Capítulo 2 - El Reino de los No-Muertos II

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''Eso'' era igual que el resto de cadáveres, simplemente caminaba de un lado a otro, arrastrando los pasos y siguiendo la corriente de cuerpos que deambulaban sin rumbo... O al menos, eso se suponía. 

Por un momento, pareció que las cuencas oculares de ''eso'' emitieron un destello verdoso, y justo después ''eso'' detuvo su perezoso andar por un momento... En ese instante "eso" estaba tomando conciencia de si mismo.

"Eso" miró sus manos esqueléticas y reanudó su marcha, pero ya no parecía moverse por reflejo, como los demás, ahora parecía que sus movimientos tenían un propósito. "Eso" movió una de sus manos al frente, como buscando alcanzar algo; su mano aterrizó en el "rostro" de uno de los muchos esqueletos cercanos, esto no ocasionó reacción alguna,  ya que era habitual que los cuerpos errantes se chocaran entre sí al caminar, aunque a diferencia de los contactos habituales, este era intencional.

Después de haber posado su mano el la cara de otro cadáver, ambos se quedaron inmóviles por unos instantes. Luego, las cuencas de "eso" empezaron a brillar nuevamente, esta vez con un verde más intenso y, con un gutural grito que le helaría la sangre a cualquiera, el esqueleto que tenía su cráneo apresado, empezó a desmoronarse en un tenue resplandor verde mientras era "asimilado" a través de la mano de "eso".

A pesar del estruendoso grito que retumbó en el interior de aquella caverna, ningún miembro de la horda de cadáveres le dio importancia alguna. ¿Quizá los No-Muertos eran sordos?  Era una posibilidad, o quizá no tenían consideración hacia otros No-Muertos; después de todo... Ninguno daba muestras de inteligencia o razón de sí, ninguno excepto ''eso'', quién ahora estaba mirando la mano con la que había asimilado aquel cuerpo.

Estando allí parado ''eso'' parecía curioso e incluso hasta asombrado por lo que había sucedido ¿Cómo lo había hecho? No estaba seguro, tampoco estaba seguro de si funcionaría de nuevo, o de si debería intentarlo otra vez. De igual manera tampoco recordaba por qué lo hizo en primer lugar; todo lo que sabía era que, por alguna razón, se sentía bien... Sentía que su mente, si es que tenía alguna,  estaba despejada por primera vez.

Pero a pesar de la agradable sensación, aún faltaba algo. Esta ''claridad mental'' no era suficiente para ''eso'' ¿Cómo podría serlo? si ni siquiera recordaba el motivo por el cual decidió tantear el cráneo de aquel cadáver. Sintiéndose así, ''eso'' sabía lo que iba a hacer.

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Después de un tiempo ''eso'' estaba ''mirando'' fijamente sus huesudas manos, aún sorprendido por esa ''extraña'' habilidad. Ya había asimilado varios No-Muertos, con esto, por fin pudo llegar a cierto nivel de lucidez en el que pudo articular pensamientos en su mente. Sintiéndose a gusto con la sensación de claridad en su mente,  cerro los puños y fue caminando tranquilamente hasta una de las paredes de la cueva, donde empezó a observar y escudriñar todo lo que la niebla le permitía ver. Y así, pudiendo articular sus pensamientos en palabras, empezó a formar ideas, siendo la primera una pregunta... ''¿Dónde estoy?''

Magus: The Awakening of the Undead LordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora