Alguna vez te has preguntado, ¿que se sentiría estar en tu juego favorito? O simplemente, ¿que se sintiera estar en ese juego?...
Muchos creen que sería divertido y emocionante estar en un juego que te llamé la atención, yo también pensaba eso... Pe...
Nuestro convoy había sido atacado por una emboscada, y solo unos pocos apenas nos manteníamos en pie, pero aún así varios caían...
Yo aún era nuevo, un novato, una carne fresca en medio de una jaula de leones.
Aún no me sentía listo, y a pesar del entrenamiento, jamás creí que me vería en vuelto en una guerra...
Sentía miedo, sentía terror de morir en medio del campo de batalla, pero que podía hacer, no podía negar a las órdenes que me daban.
Tampoco tuve opción al enlistarme, ya que pedían a todos los hombres que se unieran para poder hacer frente en la guerra...
Estaba temblando, no podía sostener mi fusil con firmeza, pero que podía hacer, solamente era una persona que venía de un mundo en donde la guerra no existía.
Había batallas, conflictos entre naciones, pero ninguna que se acercara a una guerra.
Maldita sea, tenía que ser un hombre y no un estúpido cobarde, ya que, o peleaba o moría, y prefería intentarlo antes que morir sin hacer nada.
Estúpido juego, quien diría que pedir estar en un juego de guerra sería divertido, por que no, esto era un maldito infierno.
No tenía de otra, tenía que pelear, así que con un coraje que no sabía de donde demonios saqué, sostuve mi fusil, y al final, empecé a disparar a todo aquel imbécil que nos quería matar.
El sol del atardecer era el único que podía ver todo el panorama de la muerte y la destrucción.
Pero en un lugar en específico, un grupo de jóvenes se encontraban bajo de un puente esperando que la situación se calmara un poco...
Sin embargo, un sujeto en especial estaba un poco retirado de ellos haciendo guardia para que ningún tipo de muerto viviente se acercara a su zona segura.
Mientras que dicho grupo de jóvenes lo veían aún algo inseguros al tipo armado, excepto por tres personas...
Vamos, no creen que es muy precipitado confiar en el... -decía Saya con una voz molesta, pero al mismo tiempo en un tono bajo.
¿Enserió?, ya les dijimos lo que pasó, ¿no pueden ofrecer el beneficio de la duda?. -respondía Rei casi de igual manera.
Miren, entiendo lo que dijeron, pero no podemos dejar que nos acompañe, no sabemos qué tipo de cosas tenga en mente, además, ni siquiera parece un soldado. -respondía Saeko con una voz seria.
Oigan, si en verdad el tipo dice ser un teniente, no está mintiendo, el arma que está usando sólo pueden ser usadas por personas que pertenezcan a un cuerpo militar, y por la forma en que se movía, podría respaldar su puesto. -opinaba Kota viendo en su dirección.
