“Uno es amado porque es amado. No se necesita ninguna razón para amar”
-Paulo Coelho, El alquimista.
Capítulo 3: El corazón más duro.
La voz de Sherry hizo eco en el relativo silencio, nada más que el viento se opuso a su suave voz cuando la levantó, sorprendida pero suave. Se quedó a unos pocos metros de distancia de manera tímida, lejos de su intención de molestar a los dos hombres, pero no pudo reprimir la pregunta. El viento silbaba su camino entre las ramas, atrapando al trío en su estela.
–¿Sherry?–. Chris reunió el coraje para hablar, sabía que ella lo había visto todo. Reclamó su brazo, preparado para soportar una carga de acusación, no podía imaginar que ella, o cualquier otro, pudiera aprobar su relación.
Ella permaneció en silencio, insegura de lo que traería este descubrimiento.
Chris trató de pensar en las palabras adecuadas para decir, pero su mente permaneció en blanco, no dio ninguna excusa, nada que revelar excepto la verdad. Y eso le produjo una gran pena, consciente de que su situación era marginal.
Wesker notó que ambos chocaban contra un callejón sin salida. Levantó una voz tranquila, humedeciendo la tensión creciente. –Chris, ¿Podrías disculparnos un momento?–.
Desconcertado, el líder del equipo se quedó en silencio un momento, antes de asentir y abrirse paso hacia su habitación. Una última mirada preocupada a los dos antes de cerrar la puerta detrás de él.
–Por favor, siéntate para que podamos hablar–. El hombre invitó.
Ella obedeció, sentándose a su lado.
–Deduzco que esto fue una sorpresa para ti–. Su voz estaba privada de pánico, el ritmo de sus palabras calmó sus aprensiones. –No puedo culparte, nuestra asociación es un misterio. No voy a pretender que lo entiendo más que tú. Lo que compartimos es un vínculo doloroso y extenuante. Nos lastimamos continuamente, mientras nos buscamos continuamente. Supongo que, de alguna manera retorcida, debemos disfrutar la forma en que duele–. Se rió con nostalgia.
Hubo una pausa.
–¿Lo amas?–. Preguntó, en un susurro. Ni una pizca de juicio sobre su ser. Sólo, genuina, comprensiva, preocupación.
Albert permaneció sorprendido durante unos segundos, arqueando una ceja. Pero finalmente se rió suavemente. –Jake eligió bien–. Remarcó.
El comentario hizo sonrojar las mejillas de la joven. Ella trató de recuperar la compostura.
–Para ser honesto, no reconocería el amor si me lo pusieran en la cara. Entiendo muy poco sobre Chris, y mis sentimientos por él. Supongo que esa podría ser la razón por la que estoy tan fascinada con él, en cierto sentido–.
–Ya veo...–. Ella miró al suelo.
–¿Por qué la mirada abatida?–. Preguntó.
–No lo sé, yo solo... ¿No es triste?–. Ella se hundió en sus ojos.
Otro silencio les ofreció un respiro y alimento para sus pensamientos.
–Eres amable, Sherry–. Sonrió. –Es extraño que me recuerdes a tus padres, ahora, de todos los tiempos–.
–Mis padres...–. En toda la conmoción, entre este hombre y Jake, ella había olvidado que había conocido a su padre y a su madre.
–Sí, los conocía. Éramos... Algo cercanos. Te confieso que de, tu madre, se muy poco. Pero William y yo estudiamos y trabajamos juntos–.
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Dolor Fantasma
FanfictionTorturado por su derrota anterior, Wesker desciende en espiral por un ineludible tren de pensamientos, poniendo en tela de juicio todo lo que le han enseñado. Dolorosamente consciente de cómo la incesante intromisión de Chris está influyendo en su c...