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Epílogo .

── Y correspondiente a sus análisis psicológicos, Saihara Shuichi no está del todo en sus cinco sentidos. Quedará marcado como legalmente un loco, se le darán años de terapia y los restantes quedarán de cárcel. Y dicho así ─ El hombre golpeó con fuerza el martillo en la cosa de la mesa, dando fin a mi sentencia. ─; Caso cerrado.

Pensé que iría peor.

Poco a poco la gente me llevó fuera del tribunal, habían muchas cámaras y periodistas ahí fuera, grababan como me metía en el auto que pronto iría a un manicomio. Como el juez dijo, ahora soy legalmente un loco, así que debo estar ahí hasta que vuelva a ser el de antes, si es que quedó ahí dentro.

Todavía tengo presente los rostros de los agentes al encontrar los cuerpos de Amami y mi adorada hermanita, en especial el de la detective.

Habían varias personas con palas cavando dónde dije que estaban aquellas bolsas. Eran dos tumbas de apenas medio metro de profundidad, así que las encontraron rápido.

Yo estába esposado, mirando como de a poco abrían las bolsas para verificar si eran las personas que buscaban. Y una vez ví las caras de horror de los agentes sonreí y hablé;

── ¡Sí! Ahí está el ex de mi novia y mi adorada hermanita, tengan cuidado con ella, todavía puede sentir cualquier cosa en su cadáver.

Estás enfermo.

Lo sé.

── Apenas puedo reconocer a Rantarou. Vaya que le dolió los palazos que le di.

Risillas salieron desde mi garganta al recordar esos momentos, decir que me dió gracia recordar las miradas de miedo de la gente se me queda corto.

Por favor, si hubiera tenido el tiempo los hubiera asesinado justo ahí para que no se llevarán a mi preciada (T/N). Pero ellos me ganaban en cantidad, no había nada que pudiera hacer.

De todos modos. No durare tanto en ese manicomio.

No soy un incompetente, puedo pensar y hacer planes todavía. Nadie me separará de nuevo de (T/N).

Veremos eso, nii-chan.

Unos cuantos años después...

(T/N)

Creo que podría decir que, luego de ir a terapia unos buenos tres años pude superar un poco el trauma del secuestro, de la violación y la violencia que sufrí esos cinco meses. He reconstruido mi vida de a poco.

Tengo mis pilares de apoyo ( amigos, familia de parte de mi novio, un novio).

Puedo decirte que me costo poder tener una relación amorosa de nuevo, luego de aceptar que Rantaro no estaría de nuevo conmigo por que esta muerto, intenté recuperar ese aspecto con ayuda de Kaede y Kaito.

¡Es un chico muy dulce y tierno! un poco mentiroso a decir verdad, pero sigue siendo adorable. Oh, creo que lo has adivinado, Oma Kokichi.

Él me ha tratado muy bien, siempre es muy tierno conmigo, me ama tanto como yo a él. En estos seis años me ha cuidado y me ha amado como no te imaginas... Me hace recordar tanto a Rantaro...

Quizás sea otro ángel bajado del cielo. Me gusta pensarlo así.

Justo ahora estoy sentada en su regazo, siendo mimada por él. Se supone que vemos una película, pero nos estámos desviando del tema realmente.

Kokichi fué un gran apoyo para mi, me ayudó mucho con mi trauma y se puede decir que estoy ahora mucho mejor.

Después del episodio depresivo que pase a mis veinte años, vaya que hay diferencia.

── Te amo mucho. ─ Murmulle escondiendome en su pecho, riendo un poco mientras sentía sus manos acariciar con suavidad mi cabello. ─

── Yo también te amo. ─ Me respondió con amor para después besar mi cabeza. ─

Nos separamos cuando recordamos la cita doble que habíamos planeado con Kaede y Kaito. Me levanté de su regazo para irme a cambiar, realmente quería ir a esta cita, por que, vamos, ¿no hay nada más genial que una cita doble?

De todos modos Kokichi se me acercó y se tiró a la cama mientras me veía quitarme la camiseta, es un poco vago a veces.

── (T/N)-chaan~, ¿podemos no ir hoy?

── No Kimchi, son nuestros amigos y no podemos dejarlos plantados. ─ Respondí con una sonrisa ante la gracia que me hacía que fuera así. De todos modos estába de espaldas a él debido a que me estába colocando el sostén para ponerme una blusa muy mona. Lo escuché que se volvía a quejar. ─ Aw~, vamos, cuando volvamos te compro una panta uva, ¿qué dices?

Me voltee a verlo, sus ojos se abrieron y corrió a buscar ropa para cambiarse. No pude evite reír, se veía muy tierno cuando hacía eso.

Al rato ya estábamos saliendo de la casa que compartíamos. Como todavía estába el sol alumbrando decidimos ir caminando hacia la cafetería.

Kokichi me prestó su pañuelo a cuadros.

Era invierno, y aun que me abrigara, seguía haciendo algo de frío. Igualmente las calles presentaban signos de nevada.

── Parece como si estuviéramos en un día de navidad.

── Tienes razón, nishishi~.

Cuando llegamos a la cafetería empecé a sentir una mirada rara encima mío. Me estába dando miedo, ¿que tenía que me miraba tanto?

Sólo pude ignorarla y seguir en mente con mis amigos, uniendome a la conversión y riendo con ellos.

¿Saihara ha salido ya de la cárcel? se supone que no... todavía le queda unos buenos años...