Huyendo de su devastadora realidad, _____ decide inscribirse por segundo año consecutivo en el campamento Nightwing como monitor. Se instalará en una cabaña junto a la que promete ser su salvación, pero un pequeño descuido les hace encontrarse con l...
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Después de descansar al menos un día entero, era momento de seguir con las actividades. Cuando llegué a mi cabaña, busqué en mi maleta una combinación de ropa que me hiciera estar cómoda, pero en ese momento caí en cuenta de que era malísima para empacar para un campamento.
Me puse unos jeans de campana, junto a un cinturón negro y - claramente con la venda del hombro - el mejor suéter que tenía; cuando me vio Tommy, me regresó a la habitación más rápido que un tren bala. Mataría a Cindy por ponerlo justo delante de la cabaña como si fuese un guardaespaldas.
— ¿No tienes algo más ágil? —me dijo, después de buscar entre todas mis pertenencias.
— No — respondí al escuchar a Slater —. Soy horrible empacando cosas.
— Tengo dos opciones para ti, una buena y una mala, ¿Cuál escoges?
Yo hubiera escogido la buena primero; lo opuesto al sentido común. Pero Tommy eligió dar la mala opción primero.
— Pues la mala es que, al ser una lesión, podrías quedarte los 6 días restantes aquí.
— ¿Y la buena? —pregunté.
— Podrías pedirle prestada ropa a alguien.
—Ni hablar, un par de jeans y un suéter tendrán que ser suficiente —dije.
—No lo creo —dijo Slater —. Eres moderadora ¿correcto? Debes tener una buena movilidad por si ocurre una emergencia y con esos trapos no vas ayudar a alguien. Lección número uno: La vida y salud de esos chicos depende de los nosotros.
— Pues tendré que quedarme aquí, porque mi orgullo no permitirá la mejor opción.
— Eso déjamelo a mí. ¿Empezamos?
Tommy terminó por llevarme a rastras a varias cabañas. Y sí, debía admitir que el muchacho era inteligente al llevarme con los chicos y chicas que se habían empezado a interesar en mi cuando terminé mi antigua relación.
—¡Esa! —señaló mi amigo, arrastrándome con él.
Tocamos la puerta y apareció Harry, un chico de mi misma edad, pero no altura.
—Tenemos una hora para encontrarle algo — explicó Tommy con voz apresurada.
Para mí una hora es más que suficiente cuando voy de compras. Tomó unas cuantas referencias de mis artistas favoritos y así elijo un par de pantalones, playeras, shorts y suéteres. Lo mismo sucede con mis accesorios. 30 minutos eran suficientes para mí. Pero pronto me enteré de por qué una hora era poco tiempo para Tommy.
Me hizo entrar y salir de el baño para poner a prueba toda la ropa que a él le parecía adecuada, pero le parecía adecuada mientras estaba doblada en las maletas, porque cuando salía con ella encima me ponía la peor de sus caras.
