DEAR SARAH

Capitulo 1: La tristeza de Laurie

*Sarah*

Mi nombre es Sarah Ferguson, tengo 14 años y estoy completamente enamorada, sé que es tonto decir eso a mi edad, pero estoy segura de estar enamorada porque el sentimiento no ha cambiado desde que tengo memoria, tenía cuatro años cuando conocí a Patrick Andersen, el mejor amigo de mi hermano y hermano de mi mejor amiga, y desde entonces cada vez que veo a Patrick siento mariposas en mi estómago, y me alegra el día sin siquiera pensarlo.

Laurie por su parte está perdidamente enamorada de Brandon, mi hermano mayor, y aunque no entiendo lo que ve en él, entiendo cómo se siente estar enamorada de alguien mayor, que te ve como una pequeña niña.

Sé que se preguntaran si he intentado mirar a alguien más, tal vez enamorarme de un chico que si me preste atención, y claro que lo he hecho, incluso di mi primer beso con un amigo de la infancia Jeremiah Hennings, pero nada cambio respecto a Patrick, e incluso eso me hizo preguntarme si tal vez besarme con Patrick no se sentiría tan asqueroso como se sintió con Miah a mis 12 años de edad.

Desde que los chicos ingresaron al equipo de Futbol, Laurie y yo seguimos un ritual, vamos a la escuela, llegamos a cocinar algo y vamos a todos sus entrenamientos y partidos, a llevarles bebidas y algo de comer, solíamos obtener algo de eso, abrazos, sonrisas e incluso nos acompañaban de regreso a casa al finalizar, pero luego todo comenzó a tomar un rumbo diferente, porque Brandon y Patrick comenzaron a fijarse en las "mujeres" y definitivamente no somos su tipo de mujer.

Era sábado, y hoy había un partido bastante importante, Laurie y yo apenas habíamos terminado de hacer las galletitas, y estábamos listas para ir a tomar nuestros lugares junto a mi mamá y la nana de Lau y Patrick, usábamos Jeans y camisetas de los abejorros, teníamos líneas amarillas y negras pintadas en nuestras mejillas, mi largo cabello permanecía en dos coletas con abejitas en las ligas y Laurie llevaba su cabello castaño suelto y ondeante, llegamos y ocupamos nuestros lugares de siempre, mamá nos entregó nuestras pancartas y el día siguió su curso natural, Laurie y yo gritábamos emocionadas y recibíamos miradas celosas cuando en los entretiempos Brandon y Patrick se acercaban a saludar y a tomar algo de lo que habíamos traído.

Lindas coletas – comentó Patrick con un pequeño guiño que casi me saca un suspiro y que seguro tintó de rojo mis mejillas porque sus manos se posaron en ellas y las tiraron a los lados cual niña pequeña.

Terminando el entretiempo los chicos volvieron a la formación y después de la presentación de las abejas, (animadoras del equipo local) volvieron a la acción, los abejorros ganaron, Patrick y Brandon llegaron a saludar, nos tomamos algunas fotos los cuatro y luego le pidieron permiso a Mamá y a la nana para ir a celebrar con el resto del equipo, agregando que volverían bastante tarde.

Mi rostro se tornó triste, cuando Patrick y Brandon fueron absorbidos por la multitud de chicas, y mi madre y la nana de Laurie tomaron nuestras manos fuera del pequeño estadio y de ahí hasta la zona donde habíamos dejado nuestras bicicletas, mientras mama y la nana iban en coche, nosotras recibimos permiso para comprar un helado o disfrutar la tarde donde quisiéramos, manejamos nuestras bicicletas hasta la heladería más cercana, y tuve que sostener con fuerza a Laurie cuando vimos a mi hermano besar a una chica de ultimo año frente a nosotras, Laurie abandonó la heladería y se puso a llorar mientras yo compraba helados para ambas.

¡Hey, Sari! ¿Dónde dejaste a Lau? – preguntó Patrick quien había salido del baño y se sentaba junto a mi hermano y la misteriosa chica

Laurie está afuera cuidando las bicicletas – comenté despacio sin mirar los ojos de mi hermano y me dispuse a salir.

Detente – dijo Brandon y se levantó para alcanzarme, con la servilleta que tenía en su mano limpió cuidadosamente mis mejillas y luego levantó mi mentón – así está mejor – comentó con una sonrisa y luego me dejó marchar