THE CRAZY ANIMAL, percy weasley

006 ── SHE'S BACK

La gente no quería creerlo, pero Dione Demsley nunca se había ido realmente del mundo que conocíamos. Seguía allí, oculta en algún lugar donde nadie pudiera verla, porque de lo contrario, sería enviada a la hoguera en vez de ser encarcelada en Azkaban como correspondía. Shelsa Cepheus nunca conoció mucho de la historia de Dione hasta que se hizo mayor y comenzó a investigar por su cuenta, hasta que aquel libro llegó a parar en sus manos. La Beldam había oído sus plegarias, el destino que en un principio estaba escrito en mugrosas hojas de papel había cambiado en las estrellas.

Una petición genuina, proveniente del corazón podía llegar a cambiar vidas, incluso podía llegar a cambiar un montón de profecías que en su momento se veían inquebrantables y difíciles de evadir.
── ¿En verdad vas a dejar que eso ocurra? ¿Alterar el destino?

── Se va a cobrar una vida de todas formas ¿Qué esperabas que hiciera? Nadie la recordará cuando todo haya finalizado ¿Qué te asusta?

── Esta no eres tú.

Estaba dispuesta a cambiar lo que estaba escrito, de hecho, ya se había corregido desde que las palabras de la chica llegaron a sus oídos. No había marcha atrás.

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── Deberías dormir más, no es sano ── le aconsejó Penélope.

── No me digas qué hacer ── murmuró en medio de bostezos ──. Mis hábitos son bastante saludables.

── ¡Te duermes parada!

── ¿Y eso a ti qué? ¿Desde cuándo te importa? No somos amigas Clearwater. No tiene sentido que te preocupes.

── Shelsa, ser amigas o no serlos no tiene nada que ver con que me preocupe por ti. Siempre me ha importado tu salud.

── Y sigo preguntándome por qué te importa tanto, ni siquiera es reciproco ── a Shelsa ni siquiera le agradaba Penélope, pero ella insistía en comportarse como una buena compañera de casa.

Era irritante, pero muy en el fondo, estaba agradecida con la rubia por cuidarla y siempre estar pendiente para ella.

── No es necesario que lo sea, así que, por favor Shelsa.

── ¿Por favor qué?

── Duerme y trata de comer a tus horas. No luces para nada bien, hasta Percy me lo comentó.

¿Por qué él tendría que decírselo a Penélope?

── ¿Él te pidió que me dijeras todo esto? Sé que tu novio es entrometido, pero no creí que a ese punto ── la mirada que la rubia le dio no fue para nada amigable ── ¿Qué? ¿Acaso no lo es?

── Sí, es entrometido, pero Percy Weasley no es mi novio ── aclaró la muchacha ── ¿Sabes? Es gracioso que me digas que es mi pareja cuando es evidente que gustas de él.

── ¿Qué? No, estás equivocada Clearwater. Él es insoportable, se cree mucho y ni siquiera me cae bien. Te creo si me dices que gusto de alguien como Marcus Flint que también no es la mejor opción, pero es más pasable.

── ¿Estás segura de tus palabras? ¿En verdad no te gusta el chico que se tomó la molestia de rescatar a un gatito para navidad solo por ti?

¿Cómo es que ella lo sabía? ¿De eso habían estado hablando aquella noche? Penélope no tendría por qué saber lo que había recibido Shelsa en navidad, menos sobre el gato que Percy le había dado.

── Él te contó sobre eso.

── A Percy le importas, a mí me importas.

── ¿Y? No me interesa eso, que yo a ustedes les importe no quiere decir que a mi igual. Son solo un estorbo para mí.

Penélope sonrió, pero no era un gesto de alegría.
── Somos un estorbo hasta que ves que te servimos para algo, lo somos hasta que te das cuenta de que en el fondo sí te importamos.

── Si creer eso te hace feliz, adelante.

── No sé cómo es que le gustas ── musitó la rubia ──. Eres buena persona, pero no te das cuenta de eso, además, cuando alguien te dice que le agradas, solo lo alejas porque en el fondo temes que se vaya primero.

── ¿Cómo es que una conversación sobre mis hábitos insanos de sueño se volvió una lección de vida que no escucharé y terminaré olvidando? ── ni siquiera había oído lo primero que Penélope había dicho, pero no importaba, era mejor que fuese así.

── ¡Shelsa! ¿Siquiera me estabas oyendo?

── No.

── Renuncio.