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No me quedaban más groserías por gritar en el camino al comedor, solo la tensión de mi cuerpo junto a la respiración agitada por la cantidad de roces que hube compartido hace ligeros minutos

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No me quedaban más groserías por gritar en el camino al comedor, solo la tensión de mi cuerpo junto a la respiración agitada por la cantidad de roces que hube compartido hace ligeros minutos. Necesitaba cambiar de aires y sin duda en el campamento no lo tendría.

— Qué día tan mierda — susurré mientras empujaba las puertas del comedor y tomaba los banderines de color para ir colocándolos en cada mesa.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó Zara, monitora por tercer año.

— Nada.

— ¿Quién te dijo que no? — volteé y miré a mi hermana con una ceja en alto — Lo siento, olvidé que nadie se niega a tener una noche con _____ Hoult. — le lancé un banderín azul — ¿Quién interrumpió?

— No te interesa, todo era más fácil cuando...

— Lo sé, cuando estabas con Ziggy.

— No vuelvas a decir su nombre, joder— comenté disgustada — Tengo suficiente con lo de hoy.

— ¡Uy! Parece que hemos encontrado a la culpable de tu mal humor.

— Deja de hablar estupideces Zara — dije justo enfrente de ella.

— Es imposible que la hayas olvidado en tan poco tiempo.

Me quedé muda durante algunos segundos, y justo cuándo iba a responder, Zara se adelantó.

— Sólo ten en cuenta que no siempre resulta ese dicho de "Un clavo saca otro clavo".

— ¿Cuándo te volviste una experta en el amor? — cuestioné.

Mi hermana alzó los hombros y siguió acomodando la chimenea.

— ¿Sabes algo de ella?

— ¿Yo? — miró sus uñas para volver a verme — No mucho, sólo que el próximo Sheriff de Sunnyvale está mas interesado en ella de lo normal.

— ¿Nick Goode? — la miré seriamente — No es su tipo, de hecho... No es el tipo de nadie.

— Es lindo — dijo saliendo — Yo que tú, recuperaba a Berman de las manos de mister Policía.

— Mister Policía mis ovarios — vociferé mientras rompía el palito de un banderín, y para mi buena suerte, uno rojo.


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Chasqueé la lengua mientras revisaba la lista de integrantes de cada cabaña. La menor de las Berman debía agradecerme el hecho de no ser una rencorosa, pues sin dudarlo la habría cambiado junto al escuadrón Sheila. Pero por muy tentadora que sonara la idea, me abstuve, pues no era un lujo que podía permitirme ahora mismo.

HEROES I Ziggy BermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora