003 ── A PROPHECY

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El tren de regreso a Hogwarts iba muy lento para su gusto, pero le daba tiempo de hojear sus libros y uno que había robado del sótano de su casa. Secreta Purebloods. Era un libro muy antiguo, casi de la época en la que los fundadores de Hogwarts se habían conocido, supuso que no era una sorpresa el hallar cosas relacionadas a los susodichos ya que aquel libro ──junto a otros dos más── había sido escrito por una persona que los conocía como la palma de su mano: Dione Demsley.

Las páginas de aquellos libros eran protegidas por hechizos creados por la mismísima Dione ocasionando que sean imposibles de arrancar o censurar con cualquier tinta existente.

── ¿Por qué tanto escándalo por una serie de libros? ── se preguntó antes de echarle un vistazo. Se saltó todo lo que podría ser importante, los Tiberlin, los Originales, todo lo interesante pasó a segundo plano cuando un viento inexplicable corrió las páginas hasta llegar a la 246 que tenía un título peculiar pese a ser un libro en el idioma de Shelsa.

« 246. De pythonissam de animalibus.

Si sabes de energías positivas y negativas, sabrás que los animales, cuyos sentidos siempre han sido más agudos que los de los humanos, son capaces de captar las intenciones de los humanos; así mismo pueden ver con su sensibilidad a aquellos que han abandonado nuestro mundo o que ni siquiera existieron en él.

Las brujas y hechiceros por años han tenido a un animal como guía, espíritu de algún familiar muerto. De seguro sabes quién es la bruja de los animales, aquella tan inteligente como terca, la bruja que ha dedicado toda su vida a cuidar de aquellas criaturas. Existen dos como ella, pero no son iguales. Damary Rosier fue una, Hufflepuff fue su casa y alguna vez formó una familia. Shelsa Cepheus fue la otra, capaz de albergar al animal más peligroso en su casa por el mero hecho de ver un aura limpia en su ser.

La profecía dice que, al iniciar la guerra, los animales las seguirán y traerán la paz en su nombre. Pero toda victoria tiene un sacrificio. Aprovecha el tiempo que te queda antes de la fatídica batalla, si es que eres una de ellas ── Dione Demsley, profecía de Tanner Vacht »

¿Qué? No existía ninguna Damary Rosier, al menos no en su universo, mucho menos un Tanner Vacht. No comprendía nada de lo que había leído, no sabía por qué su nombre estaba escrito allí. ¿Era una profecía de la cual ella era parte junto a esa tal Damary? No entendía.

¿Cómo iban a conocerla si hace millones de años ella no existía? Era algo medio turbio, no en el sentido de la secta de Charles Manson, pero seguía teniendo un aire turbulento. ¿Se podía ir al futuro y luego volver al pasado para escribir algo como eso?

Viajar en el tiempo no era difícil si existían hechizos, pero ni un giratiempos llegaba a más de cien años atrás, además, si realmente existiesen las personas mencionadas en aquella página, sería solo en un universo paralelo inexistente al que Dione debió viajar o crear en algún momento de su vida.

── ¡Buuh! ── Fred y George aparecieron en su compartimiento con la intención de asustarla, no lo lograron. Guardó el libro antes de que pudiesen leerlo o siquiera cogerlo.

── ¡Hola! ¿Cómo están?

── Bien ── contestaron al mismo tiempo. Shelsa asintió y miró por la ventana. Ahora si que iban rápido, ya veía que llegaban a Hogwarts en un abrir y cerrar de ojos.

── Luego de las fiestas se nos ocurrió una broma, no tan épica, pero si eficaz para traumatizar a los de primer año. Para eso, vamos a necesitar a Peeves ── comentó Fred, aunque la mayor no les estaba prestando atención, su mente seguía en aquella extraña profecía.

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── Es un poco patético de tu parte que ni siquiera limpies tu túnica. Apesta a excremento y está lleno de pelos ── quizás Percy Weasley no tenga mucho tacto y era un poco crítico, pero lo decía en el buen sentido.

A la larga, todo ese olor y esos pelos acabarían deteriorando la salud de la chica.

── No me interesa que se vea poco higiénico, mira el cabello grasiento de Snape, eso sí que es suciedad.

── Por lo menos él no anda oliendo a animales todo el tiempo ni los trae a escondidas a Hogwarts.

Tenía un punto, mas no iba a admitirlo. Tenía sueño y solo quería ir a su sala común; incluso había olvidado la rara profecía que había leído producto del cansancio. ¿Iba a investigar más? No.

Mal ahí, eso no era propio de Acuario ni de una Ravenclaw. Bueno, que no podía describirse así misma con un signo zodiacal o su casa, ella era mucho más que eso.

── ¿Sabes qué? Cuando tu opinión sea un gatito, me la das ── y procedió a ignorarlo toda la cena de bienvenida. Percy solo sonrió como un idiota enamorado.

¿Por qué el amor para él se sentía como una droga?

THE CRAZY ANIMAL, percy weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora