Sexomnia y Parasomnia || Emiliaco

༒︎ F̥ͦ I̥ͦ V̥ͦ E̥ͦ ༒︎

-¿Qué? ¡Oye suéltame idiota! –El cuerpo de Emilio sobre el mío me impedía todo el movimiento.

¿¡Qué mierda le pasa!?

Emilio no me contesto y por un momento pensé que estaba bromeando, pero su silencio y su mudez lograron desechar esa idea.

Intenté mirarlo a los ojos, pero su cabello me lo impedía, miraba hacia abajo, no estoy seguro que,pero me empecé a sentir asustado parecía ¿dormido?

-Emilio…-Le hablé moviendo un poco sus brazos, pero no respondió. Siguió en la misma posición sobre mí y su rosto perdido-Mierda Emilio… ya- de un movimiento rápido mis manos fueron puesta sobre mi cabeza y mis brazos extendidos en mi contra.

Emilio se encargó de sujetarme con fuerza. Levantó su rostro hasta por fin dejarlo frente al mío y sus ojos estaban oscuro y su melena se ceñía a su frente.

-Vuelve a decir mi nombre…-su voz es grave, más ronca de lo que normalmente es-y te follaré duro y sin compasión- mi cuerpo entero tembló por la amenaza ¿¡Está hablando enserio!? Mierda es hora de preocuparme.

-Emilio ya deja de jugar, si esto es una broma quiero decirte que no es gracioso, porque…- Una de sus piernas se colocó entre la mía y la separó de golpe de la otra interrumpiéndome.

-Te lo dije –mustió.

-¿Qué? Oye no, yo- una de sus manos cubrió mi boca, mientras la otra me siguió sujetando. Y ahora si me asusté.

Escondió su rostro en la curva de mi cuello y sentí un escalofrío cuando la punta de su cálida lengua recorrió mi piel fría. Lo hizo sin ninguna clase de gracia o mentira impregnada en el acto.

Como si yo no fuera su mejor amigo, o como si no fuera simplemente yo.

Intenté liberarme pero era demasiado fuerte, ahora es cuando odio que el idiota mida diez centímetros más que yo.

Comencé a llamarlo, pero su mano me impedías hablar con claridad.
Joder ahora estoy cagado del miedo.
Emilio descendió su cabeza, pasando su lengua por mi piel.

Depositó una mordida descuidada en mi clavícula que logró erizarme por completo, joder, ahí no.

Apartó su mano de mi boca.

-Emilio… ya, quítate- ordené en cuento quedé liberado, pero solo fui ignorado y coloco sus manos en un lugar poco apropiado.

-No…-comenzó a masajearme, pasando su palma en movimientos circulares.

-No toques eso-suspire con la voz baja.

Su gran mano siguió acariciando, cambiando ahora su trayectoria y haciéndolo de arriba y abajo.

Mierda se siente bien-Emilio no… ya... ya deja- rogué con voz temblorosa la mano entera de Emilio se cerró en mi erección sobre la ropa- ¡Emilio! –joder ¿por qué lo hace tan bien? ¡Pero no!-Esto ya … no-alzó su mano y la metió dentro de mi pantalón de pijama y el bóxer, toda esa mano sujeto mi polla erecta, amoldándola en su palma .GEMÍ.

Esto no es correcto.

-Si te gusta-sus roncas palabras sacudieron mis sentidos por completo. Emilio comenzó a bajar y subir su mano a lo largo de mi miembro.

Cerré mis ojos, mis brazos sujetados arriba por Emilio casi entumecidos.
Pero el placer que comenzaba a sentir hacía que se me empezará a olvidar.

- Te gusta mucho joaco- beso debajo de mi oreja y suspiró cerca de ella, sentí cómo uno de sus dedos dibujaba el contorno de mi punta húmeda, mi cuerpo tembló.