𝟐𝟖

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HARRY Y CHARLOTTE realmente no sabían qué pensar después de aquel beso. Era como si su deseo por el otro hubiese estado acumulándose y hubiese explotado en cuanto sus labios se habían tocado. Charlotte normalmente se hubiese dicho a ella misma... "Deja de pensar en ello, es un simple beso, como todos los demás", pero no se había sentido así. Podía ser que Harry no fuese alguien por quien sacrificaría su vida —no había llegado a ese punto—, pero sí que tenía más importancia que todas las demás personas con las que había tonteado. Le había dicho que confiaba en él, y hacía mucho tiempo que algo así pasaba.

No podía dejar de pensar en la suavidad de sus labios y la dureza con la que los presionaba contra los suyos. Sus manos en su mejilla, nuca, cintura, cadera... Después del beso, aquellas partes no dejaban de arder y podía todavía notar su toque todavía en ella. Y su cuello tintineaba con los besos que había dejado en él, seguramente acompañados de una pequeña marca en su piel. Hacía tiempo que no había sido besada así. De hecho, no sabía si alguien alguna vez le había besado con tanta pasión y fuerza, quitándole el aire como consecuencia.

Y en cuanto a Harry... Debía admitir que siempre se había imaginado cómo sería besarla, ya lo había confesado... Pero el sentimiento no se había parecido en nada a su imaginación. Había sido mucho mejor. Sus manos en su pelo le habían enviado escalofríos por todo su cuerpo y su voz en un tono bajo y burlón le había acelerado la respiración en cuestión de segundos. Sin haberle tocado, se había sentido arrodillado a sus pies a pesar de haber tenido el control de la situación durante la mayoría del momento.

Ahora, intentaba encontrar la respuesta a la pregunta con la que habían terminado. Entendía que Charlotte no quisiese verse envuelta en sus problemas de corazón. Realmente, se había imaginado una relación bonita y duradera con Palmer. A pesar de lo fácil que las críticas salían de sus labios, la encontraba atractiva y le escuchaba cuando hablaba. O, por lo menos, eso fingía hacer. Cuando Charlotte le había dicho toda la verdad sobre ella, el alma se le había caído a sus pies. Había sentido decepción hacia ella y frustración hacia él mismo por caer en algo así después de tantas experiencias parecidas con otras personas. Palmer le gustaba, pero no para que le hiciese llorar y sentir su corazón romperse. Ni siquiera estaban en algo serio.

Pero cuando Charlotte le preguntó aquello, realmente se cuestionó sus sentimientos hacia ella. Podría haberle gustado Palmer mientras se encontraba atraído hacia otra persona, ¿verdad? Él no hizo nada a espaldas de la pelirroja en ningún momento que fuese a hacerla daño, así que no pensaba que sentirse atraído por Charlotte estuviese mal. El problema era que no sabía si seguía sintiendo algo por Palmer. La única vez que habían interactuado después de sus vacaciones en el barco fue el día en el que grabaron la canción de Skyrocket y no se dirigieron la palabra. Después de la conversación que tuvieron, se había sentido muy mal; admitió que se había acercado a él porque tenía buena reputación y atraería atención, lo que definitivamente ocurrió. Pero verla llorar y decirle que su objetivo no era hacerle daño ni mucho menos, le hizo sentirse culpable aunque no debiese. Y eso le hacía preguntarse si seguía teniendo esa pequeña debilidad por ella.

Pero Charlotte... Se sentía totalmente diferente con ella. Sus conversaciones le interesaban aunque ella no dijese mucho de sí misma. Su forma de pensar le intrigaba y quería conocer más sus opiniones sobre distintos temas. Le encantó que supiese datos insignificantes sobre cualquier cosa —aunque ella lo viese inútil— y su rudeza le hacía querer insistir en encontrar lo que le haría romper su coraza. Y no se podía olvidar de sus ojos azules, los cuales siempre le hacían perderse en ellos; o sus rosados y suaves labios, o nariz respingona, sus pecas... Tenía rostro de ángel pero no tenía nada de inocente. Y Harry estaba seguro de que Charlotte estaba al tanto de ello.

Después de su pequeña e intensa escapada, habían vuelto a casa de Harry y el chico le había ofrecido quedarse a desayunar, ya que ya eran las cinco de la mañana. El sol había salido mientras ambos volvían en el coche de Charlotte, pudiendo ver el amanecer mientras conducían en silencio con la música puesta de fondo. No había sido un silencio incómodo, pero había algo de tensión en el ambiente.

Grey [ h.s ] ON HOLDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora