aquello que todos habían  pasado.

𝕸𝖆𝖉𝖆𝖒 𝕾𝖕𝖊𝖑𝖑𝖒𝖆𝖓p I 《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora