Mina's Tears || MiChaeng

Chapter 10- Rainbow

Mina

La música inundaba sus oídos y sus pasos se veían obstruidos por la multitud de gente que bailaba al ritmo de las canciones de Girls Generation.

Y ahí se encontraba Mina, en otra de las múltiples fiestas de Jackson Wang, tratando de abrirse paso para llegar al jardín de la enorme casa, en donde ChaeYoung se encontraba sola en un columpio mirando al suelo.

—No parece que seas la clase de chica que viene a las fiestas de Jackson— habló Mina cuándo al fin estuvo junto a ChaeYoung.

—No parece que seas la clase de chica que se acerca a alguien como yo, pero al final lo haces y no quiero que te detengas— contestó la menor con una amplia sonrisa adornando su rostro.

—Bueno, no sé qué decir al respecto. ¿Puedo sentarme?— preguntó Mina apuntando al columpio vacío que estaba a lado de ChaeYoung y esta sólo asintió.

Pasaron un buen rato hablando de muchas cosas triviales, cada vez sintiéndose más confiadas la una con la otra. Hasta que ChaeYoung hizo una pregunta que tomó por sorpresa a la japonesa.

—Minari~, ¿quién te gusta?

—Chae...— Mina agradecía internamente que estuviera oscureciendo pues así ChaeYoung no notaría el tono rojo que se había apoderado de su cara— No quiero que mi respuesta cambie nuestra amistad o... lo que sea que ahora tenemos, ¿de acuerdo?

—Está bien, lo prometo— dijo ChaeYoung con nerviosismo en su voz.

—Me gustas, Son ChaeYoung— las palabras de Mina salieron disparadas de sus labios y su mirada estaba perdida en algún punto del césped de la casa de su amigo.

—Ah... ¿en serio?— fue todo lo que pudo formular en ese momento la de más baja estatura, pues no le salían las palabras que ella también quería confesarle a Mina.

—Claro que sí, tonta, ¿no era obvio?— contestó Mina con irritación— Ahora tú dime, ¿quién te gusta?

—Me gustas, Mina— de un momento a otro, las miradas de ambas chicas se conectaron en la oscuridad, apenas alumbradas por la luz de la Luna. Sus ojos transmitían mucho más que sus palabras y las dos encontraron la paz que necesitaban.

Al igual que cuando se despidieron en aquel parque, no se dieron cuenta hasta muy tarde de la cercanía que ahora tenían. Sus miradas viajaban de sus labios a sus ojos en repetidas ocasiones. Las respiraciones se mezclaban y Mina juraba que los latidos de su corazón se escuchaban más fuerte que la música que sonaba dentro de la casa.

Y en cuestión de unos simples segundos...

Sus labios se encontraron.

-smi🤍