El trabajo estaba avanzando correctamente, Emi al parecer sabía más de lo que aparentaba. Y eso es bueno porque él se esfuerza para sorprender a las personas, o eso creo.
Porque de una u otra forma siempre lo consigue.
Es una especia de caja sexi de sorpresas.
La investigación estaba realizada, todo el marco teórico estaba concreto y correcto aunque claro ¿por qué no lo estaría si yo lo hice?
Emi se encargó de los adornos como dibujar, pintar, transcribir y hacer las cartulinas oh como él lo definió:
“el diseño gráfico y visual del trabajo”
pues es la parte más importante de una exposición “quien lo hace tiene una mente lista y brillante”
Claro si dejamos la media cartilla que pudo llenar del libro su trabajo fue bueno pero seguirá trabajando como decorador.
En esta relación yo soy el listo.
-Joaco tengo hambre, aliméntame- Emilio se echó en la mesa haciendo tronas sus huesos.
-Hay pizza en tú horno-sé que el me debe atender pero una amistad tan larga ya no necesita eso.
-Claro… aprovechemos de Joaco y su inigualable talento culinario y habilidad gastronómica ¿me viste cara de refrigerador o qué?-dije mientras sacaba las piezas de pizza.
-Seguramente usar un microondas requiere de mucha experiencia y en realidad ahora te veo como un gran pedazo de carne-dijo mientras los reíamos.
-Si esperas a que te diga “ven y cómeme” tu espera será larga.
-No mientas, yo soy irresistible-dijo Emilio y yo solo pude reír.
-Soy un pedazo de carne difícil.
-Eso le da el sazón.
-A veces me das miedo-mientras sacaba el plato con las 6 porciones porque yo comeré 4.
-¿Te doy miedo cuando tengo hambre?-lo decía mientras comía.
-Un poco.
-Pero tú eres la bestia al comer, yo no-se quejó.
-Sientes envidia porque yo si se cocinar.
-Usar un microondas no es cocinar.
-Si es cocinar.
-No…
-Si…
-No porque…
-¡Ya!- interrumpí cuando me di cuenta que mi plato ya estaba vacío.
-¿Ya le dijiste a tu mamá que te quedaras a dormir?
-Sí, le mande un mensaje-conteste restándole importancia.
Emilio asintió, mientras ocultaba una sonrisita
-Creo que ya es tiempo de decir mi secreto-dijo determinado.
-¿Cómo?
- Si, te quedaras a dormir tienes que saberlo.
¿Qué tiene que ver el dormir con su secreto?
-Ya dímelo anda.
-Tengo problemas nocturnos Joaco-dijo el mayor.
-Tranquilo yo también ronco y lanzo patadas-Emilio soltó una carcajada, amaba la inocencia de su amigo, y la manera tan eficaz con la que podía pasar los problemas, alguna vez.
-No ese tipo de problemas, tengo un trastorno… es extraño –Intentó explicarle.
-¿De qué se trata?-cuestionó el castañito de mejillas sonrojadas con su cara de sorpresa
-Padezco de sexomnia…- y el castaño no entendió nada de lo que le dijo su amigo.
-¿y eso con qué se come?-bromeó, y Emilio volvió a reír.
-¿seguro quieres quedarte a dormir conmigo?-le cuestionó con un tono pícaro, disfrazado de preocupación, lo suficientemente creíble para el menor.
-¿si supiera que es eso tendría que no estarlo?
-Totalmente.
-No puede ser tan malo, he dormido con Niko, sus pies apestan ¿Qué te puede hacer peor?-preguntó muy confiado.
-Que tengo sexo inconscientemente cuando duermo, sin importar con quién sea.
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