𝖀𝖓𝖉𝖊𝖗 𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖆𝖘𝖐 | 𝐬𝐧𝐢𝐩𝐞𝐫 𝐦𝐚𝐬𝐤 ✓

┇ 𝐀 𝐂 𝐓 𝐎 ᴼ¹ ཻུ۪۪⸙

マスクの下
under the mask; capítulo uno
«suicidios fallidos»

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Sangre salpicando las calles, en las azoteas, gente matándose o simplemente yendo contra los enmascarados y asesinándolos como simples sujetos de prueba. Aunque era lastimero ver la debilidad que tenían algunos cuando se quedaban tiesos temblando observando el cadáver, soltando el arma y cayendo al suelo patéticamente mientras se tapaban el rostro culpándose por haber asesinado. Bueno, si no lo hubieras asesinado en esos momentos estarías con tus ojitos cerrados para toda la eternidad.

Caminó por el borde del rascacielos, tentando a la muerte que se veía bastante tentativa pero luego de haberse intentado suicidar unas cuatro veces más y que su cuerpo solo se cure por sí solo luego de unas dos horas, tal vez, volvía a escalar todo el edificio con pereza y realmente intentó dispararse pero la bala no salía aún teniendo el cartucho lleno. Suspiró al escuchar un grito resonar por todo el aire y, de manera vaga, apuntó con la mira de su arma el sitio lleno de ruido que luego de unos segundos resonó en un disparo. Achinó sus ojos buscando con la mira telescópica la persona que había disparado porque ella no pudo haber sido al tener un silenciador puesto, soltó un pequeño resoplido al darse cuenta que un hombre enmascarado tenía su rifle mirando en la dirección a la pequeña jovencita que tenía su ropa interior al descubierto y suspiró sacándole el seguro a su arma para disparar al cuerpo del que la iba a violar para disparar directo a la cabeza, matándolo al instante para que deje de chillar.

—¿Por qué nunca me dijeron que no mire edificios extraños? —se lamentó la fémina caminando con tranquilidad por el puente mientras se rascaba el cuello—. Bah, igual tendría que trabajar y necesitaba unas vacaciones pero no estas.

Chistó su lengua sentándose en el suelo, mirando con tranquilidad como el astro de fuego era levemente ocultado por nubes blanquecinas que realmente le daba un toque relajante al cielo celeste. Realmente no sabía el por qué estaba en ese reino, tampoco el por qué nunca moría luego de sus fallidos suicidios y mucho menos el qué no le afecte esa máscara porque realmente parecía más un adorno que un conducto de mandatos y lavados de cerebro. Se mordió su mejilla interna pensativa, estaba en ese lugar alrededor de una semana y no tenía la menor idea de cómo irse de ahí porque, sinceramente, ya estaba aburrida en ese sitio.

Aunque no se quejaba de la comida.

Alzó su máscara cuando, mágicamente, la comida apareció al lado suyo y soltó un leve gracias al ver a lo lejos como una enmascarada neutra se alejaba a pasos lentos. Dejó aquel objeto blanco con tres agujeros al lado suyo para poder degustar sus alimentos con alegría porque era un manjar, sin darle importancia que alguien detrás de ella le esté apuntando con un arma que tocó la parte trasera de su cabeza. Masticó con lentitud su hamburguesa para luego tragarla, viendo por el rabillo del ojo y olfateando el humo del cigarrillo, el cual le antojó uno pero, según recordaba, se había propuesto hace unos dos años dejarlo porque terminaría con los pulmones podridos.

—Sniper mask, diría que sería un gusto volver a verte pero ni la cara te puedo ver —soltó con burla la mujer mientras seguía masticando. El gatillo siendo presionado resonó pero no salió bala alguna para diversión de vss mask que tragó de nuevo la trituración que realizó sus dientes la hamburguesa y limpiarse con una servilleta sus labios manchados por la mayonesa que contenía el alimento—. Oh, bueno, a eso no te lo puedo explicar lamentablemente.

—Órdenes del Comando, no puedes asesinarla hasta que se investigue su causa —oyó sniper mask provenir de su máscara y bajó el arma con lentitud para luego retroceder y largarse sin pronunciar palabra alguna.

—Es sorprendente lo que puede hacer una máscara, ¿no, Makoto? —lo miró de reojo para ponerse la máscara y agarrar su arma y saltar al vacío, se agarró al marco de una ventana para luego romperla e introducirse a la habitación sin querer ver el comportamiento de aquel joven que, de manera vaga, recordaba haberlo conocido. Fue derecho a una pared para golpearse su frente sin hacerle daño alguno a su máscara, murmurando pequeñas maldiciones hacia su persona por haber dicho aquello—. Seguro lo dejé con una duda permanente.

Suspiró saliendo del lugar para comenzar a recorrer los pasillos en busca de alguna munición para su francotirador pero solamente encontró cartuchos que no eran para su arma por lo que las tiró a la calle porque si ella no encontraba para su arma de fuego ellos tampoco encontrarían para las suyas.  Era algo rencorosa, tal vez por eso la habían despedido en su antiguo trabajo cuando una de sus compañeras le robó su proyecto haciéndolo pasar por suyo y ella tomó venganza descociéndole toda su ropa hasta la interior, dejándola desnuda en una reunión empresarial.

—Se lo merecía —carcajeó divertida, logrando que sus risas resuenen por el pasillo intimidando a cualquiera que esté en ese piso.

Comenzó a silbar de manera aburrida, tratando de buscar una respuesta a las infinitas preguntas que tenía referente a ese reino y el por qué cada vez que intentaba morir no la dejaban.  Era extraño y ella también lo era, nadie iba a negarlo, pero lo que sucedía era más extraño aún. No sabía sobre sus fallidos suicidios, tampoco sobre una torre que lanzaba cañones de riel, también sobre para controlar a enmascarados, el Comando, sobre candidatos a dioses, todo era muy confuso para ella en esos momentos. Y, lastimosamente para ella, no recordaba el por qué se había querido suicidar la primera vez.

—¿Qué mierda le pasa a mi estúpida memoria? —se golpeó la cabeza con la palma de su mano, intentando inútilmente recuperar todos sus recuerdos.

Al llegar a la terraza lo único que hizo fue tirarse por ésta, buscando por lo menos descansar por un tiempo sin tener que cuidar su espalda por si hacen el vano intento de matarla. Chocó estrepitosamente contra el suelo, su cabeza azotándose contra el asfalto pero solamente logró que un suspiro salga de sus labios al no sentir dolor alguno por lo que se quedó unas cuantas horas tirada en ese sitio a la espera a que sus piernas se curen junto con sus pulmones y cabeza. Se rascó debajo de su ojo al sentir un poco de picazón y bostezó acomodándose para dormir, no sin antes revisar con un ojo abierto que su VSS esté sana y la atrajo hacia su pecho como si fuera un peluche y durmió con tranquilidad lo que restaba de la tarde.