Cuando llegamos yo estaba cansada y desanimada sin ganas de nada así que le pedí a Leila que viésemos una película como hacíamos de costumbre en Madrid, cuando estaba todo preparado mi teléfono sonó y fui a cogerlo, era un número desconocido para mi pero aun así lo cogí:
- hola ¿con quien hablo?- dije para empezar la conversación.
- hola, ¿Claudia?.- dijo esa voz que era inconfundible para mi.
- si soy yo ¿eres Brad?
- Si, y tu ¿eres adivina?
- Algo así.- conteste entre risas.- dime ¿que pasa?
- Es Jesse nunca la había visto así de desanimada y supuse que le caíste bien y te extraña.- dijo el, ¡Vendita perrita! Pensé.
- Aah bueno no te preocupes si quieres podemos quedar y la veo un rato así averiguas si es eso.- dije conteniendo mi voz de alegría poniéndola un poco seria.
- Por supuesto iba a proponer eso te parece bien donde ayer a las 5.
- Perfecto allí nos vemos, adiós.
- Adiós.
No lo podía creer todo era perfecto le conté a Leila lo que paso y que Brad me gustaba y no tardo en decir que ella no se lo perdía por nada del mundo además a lo mejor venían Connor y los demás y a ella le gustaba James por que eso se notaba, las dos tardamos poco en arreglarnos y creo que estábamos muy bien cuando terminamos partimos para el lugar acordado y mis nervios aumentaban.
Una vez allí esperamos un rato y a lo lejos vi que algo corría hacia mi cuanto mas se acercaba yo sabia que era Jesse era una perrita adorable salto hacia mi provocando una caída y estuve un rato abrazándola, muy bajito y al oído le susurre un gracias y entonces alguien dijo:
- creo que vas a ser tu.- mire y era el era Brad estaba hermoso, rápidamente me levante y le di dos besos mi corazón se había parado.
- Si va a ser que si.- conteste entre risas.
-Hola Claudia.- oí gritar al fondo eran James, Connor y Tristan.
- Hola chicos.- dije acercándome y saludando a cada uno.
- Un placer volver a verte.- dijo Connor guiñando un ojo.
- El placer es mío.- le conteste.
- Oye y si tomamos algo.- ofreció Tristan.
- Estaría bien.- dije.
- Pues vamos.- dijo Brad mirándome y pasando su brazo sobre mí.
Quería que esa tarde no acabara nunca y aun no había empezado.