Capítulo XIII .

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El ambiente era un silencio, uno tenso, uno en que ninguno hablaba, (T/N) por miedo y Shuichi sólo por que le gustaba el silencio

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El ambiente era un silencio, uno tenso, uno en que ninguno hablaba, (T/N) por miedo y Shuichi sólo por que le gustaba el silencio. Pasaba el cepillo por el cabello de la femenina, la había manipulado de nuevo, haciéndola sentir como un animalito indefenso ante él.

Shuichi tarareaba con felicidad mientras sentía la respiración agitada de (T/N), él sabía que buscaba no llorar, de todos modos no le importará que llorara, la hacía ver débil, mostraba que finalmente la había roto y que el más pequeño pedazo de esperanza de ver a Rantaro se iba desvaneciendo.

¡Amaba tanto verla rota y débil!

Luego de peinarla, tomó uno de los mechones de cabello de la femenina para seguidamente oler el perfume que el shampoo había dejado en su cabello.

No solía verla en la bañera, puesto que sabía que sí lo hacía lo odiaria más. Aún si la tentación de verla desnuda, ayudarla a bañarse, debía resistirse, al menos por un tiempo. Esperar a que ella lo amara para poder estar en esa situación.

Besó con suavidad la cabellera de (T/N), su mano empezó a irse de a poco a la boca de la femenina, araño con suavidad la mejilla de la femenina para que la misma abriera su boca para meter sus dedos en su boca.

(T/N) no pudo evitar cerrar sus ojos y sentir asco por esa acción que hizo, odiaba cuando se ponía así de cachondo con ella.

── Chupalos.

Ordenó con seriedad, (T/N) no pudo articular palabra y le hizo caso con un poco de miedo. Luego de que Shuichi se sintiera satisfecho con la acción, retiró los dedos de la boca de la femenina.

Tenía un gran fetiche con la boca de su víctima. Se alejó para ir a hacer unas cuantas cosas, dejando a la femenina con un asco en su boca mientras lágrimas se formaban en sus ojos.

Ella se sentía muy confusa con sus propios sentimientos. Shuichi la había confundido, tal cómo quería, a veces ella lo veía como Rantaro y lo trataba con algo de cariño, abrazandolo de manera sorpresa, dándole besos en la mejilla o ocultándose en su pecho.

Pero... La mayoría de veces ella lloraba, odiaba ese sentimiento de confusión, tratar con cariño a su puto secuestrador, ¿que tan bajo debía caer? ¿tan fácil iba a caer en su trampa? ¿era... Estocolmo?

Y de nuevo estába llorando.

── ¡Ay, te vez tan linda así!

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── ¡Ay, te vez tan linda así!

Shuichi mencionó mientras arreglaba un lazo que estába colgando del cuello de aquella sudadera blanca y con orejas de conejo en la capucha. (T/N) parecía no importarle en lo más mínimo que era lo que Shuichi hiciera con ella, ¡incluso dejó que él le pusiera la ropa! parecía una muñeca. No se quejaba y lo único que soltaba era un simple murmullo que no llegaba a ser una palabra realmente.

Shuichi, muerto de ternura con la chica, le dijo que hiciera alguna pose para poder sacarle algunas fotos.

Últimamente ella parecía incluso no tener emociones en la última semana, obedecía sin rechistar ante las órdenes de su aparente nuevo novio.

Ya no le importaba que era lo que hacía con ella, apenas podía escuchar quejar de su parte.

(T/N) ya no tenía ese brillo especial en sus ojos, irónicamente, parecía su muñeca.

Cambiando a la realidad, Shuichi sentó a la femenina en el suelo, las piernas de (T/N) estaban en posición de 'W', sus manos estaban entre sus piernas, su rostro estába bastante bajo para que su rostro no se viera tanto en las fotos que él quería tomarle.

── Sonríe, bebé.

Shuichi ordenó con un tono suave. (T/N) obedeció, sonriendo forzosamente, sus ojos opacos la hacían ver bastante deprimida. De hecho lo estába.

Shuichi notaba esa terrible imagen de (T/N), se sentía un poco mal. De todos modos ella le hacía caso sin rechistar, se veía tan sumisa, su muñeca personal.

Igualmente tomó varias fotos de ella, parecía babear al ver las fotos que tomó, verla parecida a una conejita hacía que su pantalón le apretara.

Iba a acercarse a su amada, pero el gato se acercó a la femenina, pidiéndole mimos puesto que se frotaba con la mano de la femenina. La chica le hizo caso al minino, esa era de las pocas veces que pareciera que volviera a la vida con él.

Shuichi estába celoso de que (T/N) le diera más atención a un gato que a él. Se acercó a ella y llevó la mano de la femenina a su mejilla, pidiendo mimos como el gato hacía. También cumplió el deseo del detective.

── Dime que me amas, amor. ─ Pidió con cariño mientras sus brazos se enredaban en el cuerpo de la chica, atrayendola a él, sobrecargando su cabeza en el hombro de la chica. ─

── Te amo, Shui. ─ Dijo lo que el detective quería oír. Su voz sonaba muy fría, sin ningún otro sentimiento en su voz. ─

Aun que amaba cómo la femenina era una débil y rota chica, pero quería que demostrará amor, que mostrará que realmente lo amaba. Aún sabiendo que el corazón de la femenina todavía pertenecía al de cabellos verdes.

── ¿Sabés, cariño? tu corazón es mío, deberías saberlo, mi linda chica. ─ Mencionó entre risas para después llevar sus manos al pecho de la femenina, dramatizado su frase. (T/N) sólo no dijo nada. ─ ¿No me vas a decir nada? ¿acaso creés que estoy enojado contigo? ─ De nuevo no había respuesta a sus palabras. ─ Sino me hablas me voy a enojar de verdad contigo. ─ Amenazó. Se estába desesperando, quería desesperadamente escuchar su voz. ─ Anda. Hablame, dime algo, no quiero tener que encerrarte ee nuevo en el sótano. ─ Volvió a amenazar. Nada. Silencio. Nada más que un maldito silencio. Ya más enojado, empujó a (T/N) a la alfombra de la sala. ─ Te doy tu última oportunidad, cariño. ─ Su voz sonaba temblorosa, no quería tener que encerrarla de nuevo en el sótano. Volvió a reinar el silencio en esa sala. Aún que esta vez rió con histeria. ─ ¿Quieres hacerme enojar, cariño? ¿realmente quieres volver al sótano? ¿tan masoquista eres? ─ Preguntó con notable rabia. No había respuesta por parte de (T/N). ─

Shuichi rió de nuevo. Con furia arrastró a la femenina hacía el sótano, empujandola con fuerza al frío suelo del sótano. Y ahí, (T/N) empezó a llorar, se sentía tan mal sentimental y psicológicamente, extrañaba tanto a Rantaro, pero él ya no podría ir a buscarla.

── ¡Te odio tanto Saihara, te odio!

Chillo ya harta mientras jalaba su propio cabello, estába tan harta de esos malditos dos meses y medio que pasaron.

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꒰𑇛໋᳕𓍯🔎ꪴ⃔𝙏𝘼𝙂, 𝙔𝙊𝙐'𝙍𝙀 𝙄𝙏ꪆꗄ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora