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Los Cabos, MX

El hotel Waldorf cerró el 75% de su ocupación para que la boda fuera lo más exclusiva posible. Las palmeras ya estaban adornadas y las flores no tardaban en llegar. La novia supervisaba todo desde su habitación y cuando se cansó de ver el paisaje fue con su prometido.

Dando brinquitos entró a su habitación, él estaba trabajando frente a un escritorio así que ella aprovechó para enredar sus brazos en el cuello y darle un beso en la mejilla.

—¿Puedes dejar de trabajar? —pidió—nos casamos el domingo y yo estoy haciendo todo.

Troy bajó su computador para girarse a ver a su novia de cabello chino y tes morena. Sonrió ante su presencia y la jaló hacia él para darle un beso.

—Prometo que no lo haré más, solo temprano reviso mis correos y ya.

Anne torció la boca y rodó los ojos.

—Pero hoy soy todo tuyo—agregó Troy—¿Damos un paseo?

Llegaron a la playa después de saludar a todos los invitados ya instalados y de aprobar ciertas cosas que los encargados del hotel aprovecharon para preguntarles.

—¿Te confirmaron todos tus amigos? —preguntó Anne.

—Solo Zeke y Gabriella no pueden venir.

—Gabriella, ¿tu ex? —lo miró intrigada.

Troy soltó una risita.

—Mi novia de la preparatoria, sí.

—Me hubiera gustado conocerla.

El chico se encogió de hombros.

—Conocerás a los demás, solo que, no son como tus amigos—meditó unos segundos—bueno, los Evans tal vez sí.

—Apuesto que son encantadores.

Le acarició la mejilla con su meñique y se acercó para besarlo, este le correspondió, pero la vibración de su celular los hizo separarse para que pudiera revisar el mensaje.

—Llegó el primero—dijo Troy—¿vamos?

Anne asintió y le tomó para dejarse guiar al hotel.

En la recepción un hombre de cuerpo atlético con cabello chino esperaba a que le asignaran habitación y mientras leía otra de las revistas donde Troy era entrevistado por su idea innovadora de una escuela virtual de artes que había llegado a todo el mundo. Enseguida la imagen se convirtió en una persona cuando su amigo apareció de la mano de su novia.

—Hola Chad.

—¡Troy! —exclamó—¿Cuánto tiempo?

El encuentro se acompañó de un abrazo efusivo con golpes en la espalda.

—Te presento a Anne, mi prometida.

La mencionada lo saludó con dos besos en la mejilla y Chad entrecerró los ojos extrañado.

—¿No nos hemos visto antes?

—No lo creo—respondió Anne inmediatamente—yo a ti sí, en fotos pero personalmente no.

—Lo siento, me recordaste a alguien.

—¿Y Taylor? —preguntó Troy girando su cabeza a todos lados.

—Llega mañana en otro vuelo, tuvo que trabajar hoy.

Hubo un momento de silencio, lo que Anne aprovechó para despedirse y dejar a los dos amigos solos que tenían años sin verse.

—Así que terminaste de entrenador—observó Troy y Chad asintió.

—Y tú de empresario, tan preocupado que estabas por conseguir becas.

Ambos se rieron y caminaron hacia la parte exterior del hotel.

—Ni basketball, ni teatro, ni Gabriella—complementó Chad tratando de hacer una broma pero a Troy no pareció causarle gracia—lo siento.

—No, no. Es bien sabido que las relaciones del colegio nunca prosperan, me sorprende que la tuya lo hiciera.

Chad se encogió de hombros.

—Seguimos siendo amigos después de la universidad y cuando nos volvimos a ver decidimos vivir juntos, solo eso.

—De todas formas lo lograron.

—¿Te dijo por qué no iba a venir?

Negó con la cabeza.

—Me imagino que tiene mucho trabajo.

—Siempre siendo tan Gabriella.

Un auto de lujo de paró justo enfrente de las escaleras donde ellos estaban recargados. Un hombre se bajo para abrir la cajuela y posteriormente la puerta trasera para darle paso a una chica rubia. Ambos se quedaron sorprendidos al verla pero está solo les sonrió y bajaron a su encuentro.

—¿Tienes chofer en México?—preguntó Chad.

—Era un cabify—respondió.

Y corrió a abrazarlos, si bien nunca había sido amiga de Chad y con Troy quería algo más que una amistad, ya habían pasado muchos años y la nostalgia era el sentimiento que más predominaba.

—Mírate, ya todo un hombre casado—admiró a Troy

—¿Y tú qué?—respondió.

—Felizmente divorciada—pensó unos segundos—o algo así, ha sido un proceso lento. ¿y tú con Taylor?

—Todo bien—se limitó a decir—¿Tu hermano no viene contigo?

Caminaron a la recepción y Sharpay observó cada detalle del hotel.

—Su vuelo se retrasó y creo que esperará a Kelsey en el aeropuerto. Vaya Troy, si que tienes dinero para hacer una boda así, ni en la mía se gastó tanto.

—A la cuál no fuimos invitados—comentó Chad.

—Me casé saliendo de la universidad aún no extrañaba a Los Linces, pero si un día lo hago de nuevo, que lo dudo, a esa sí los invitaré.

—Espero que se la pasen muy bien—deseó el anfitrión ignorando la conversación de sus amigos—ahorita los ayudo con sus habitaciones.

Troy se alejó para llenar las papeletas de sus invitados dejando a la rubia y al moreno solos.

—Nunca creí decir esto pero que gusto verte Sharpay, ¿Qué tal Brodway?

—Lo mismo digo, si alguien me lo hubiera dicho a los 17 años me hubiera reído mucho. Y bien, cansado pero disfrutando al máximo. ¿Y tú equipo?

—Bien.

Troy regresó con las llaves mientras dos personas más se unían a ellos.

—Disculpen, ¿Es aquí East high?

—¡Ryan, Kelsey!—se emocionó Chad y los abrazó en el orden mencionado.

Se notaba que había pasado el tiempo. Ellos ya no era tan delgados, a Ryan empezaba a caerse el pelo y lo atribuyeron al uso excesivo de sombreros, cosa que no pasó con Kelsey pues lucía un hermoso cabello ondulado hasta los hombros.

—Les entrego sus tarjetas, ya sólo falta que llegue mañana Taylor—dijo Zac.

—¿Entonces es un hecho que Gabriella no viene?—preguntó Ryan.

Troy asintió y  guardaron silencio, pues aunque nadie se atreviera a decirlo todos creían que si alguna vez se reunían para su boda la novia sería Gabriella.

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