Prologo: Conociendo a Sarah

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ADVERTENCIA

Aunque esta es una historia Juvenil, puede contener temas un poco sensibles para algunos lectores, Matoneo escolar, Problemas alimenticios, maltrato, depresion, suicidios y muerte, que pueden afectar a algunos lectores, las escenas que se presentan, no son explicitas.

pido discrecion y respeto al tratar los temas aquí expuestos muchas gracias.

Prologo: 

*Patrick*

Era mi cumpleaños número 7 el día en que conocí a la pequeña Sarah Ferguson, la niña más hermosa que vi alguna vez, de ojos azules y cabello rubio claro, Sarah usaba coletas con flores en ellas y venía de la mano de su madre, mi mejor amigo Brandon corrió hacia mí y me dio un fuerte abrazo, pero mis ojos seguían fijos en la pequeñita de 4 años que sostenía una bolsa entre sus manos.

Hey, no mires tanto a mi hermanita – comentó Brandon celoso mientras sacudía mi hombro, mi mirada volvió de inmediato a mi mejor amigo y le sonreí – abre tu regalo, quiero que juguemos con el – agregó sonriente y me entregó la caja que apenas notaba en sus manos, la abrí y era una pistola de dardos, y corrió para tomar la otra de las manos de su papá.

Brandon y yo nos conocíamos desde jardín de niños, pero jamás había visto a su familia completa, el señor Ferguson había levantado a Sarah del suelo, mientras ella le enseñaba la bolsa con los ojos aguados, mi madre pasó por mi lado, y puso su mano en mi espalda

Es de mala educación no saludar a todos los invitados – comentó con voz severa pero dulce y detuve el juego unos segundos para acercarme a saludar, saludé a el señor y la señora Ferguson, y mi mirada se dirigió a la niña que pronto fue puesta en el suelo.

Fedis pumpeaños – dijo la pequeña y me tendió la bolsa, sin pensarlo dos veces la tome de sus manos y le sonreí

Gracias – dije sonriente - ¿Cómo te llamas? – pregunté antes de retirarme

Soy Sarah – dijo ella de forma casi perfecta – y tengo estos – agregó levantando cuatro de sus dedos con una sonrisa

Pues yo soy Patrick y tengo estos – le dije y tomé sus dedos para formar el número siete

¿Cómo se dice? – preguntó con una risa curiosa

Siete – dije despacio

Bandon también tiene esos – comentó con la sonrisa más amplia que he visto en toda mi vida.

Después de eso me alejé para seguir jugando con Brandon, corríamos de un lado a otro del amplio parque, ya habíamos dejado de lado las pistolas y ahora éramos temibles piratas, la pequeña Sarah estaba sentada en un columpio, no habla con ningún otro niño y tampoco alcanzaba el suelo como para mecerse simplemente se había quedado ahí sentada mirando a los demás divertirse.

¿Qué miras? – preguntó mi amigo al ver que me detenía

Tu hermana está sola, invitémosla a jugar con nosotros – dije sin pensarlo dos veces

Brandon me empujó y corrió con Sarah, yo le seguí los pasos de cerca antes de pararme a su lado frente a ella

¿Quieres jugar con nosotros? – preguntó Brandon

No – dijo la niña tímida mientras frotaba sus ojos que por alguna razón estaban llenos de lágrimas – solo quiero mecerme aquí – comentó mientras movía sus piernas, intentando mostrar que no alcanzaba.

Brandon comenzó a empujarla en el columpio, y cada empujón me hacía sufrir porque parecía que la pequeña Sarah saldría disparada en cualquier segundo y así pasó, pero por suerte pude frenarla con mi cuerpo antes de que se hiciera daño

Lloró un poco pero luego sus ojos se abrieron en shock mientras señalaba mi rodilla

Tienes sangre – dijo antes de comenzar a llorar de nuevo - ¡MAMI! Él tiene sangre – gritó

Ese cumpleaños terminé siendo revisado por el padre de Brandon que para mi suerte era doctor, me pusieron un par de curitas y luego de partir el pastel, todos nos despedimos.

Pero esa no fue la última vez que vi a Sarah Ferguson, no, ni cerca, cada día de mí vida se llenó de un poco de Sarah, de su sonrisa, de su alegría, de su belleza. A raíz de mi cumpleaños, mi madre se hizo muy amiga de la suya, y al ser vecinos era bastante fácil que nos reuniéramos a jugar, a hacer las tareas o que una madre hiciera de niñera para la otra en momentos de desesperación.

Sarah y mi hermana menor Laurie de habían hecho muy amigas y Brandon y yo nos habíamos hecho inseparables, dos años después tuve que mostrarme fuerte para Sarah y Brandon, porque su padre decidió irse de la casa con otra mujer, Sarah permanecía muy afectada, porque su héroe había decidido marcharse, y Brandon estaba bastante enojado por el hecho, pero en vez de separarnos el abandono de su padre nos unió más, nuestras madres comenzaron a trabajar juntas y a vender galletas junto con las chicas así que pasábamos todas las tardes juntos en una de las casas, y mientras las chicas cocinaban, Brandon y yo disfrutábamos jugando video juegos, todo avanzó tan bien que en seis meses ya teníamos una bonita panadería en el centro.

Sarah parecía nunca querer alejarse de mí, e incluso me daba galletas a escondidas de mi mamá para que las probara, y Brandon se ponía algo celoso hasta que Laurie llegaba y hacía lo mismo con él.

Un año después, Brandon y Sarah estuvieron para apoyarnos a Laurie y a mí, nuestra madre había fallecido y habíamos quedado completamente solos, la señora Ferguson nos cuidó por mucho tiempo, hasta que la abuela decidió mudarse con nosotros.

Así pasaron los años, todos crecimos a velocidades insospechadas Sarah tenía catorce años, Laurie 13 y Brandon y yo estábamos a punto de cumplir 17, habíamos entrado al equipo de Futbol, y las chicas abundaban por todas partes, chicas mayores y de nuestra edad, y debo aceptar que éramos más que felices, aunque las atenciones de las dos niñas no cesaban, ambos nos habíamos acostumbrado a verlas como nuestras hermanas, Sarah era tan mi hermana como la de Brandon y Laurie era tan hermana de Brandon como mía, por lo cual fueron pasando un segundo plano, e incluso llegaban a ser molestas cuando las chicas mayores querían acercarse a nosotros.

DEAR SARAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora