Sólo somos hermanos.

CAPÍTULO 3

Acababa de comenzar mi infierno. Era viernes, todos mis amigos no podían quedar o ya se habían ido de vacaciones. Ahora estoy en mi cuarto preparando mi maleta para este finde de diversión (nótese mi ironía).

Me había guardado un par de shorts de colores y unos vaqueros, un par de blusas, dos camisetas. Mis converse blancas y mis sandalias azules. Ante todo, preparada.

Me vestí con un vestido de verano color salmón y unas sandalias a juego ya qué seguía con mi ropa de diosa del olimpo.

Bajé las escaleras y mi madre ya me esperaba con su maleta y su bolso.

- Mamá, ¿qué te he hecho yo para este castigo?.- le pregunté completamente indignada.

- Nada, es sólo que Bill y yo hemos decidido qué paséis unos días juntos, a ver si os tolerais.- me dijo sacando las llaves del coche.- Y también porque nos vamos a un balneario.

La miré un enarcando una ceja.

-Será mejor que marchemos ya.- me dijo mientras nos dirijíamos al coche.

Tras otros largos quince minutos llegamos a nuestro destino final. Bueno el de mi madre no, pero el mío sí.

-Hola.- nos dijo Bill nada más vernos.- Cariño, será mejor qué marchemos ya o sé nos hará tarde.¡Luke!.

-Ya estoy papá.- dijo mientras bajaba las escaleras pasándose una toalla por el pelo.
Cierra la boca, por dios. Si te gusta no es mi problema.

¿Que dices? Déjame, búscate otra persona que atormentar.

-Esperamos qué os portéis bien.- nos dió mí madre un beso a cada uno.- ah, y no rompáis nada.

-Vale, mamá, yo también te quiero.- le dije mientras la daba un abrazo.

Al cabo de unos cinco minutos de despedidas se fueron.

-Bueno, ¿qué quieres hacer?.- me preguntó.

-¿Contigo?.

-Sí.

-Nada.

-Venga lo estás deseando.- dijo mientras seguía con la toalla en las manos.

-Sí, estoy deseando que desaparezcas.

Se encogió de hombros y desapareció.
¿Se fue?Ja, por tonta.

Tú te callas.
Estás deseando que vuelva....

Claro,¿No?.

Fui al salón y me puse a escuchar música con mis auriculares.

Y me volví a quedar dormida.

Cuándo desperté eran las diez pm de la noche.

Fui hacia la cocina y me encontré a Luke cocinando hamburguesas.

-No sabía qué supieras poner carne sobre satenes.- le dije mientras me apoyaba en el marco de la puerta.

-No son para ti.- me respondió.

-¿Por?.- puse varita de cachorrito.

-Por querer qué desapareciera.

Me reí.

-Sólo era una broma, y sí te odio pero por comida soy capaz incluso de llamarte hermano.

Murmuró algo por lo bajo que no pude entender.

-Me da igual.

Me di la vuelta totalmente enfadada y subí a la qué sería mi habitación por unos días. Me puse mi pijama y volví a bajar.

Fui al salón y me le encontré cenando sus asquerosas hamburguesas. Cogí mi móvil y llamé a una pizzería. Al cabo de unos veinte minutos apareció el repartidor con mi preciosa pizza.

-Hey, ¿me das?.-me preguntó Luke.

-¡No!.-le grité mientras comía a mi preciosa.

Se abalanzó sobre mí para coger mi pizza. Yo me tiré detrás de la silla y se cayó la pizza sobre mi pijama.

Luke se cayó de la risa.

-¿ Pero cómo eres tan torpe?.- me dijo entre risas.

-¿Yo? Si fue tu culpa.- pregunté quitándome los trozos.

-Yo te pedí un trozo y tú no me quisiste dar y luego te tiraste al suelo.

-Claro por qué me la querías quitar.

-Bueno, no lo niego.

Se pasó una mano por el pelo.

-Déjame en paz.

Me subí al piso de arriba y me encerré en mí cuarto.

Tres días aguantando esto, no voy a poder sobrevivir.

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Buenooooooooo holaaaaaaaa que tal van?
Yo sin inspiración.
Jajaja
Gracias a los mas de doscientos leídos.
Leer mi otra novela que tengo en mi perfil.
Gracias y galletitas para todos.